martes, 31 de agosto de 2010

LA HISTORIA KK




La historia versión K

Por Alejandro Rozitchner (escritor, filósofo y novelista)

La historia se ha convertido en un baúl de justificaciones para dar rienda suelta a las más miserables ambiciones del presente.

El pasado es el recurso preferido por esta ideología impotente para quitarle peso y sentido a una realidad actual que urge y necesita cuidados.

La manera de darle valor a una ideología distanciada de la realidad es precisamente esa, ponerla en relación con un mundo ya inexistente y, por lo tanto, manipulable.

El Gobierno hace este truco de magia en relación con distintos temas, alterando pasados para dar lugar a presentes falsos. La idea de que “los pueblos que no conocen su pasado tienden a repetirlo” se transforma entonces en “contemos una historia que permita repetir viciosamente un fracaso conocido”. La historia sagrada de las luchas sociales tergiversada, sólo produce retrocesos en las mismas luchas sociales.

Con este uso “progresista” del pasado y la construcción de una memoria fantasiosa se conjuga también una tergiversación de la justicia.

Los ejes memoria, justicia y verdad se descuajeringan: reinventada memoria de lo que sucedió (o de lo que no sucedió), justicia manipulada y a la verdad, si la ven, salúdenla de nuestra parte.

La historia sin verdad y sin interés por la verdad, rescrita para confirmar las preferencias personales (historia maniquea, sin grandeza, sin comprensión, cloaca de fracasos no analizados) es historia que busca dar sustancia a fantasmas convenientes, historia que permite desplegar una visión imaginaria, retrógrada, reaccionaria de todos los temas.

Eso no es historia, es visión neurótica del tiempo pasado, generada en la incapacidad de enfrentar el presente. La historia, así tratada, es coartada de delincuentes para dar rienda suelta a su ambición. Delincuentes que cuentan la historia para transformar sus delitos en justicia, para volverlos meritorios cambiando el signo de los acontecimientos.

La pasión por la historia, valiosa curiosidad natural en personas y comunidades inquietas, se transforma de esta manera en trampa mortal para una sociedad que pretende crecer. Para crecer hay que aceptar la verdad de los hechos, para simular crecimiento basta con manipularlos y decirlos sin realidad ni sustancia.

Le hace daño a la historia, este gobierno nacional, al mentir y tergiversar.

No sólo los derechos humanos deben conducirnos a los conflictos presentes y no prioritariamente a los pasados, sino que en el trato con el pasado no debería tratarse de una simple manipulación traicionera.

Es triste, para una sociedad golpeada por desastres, que sus víctimas sean finalmente utilizadas para favorecer a un poder que sólo quiere más poder. ¿Para qué? Por lo visto para nada más que preservarse, no para generar mejores condiciones de vida para los habitantes del país.

La historia en versión gobierno nacional es relato de fantasmas movidos por intenciones mezquinas, el pasado visto desde el resentimiento y la incapacidad, figuras de humo para ocultar que se carece de amor por el país.

Historia para no dejar crecer, para limitar la libertad, para hacer reinar sobre los vivos unos muertos inventados a placer, monigotes para atemorizar a los incautos.


“Si a las tres de la mañana el virrey no ha renunciado, lo arrojaremos por la ventana de la fortaleza”. Gral Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano

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