PUTIMONIO: COBOS Y LA TRAMPA

LA TRAMPA PARA EL VICEPRESIDENTE QUE SE ESTARÍA PLANEANDO EN EL SENADO

Matrimonio gay: para embretar a Cobos, el kirchnerismo buscaría un empate

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Por Alexis Di Capo

Ni siquiera el matrimonio gay estaría a salvo de las confabulaciones kirchneristas para golpear a sus enemigos. Los principales asesores de Julio Cobos están en alerta, porque detectaron en los últimos días un supuesto plan de la bancada del Frente para la Victoria para colocar al vicepresidente en un difícil dilema. Hasta ahora, la obsesión K consistió en evitar que aquél volviera a tener la oportunidad de desempatar una votación en el Senado y alzarse con un triunfo político, como ocurrió con su voto no positivo por la Resolución 125. Así fue que en varias ocasiones, Miguel Ángel Pichetto se vio obligado a hacer malabarismos para que no se produjera un empate que le daría otra oportunidad de lucimiento a Cobos. En otros casos, como cuando se trató este año el DNU 2010/2009, que disponía el pago de deuda pública con reservas, el kirchnerismo manejó la agenda de los viajes presidenciales haciendo coincidir uno de éstos con la votación, para que Cobos no pudiera presidir el Senado por estar a cargo del Poder Ejecutivo. Y el ejemplo más notable fue cuando CFK dio comienzo a una serie de cortocircuitos en la relación con China, anunciando que suspendía el viaje a ese país para tratar de evitar un golpe de Estado institucional orquestado por su vicepresidente.

La trampa

La trampa que estarían madurando ahora en Olivos sería exactamente a la inversa que todo lo anterior. El kirchnerismo trataría, a través de que se ausenten del recinto el número de senadores que sea necesario, que se produzca un empate a la hora de votarse la media sanción faltante de la ley de establece el matrimonio gay. Entonces, la responsabilidad de definir uno de los temas más conflictivos que pasaron por el Congreso caería en la decisión personal de Cobos. Según cálculos de un operador de medios de comunicación muy allegado a los Kirchner, si Cobos vota en contra del proyecto, se comprará el odio de una de las minorías más recalcitrantes y con fuerte llegada a los medios, que lo hostilizaría sistemáticamente para que no llegue a Presidente. Pero si vota por el sí, se malquistaría tal vez definitivamente con una enorme masa de votantes católicos conservadores que están escandalizados por el proyecto. Cualquier decisión tendría entonces un costo altísimo y con consecuencias electorales serias. Es más, al kirchnerismo, en realidad, estaría dispuesto a que el proyecto no se sancione si de ese modo consigue dejar rengo al mendocino cuando se está largando la carrera presidencial.