domingo, 6 de junio de 2010

LA SIDE Y EL BAULERO


¿KIRCHNER QUIERE SACAR DE CARRERA A MACRI O SÓLO DEJARLO HERIDO?

Caso Álvarez: renace la interna entre la SIDE y Aníbal Fernández

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Por Alexis Di Capo

Clarín descubrió que el agente de la SIDE Hugo David Álvarez Rovera (alias Hugo Altamirano) fue quien alertó a Sergio Burstein de que el entonces Jefe de la Policía Metropolitana Jorge Fino Palacios le estaba chupando el teléfono. La sola comprobación de este hecho coloca al gobierno a la defensiva y le da a Macri un argumento político de gran valor, porque surgen las pruebas de una conspiración política para explotar sus innumerables torpezas. Pero el episodio reavivó las llamas de otra vieja interna, la que protagonizan Aníbal Fernández y la SIDE por el control del espionaje. Luego de cinco años de colisionar, el Jefe de Gabinete y el verdadero jefe de la Secretaría de Inteligencia, el Subsecretario Francisco Larcher, hicieron el año pasado una tregua para liquidar un proyecto que molestaba no sólo a la Policía Federal sino también a la SIDE: la nueva Policía Metropolitana. Con el procesamiento de Palacios y el descabezamiento de la cúpula que lo acompañaba, Macri arrió las banderas y le encargó al nuevo Jefe, Eugenio Burzaco, que aceptara las condiciones que imponía la Federal. Esto es, que la policía porteña se ocupe del tránsito y la vigilancia, abandonando toda pretensión de contar con una estructura de inteligencia y con un grupo comando similar al GEOF. Con la rendición de Burzaco y la minimización de la Policía Metropolitana, terminó también la tregua entre la Federal y la SIDE. En esta última corren versiones de que la aparición de Álvarez en los medios no habría sido sólo el producto de la investigación periodística. En otras palabras, que Aníbal Fernández estaría interesado en demostrar que sus rivales de la calle 25 de Mayo trabajan para liquidarlo a Macri, como un modo de descomprimir las acusaciones que apuntan sistemáticamente a un plan urdido por la Federal. Ésta, a su vez, tendría en la manga el as que, en manos del Juez Federal Norberto Oyarbide, podría agravar aún más la situación procesal de Jefe de Gobierno. Esto es, las escuchas ordenadas por el Jefe de Gobierno a su ex esposa Isabel Menditeguy.


Qué quiere Kirchner

Las jugadas cruzadas de la SIDE y la Federal para tratar de que el otro aparezca como culpable de la operación contra Macri, se dan en un clima de incertidumbre sobre el verdadero objetivo de Kirchner con relación a Macri. Los escenarios más probables son dos. En el primero, la ofensiva judicial continuaría hasta que se den las condiciones para un juicio político. Entonces, el kirchnerismo apuntaría hasta a quedarse con el gobierno de la Ciudad a través de que la Legislatura designe un Jefe de Gobierno, por ejemplo, el oficialista Diego Kravetz. En otro escenario más moderado, Kirchner intentaría más bien que Macri siga en carrera, pero herido y vulnerable. La subsistencia de la candidatura presidencial de Macri le serviría al gobierno para evitar, por ejemplo, que Eduardo Duhalde termine unificando el voto del peronismo opositor y de la centro derecha. Si se presentan para presidente Macri y Duhalde -aparte de algún otro peronista como Mario Das Neves o Felipe Solá- Kirchner tendría garantizada la división de los votos adversarios. La aparición de las pruebas de que la SIDE conspiró contra Macri parece reforzar esta línea. O sea, que Macri siga en carrera, pero rengo.

Por otra parte, la liquidación política del jefe del PRO, como están hoy las cosas, tendría dos beneficiarios objetivos. Duhalde es el primero, porque podría contar con el apoyo de parte del macrismo y aparecer como la única opción instalada. El otro es Francisco De Narváez, que absorbería en gran medida a los grupos del PRO, que intentarían salvarse del naufragio en el caso de que la figura de Macri colapse. Nada indica entonces que Kirchner esté dispuesto a engrosar el capital político de Duhalde y De Narváez. Es más, su nueva obsesión es, como lo dice expresamente en sus discursos, que los sectores peronistas disidentes participen de la interna abierta del PJ en vez de dedicarse a vaciarla de votos. La candidatura presidencial de Macri, en cierto modo, es un argumento a favor del planteo de De Narváez y ahora también de Das Neves, en el sentido de que hay que ir por dentro y ganarle a Kirchner la interna. Porque yendo por afuera habría por lo menos dos fórmulas de centro derecha, la que encabece Macri y la del peronismo anti-k, lo que garantizaría que ninguno de los dos pueda ganarle al Kirchnerismo.

En este sentido, que el jefe del PRO dispute la presidencia empujaría al PJ disidente a intentar ganarle a Kirchner la interna abierta.

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