martes, 15 de junio de 2010
TINELLI EL DEPREDADOR
Lejos de todo pronóstico, Marcelo Tinelli sorprende, una vez más, con un show a su manera. Es él, desde la conducción y animación, el rating. Quien se lleva los laureles de los espectadores que por asombro, morbo o mero gusto, se quedan pegados a la pantalla de Canal 13 para ver el Show de los Descompensados que se alimenta de la vida privada de los personajes que ofician de participantes y jurados.
Historias amorosas que se entrecruzan, horizontalidades que se cuestionan, confesiones de felatios, supuestas agresiones físicas, evidentes golpes verbales, llantos, risas y nostalgias de tiempo pasado son algunos de los condimentos que Marcelo utiliza para hacer un espacio de delirio sin fronteras.
El baile se presenta, este año, como una excusa para dirimir cuestiones pendientes. Para saldar lo que se dijo y lo que se pudo haber dicho de su programa así como de su persona. Juega, el conductor, con los egos. Hace malabares.
Los pone y los saca. Les da cámara cuando quiere y como quiere.
Les hace pagar líos de facturación internos de años anteriores y difamaciones que tuvieron lugar, por despecho, por los todos los programas de radio y televisión. Difamaciones que ponían en duda la credibilidad de Ideas del Sur.
Por eso Matías Alé y Silvina Escudero devienen estrellas protagónicas y Tito (uno de los guardaespaldas de Ricardo Fort) se convierte en la revelación de Show Match desde el juego del silencio, la complicidad de miradas y la arenga del Depredador. Marcelo Tinelli. Quien con su carisma y perversión destroza la autoestima de los dos miembros más cuestionados del Jurado. Alfano y Fort.
Utiliza, la desestabilización, como eje del show.
Publicado por Laura Etcharren en 15:59
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