PERIODISTAS

LA VIDA DE UN PERIODISTA

Por el Dr. Francisco Bérnard

La vida de un periodista es similar a la de un poeta, pero no es igual. Ambos utilizan la pluma y les encanta escribir, lógicamente. El primero ama la investigación, describe la realidad y la evalúa, la critica o la apoya. La vida del poeta transita los caminos de la ficción y de la realidad, pero en gran medida la primera.



Hay grandes periodistas que son capaces de inventar. Siempre digo que eso puede ser más fácil en el periodismo radial que en el televisivo. En el primero no se ve la imagen, como en el segundo.



En la radio se podría transmitir un partido de fútbol o una carrera de natación imaginándola. Yo conocí una vez a un gran periodista que transmitió una carrera de natación sin haberla visto.



Llegó tarde y como tenía que hacerlo pidió asesoramiento, le dijeron unas cuantas palabras y enseguida comenzó a describir una fantástica carrera, tan apasionadamente que hasta parecía real.



La imagen sobresale a veces más allá del comentario periodístico y el periodista se limita a "describir" la realidad. Se convierte en un simple comentarista.



El periodismo escrito además de describir y tratar de apreciar la realidad actúa como juez a veces de la misma. Evalúa con fines que pueden responder a su propia evaluación o a la política del medio al que responden. Más allá de una vez, como periodista, intenté escribir infructuosamente. Mi artículo no respondía a la editorial del periódico.



El poeta transita otros caminos. Lo interesante es combinar ambos.



Así, quienes nos sentimos amantes de la "pluma", encontraremos en la diversidad de ambos mundos similares, una complementación muy grande. El periodismo libre e independiente es muy importante. No todos llegan a tener la libertad de escribir lo que quieren. Los compromisos con los medios por las presiones económicas son una realidad.



La vida del periodista es muy interesante.



Les gusta viajar y tienen en muchos casos esa posibilidad.



Además el periodismo es muy útil a la sociedad, porque saca del anonimato muchos secretos que la sociedad quiere conocer. Es además la única forma de que estemos informados de lo que ocurre fuera de nuestras casas.



Mientras nosotros dormimos hay muchos periodistas que están escribiendo para usted, para que a la mañana siguiente conozca la verdad.