martes, 31 de agosto de 2010

UNA RAJADURA EN LA TUMBA




Por el Lic Gustavo Adolfo Bunse

Lo de Osvaldo Papaleo supera cualquier récord mundial.

Pero la gran hipocresía, como obra esencialmente humana, necesita ser cohonestada, reconocida, refrendada e incluso aplaudida.

Auspiciada… casi abrigada… y hasta patrocinada

De todos los actos y discursos públicos que se hicieron para violentar la libertad de prensa, hubo uno realmente extravagante hace pocos días… en Mataderos. Papaleo quiso ser orador… y le dieron luz verde.

Estaban allí, avalando sus palabras, compitiendo por el premio Nobel de la hipocresía, los dos personajes mejor reflejados por el escritor francés Jean Baptiste Poquelín (Molière) : el matrimonio. Estaba también el periodista canciller (hijo de quien fuera dueño del diario “La Opinión”).

Cuando Papaleo habló y Hector Timerman aplaudió, se produjo una rajadura longitudinal en la lápida que cubre la tumba de Molière

Con su conocida cara de piedra… dijo :

“A mi me tocó cerrar La Opinión”, en l984. Y la cerraría de vuelta hoy, si se dieran las circunstancias iguales”. (sic)

Timerman … volvió a aplaudir efusivamente. (se puede ver el video)

La lápida de Molière sufrió otra rajadura … se movió de lugar…se hundió de costado y así quedó, en falsa escuadra… como el tango.

La clausura de ese diario había ocurrido el 13 de febrero de 1976, cuando Papaleo era Secretario de Prensa y Difusión de Isabel Martínez de Perón.

Y se legitimó allí a través del decreto Nº 619, en el que se argumentaba en forma textual lo siguiente : “… a través de sus sucesivas ediciones viene propalando noticias falsas o deformaciones de la verdad, o bien comentarios que instigan a la quiebra del orden institucional …”.(sic)





También se puede leer en el libro “Las Palabras son Acciones”, (una detallada historia de La Opinión) el analista de Medios, Fernando Ruiz.

Según los diarios del día 14 de febrero de l976 “Ejecutivos del diario La Opinión informaron que a las 23.55 se hizo presente en la redacción una comisión policial para hacer efectiva la clausura”.(sic)

Ocho días antes del 24 de marzo, también financiado por David Graiver, y dirigido por el actual canciller Héctor Timerman, aparecía el diario “La Tarde”… ya sin máscaras… furiosamente pro militarista y procesista.

Osvaldo Papaleo es un aspirante al Premio Nobel de la hipocresía y viene haciendo carrera desde jovencito. Su enorme esfuerzo para ello debería ser reconocido algún día. Las moscas salen de su casa haciendo arcadas.

Dueño de ciertas habilidades… fue acusado por estafas durante su gestión como titular de la Lotería de la Provincia de Buenos Aires, en el año 1988. Los pormenores del caso son verdaderamente novelescos.

Un día, el número 28 (“el cerro”) salió a la cabeza… y se produjo una rara situación que nadie podía entender. Por cuanto nada indicaba que la gente fuese a jugar masivamente a ese número en esa fecha.

Quebraron innumerables quinieleros.

Se dispuso una investigación y la justicia comprobó que el número de apostadores al “28” había sido ese día inusualmente alto aunque no se pudo hallar a uno solo de ellos para preguntarle la causa exacta de su preferencia. Según la fiscalía de La Plata (que contaba con pruebas contundentes) la defraudación había ascendido a 150 mil dólares.

Se acusó a Papaleo de integrar una asociación ilícita y se restringió su salida del país. Mas tarde, y ya con Menem en el poder, Papaleo resurgió de la verecundia y… raramente… fue nombrado como director del Teatro Nacional Cervantes. La dramaturgia teatral parecía lo suyo.

En un rapto de megalomanía … se autodefinió ante los medios gráficos como “Un administrador Cultural”. El cuadro de Lopez Rega todavía hoy se halla en su escritorio de la oficina que tiene en Puerto Madero.

Osvaldo Papaleo, hermano de Lidia, cuñado del fallecido David Graiver, se transformó ahora en el principal sostén del gobierno matrimonial en el “caso Papel Prensa”. Dice que “pelea para esclarecer delitos de lesa humanidad sufridos por su familia, y para defender la libertad de prensa”.

Pero su biografía, y también sus dichos actuales, contradicen esos principios.

“No voy a hablar mal de López Rega”, se sinceró, este gran tartufo… en ese acto político, delante de los monarcas.

También insultó gravemente a varias personas : A Julio César Strassera, a Ricardo Gil Lavedra, a Pino Solanas, y a Elisa Carrió.

Todos esos exabruptos con palabras terriblemente procaces ocurrieron en la parroquia San Vicente de Paul, de Mataderos. El arzobispado de Buenos Aires comunicó su gran “malestar” por la decisión del cura Juan Aquino al haberle cedido la parroquia a este sujeto para que la use como vomitatorio de injurias de la más baja calidad.

Ellos… todos ellos… los que estaban en el acto desde el tartufo hasta el propio sacerdote… son de la misma fauna de roedores de alcantarilla :

Fulminan todos los matices y los tornasoles… pero luego salen a hablar con una ambigüedad que deja a todo el mundo en estado de indignación.

Convierten a la vida colectiva, en una hiriente convivencia.

Se entregan cada mañana con un estrepitoso caradurismo, a una especie de gran exageración mitómana. Y lo que es más grave, confunden la “parte” con el “todo”. Viven… como en una isla.

Se entienden, entre ellos, en base a señales evanescentes.

Hablan mediante gestos de vapor, que tienen un código distinto cada día.

Viven poseídos por una caricatura y, acaso, peor que eso, por una caricatura insolvente y mal intencionada. Al querer magnificar una supuesta la ignorancia del prójimo, lo que buscan es escabullir la propia.

Si pasan a nuestro lado alguna vez, no nos miran de frente, cara a cara, por cuanto el tartufismo moral que circula por sus venas, los hace caer en la vocación horrorosa de ser oblicuos para siempre.

Quizás… soy aquí muy indulgente con ellos.

Pues la información que se dispone y que saldrá a la luz en poco tiempo, dará cuenta de una docena de rajaduras en otras tantas tumbas.

Son capaces de lo indecible. Como dijo la princesa Alsacia :

“Son capaces de leer un responso en la capilla ardiente del tipo al que, ellos mismos, mandaron a matar”.

El ex presidente y actual factótum de los vestigios de las instituciones republicanas, lee la Constitución Nacional con su ojo izquierdo, sin tener lo que podría llamarse una elemental y razonable rectitud visual.

No es culpa suya.

Su ojo derecho, puede ver sólo cuando lo abre, cosa que ocurre muy esporádicamente por cuanto padece una fotofobia lateral crónica que se lo mantiene guiñado la mayor parte del día.

Estrabismo incomitante y exotrópico, así se llama.

En la mayoría de estos casos produce una visión binocular que hace observar el mismo objeto o la misma letra, en dos sitios diferentes.

Jean Paul Sartre, que era estrábico, aseguraba que además, el objeto se veía desigual en el otro sitio, de modo que … como el estrábico no puede saber con certeza cual es el objeto original y cual es reflejo o la copia, … entonces escoge como válido el que más le conviene. Tal cual.

Es una excusa casi perfecta para hacer una doble lectura de la ley, de la ética, de la política y también del sentido común de la sociedad.

Casi un permiso para inventar imágenes holográficas de la moral pública.

Y para provocar, alegremente, una rajadura en la tumba de quien sea.

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