domingo, 13 de junio de 2010

REPRIMIR ?


¿Reprimir?

No es que las cartas no estuviesen echadas desde hace mucho tiempo y bien visibles para todos. Pero nos faltaba saber cómo, al empezar la última y definitiva mano, habría de jugarlas cada quién.

De los cuatro apostadores que había al inicio, sólo quedan dos: el gobierno argentino y los asambleístas de Gualeguaychú, que desde noviembre de 2006 interfieren el paso del puente transnacional de esa ciudad. A los otros dos jugadores --la papelera de la discordia y el propio gobierno uruguayo-- les exime de actuar por ahora el giro de los acontecimientos, pues la resolución del juez federal argentino que ordena el levantamiento del corte incumbe exclusivamente, como es natural, a las partes argentinas.

Los vecinos siguen alegando que el procesamiento de pasta de papel les contamina el aire y el agua, cosa que a esta altura, en un clima de racionalidad mayor e intereses menores, ya debería haber quedado en claro. Porque no se discute sobre religión, sobre moral o sobre la pluralidad de los mundos habitados. Se discute sobre un hecho puntual, físico y constatable.

Esos vecinos anuncian que ni piensan en acatar la orden, que debería instrumentarse en breve aunque no lo será. Es que el gobierno huele una trampa (con razón, pues es la misma que tendería a sus adversarios si se trocara la situación).

Estriba aquella en que, si obedeciendo la medida judicial intenta dispersar por la fuerza a los peticionantes y ello deja un tendal de heridos y muertos, nadie aplaudirá al gobierno por obedecer a un juez, sino que le despellejarán por haber reprimido a tontas y a locas. Lo más triste de todo lo que está por pasar es que no tenía por qué pasar. Pero es que hay cada apostador...

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