martes, 17 de agosto de 2010
PAPÁ Y MAMÁ
¿Y DONDE ESTÁN PAPÁ Y MAMÁ?.
“Coma alcohólico a los 14”. La noticia ya no sorprende. ¿Ud. se tomó el trabajo de acercarse a algún boliche bailable a la hora de la salida?; ¿tiene idea de las compañías que frecuenta su hijo o su hija?. Si es el papá o la mamá de alguna de éstas criaturas, debo suponer que NO. De todas maneras, el título no solo le queda grande; es Ud. un cretino o una cretina que solo participó del acto de la parición y luego se lavó las manos, tal cual lo hace con todo aquello que signifique procurar para Ud. y los suyos una sociedad mejor. ¿Acaso me van a querer empaquetar diciéndome que ambos trabajan y eso les imposibilita mantener el debido control sobre sus hijos adolescentes?; ¿acaso que no pueden con ellos y están desbordados por las circunstancias?. Vea; estoy lleno de preguntas para las que seguramente Ud. no tiene respuesta; solo el argumente endeble, inconsistente, que hace posible lo que se suponía imposible. Ud. ha renunciado a la autoridad que le cabe como padre o madre y entregado a su hijo o a su hija a manos de la permisividad, el alcohol, la droga, la prostitución y toda otra mierda que ande suelta. Su hijo o su hija menores, se han convertido en carne de cañón y Ud. en el cañón que les dispara como munición letal hacia el no debe ser. Le voy a recordar el párrafo final de Gibrán Khalil Gibrán, el profeta, cuando al referirse a los hijos dice: “…tu eres el arco del cual tus hijos como flechas vivas son lanzados. Deja que la inclinación en tus manos de arquero, sea para la felicidad”. Que Ud. no sepa quién es Gibrán, no le descalifica. Que Ud. no sepa quién es Ud. mismo, sí le descalifica. Ud. no debió haber sido papá o mamá, es más, no lo es en realidad. Le faltó aprobar esa materia intangible denominada “amor”. La cambió por la comodidad facilista de la permisividad. El amor de papá y de mamá no consiste en decir livianamente “que sí”. El amor de papá y de mamá, consiste por sobre todo en fijar los límites que van a ser resistidos; los límites de la incomodidad; los límites de la bronca y la puteada del hijo quien luego, ya adulto, se convertirán en el reconocimiento o no, respecto a la obra de ese viejo o esa vieja quienes sin esperar nada a cambio, se propusieron y consiguieron convertirle en una persona de bien y por sobre todo, preservaron su salud física y mental, esa tan bastardeada por obra y gracia de papás y mamás como Ud.. Ríase de mí si le hace bien, es más, hágalo abrazado o en compañía de esa flecha lanzada a la deriva. Después, cuando la noticia que no debería sorprenderle le sorprenda, acometa contra el dueño del boliche o contra el amiguito o amiguita que llevó a su hijo por mal camino. Lávese una vez más las manos; haga una vez más lo que hizo siempre. Procure sí, no tener jamás una charla mano a mano con su consciencia, seguramente le dirá que Ud. jamás debió ser papá o mamá.
Ricardo Jorge Pareja
parejaricardo@hotmail.com
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