SEGURIDAD

SEGURIDAD, UNA ASIGNATURA PENDIENTE, "ALERTA ROJA"

Por Constanza Guglielmi (*)

La gravedad de la situación en materia de Seguridad nos obliga al menos a los ciudadanos a reflexionar sobre lo que nos esta pasando y el valor que ha perdido el significado de la vida en estos últimos años.

Según publicadaciones de los últimos días del mes de mayo, durante los meses de abril y mayo, 15 personas fueron asesinadas en ocasiones de robo en la ciudad de Buenos Aires, elevando significativamente el número de víctimas fatales por hechos de inseguridad en la Capital Federal.

Llevamos mucho tiempo reclamando, presentando propuestas pero nada obtenemos. Muy por el contrario, se adoptan pocas medidas y las que se implementan han fracasado en otros países. El ejemplo lo tenemos en la Ciudad de Buenos Aires donde han implementado una “policía de proximidad” cuando esta fue descartada por Giuliani en Nueva York, ya que se obtenía el resultado contrario, se ordenaba el delito, los delincuentes sabían en que lugar y a que hora podían delinquir, por que materialmente sabemos que es tener un policía para cada cuadra.

Y en la Provincia de Buenos Aires, Cada vez que hubo una escalada pública del tema de la seguridad, por algún hecho que cobró resonancia mediática cambian los jefes policiales, como si esto fuera la respuesta esperada, y le diera consuelo a una familia cuando pierde un ser querido.

La solución al problema debe ser integral, no se puede hablar de seguridad y creer que solo con la policía lo resolvemos, esta es solamente una pata de la solución, pero debe estar acompañada de políticas sociales de inclusión, políticas para agilizar la Justicia, ya que esta hoy, no responde a la demanda social, se debe crear infraestructura penitenciaria, ya que no es suficiente la que tenemos hoy, razón por la cual para “desagotar” las cárceles los detenidos no cumplen con su condena, y por supuesto leyes que acompañen todas estas medidas.

Hoy la sociedad en su conjunto debe demandar soluciones. La respuesta es una asignatura pendiente, y esta no debe venir de un solo poder del estado, deben comprometerse el Poder Ejecutivo, el Judicial y el Legislativo. A fines del año 2009, realizamos un relevamiento de los proyectos de ley presentados tanto en la Cámara de Diputados como en la Cámara de Senadores referidos a la seguridad pero las cifras eran alarmantes en la Cámara de Diputados solamente el 0,92% de los proyectos de Ley presentados por los Legisladores se relacionaban con la seguridad y en la Cámara de Senadores el 0,97 de los Proyectos de Ley presentados se referían al primer tema de preocupación de los argentinos.

Los estudios privados ponen de manifiesto que la inseguridad y la violencia son los temas que mas preocupan a los argentinos.

Es importante el seguimiento ciudadano a los poderes del estado para que estos cambien las prioridades de su agenda.

Indudablemente, sin buscar culpables, la dirigencia en su conjunto tiene un deber moral para con el pueblo que reclama nada mas ni nada menos que vivir en libertad y gozar de un derecho constitucional que es el más importante de todos “el derecho a la vida”.

Hoy nuestra sociedad atraviesa una crisis de confianza, tenemos enfrentamientos verbales permanentes, se vive en un clima de intolerancia constante, sobre todos para con quienes pensamos de una forma diferente.

Es necesario poner blanco sobre negro el agotamiento irremediable del estilo autoritario y patoteril de hacer política.

Debemos unificar el reclamo, que este sea solo uno, “MAS Y MEJOR SEGURIDAD”.

Tengo la convicción que nuestro problema tiene solución, pero hasta tanto se implemente una “POLITICA DE ESTADO” que debe resultar del consenso de todas las fuerzas políticas, para que esta tenga perdurabilidad en el tiempo debemos despertar la solidaridad y el compromiso entre nosotros, para reclamar no en forma dividida sino con un solo grito de seguridad y justicia para todos.

Este aspecto, supera la visión tradicional que combina Estado paternalista y ciudadano pasivo. Por el contrario, la inspiración fundamental radica en la idea de la democracia participativa, y busca profundizar las relaciones de intercambio y aprendizaje recíproco entre la Sociedad civil y el Estado, para un porvenir más seguro y una mejor calidad de vida.

Cabe sostener una cuestión básica: un modelo de políticas públicas se construye en torno a un concepto central, que irradia y vértebra las partes estructurales que lo conforman. Hablamos, necesariamente, de la recuperación de valores. Los primeros de los cuales son la vida, la libertad y la propiedad de las personas.

Tenemos un desafío, que la SEGURIDAD, sea una “CAUSA NACIONAL"

(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo de Constanza Guglielmi por gentileza de su autora.