sábado, 28 de agosto de 2010

LOS MUERTOS


LOS MUERTOS NO TIENEN IDEOLOGÍA

Por el Dr. Francisco Bérnard (*)

Por decisión del Gobierno de Néstor Kirchner se levantó un monumento a las víctimas de la represión del Estado durante la dictadura militar de los años 1976/1983, en la ESMA.



Como católico no puedo tolerar ni admitir la violación de derechos humanos bajo ningún punto de vista, basado en alguna ideología, religión, etc. ¿Se puede ignorar una realidad que resulta evidente e innegable para todo el mundo? Definitivamente no.



No estoy, por supuesto, de acuerdo con lo que sostiene Hebe de Bonafini, que señalara en su momento casi textualmente “Lo que acá falta son las armas de nuestros hijos”. Evidentemente ello constituye una apología de la violencia, que resulta intolerable desde el punto de vista democrático.



Estas palabras son por otra parte un indicativo de que hubo organizaciones “guerrilleras” que cometieron asesinatos - esto es evidente e indiscutible- Hay una larga lista de muertos “inocentes” por el accionar de estas organizaciones (Se pueden ver las placas recordatorias de estas víctimas en el Ministerio de Defensa, en las Comisarías, en los edificios del Poder Judicial). Existe una larga lista de empresarios y periodistas, gremialistas, etc.



Citare algunos nombres como es el caso de Maria Cristina Viola, el Profesor Saccheri, el Coronel Larrabure, el Teniente Primero Lucioni. ¿Y Rucci? ¿Lo recuerdan los gremialistas? ¿Y al Ingeniero Paz? ¿Lo recuerdan los empresarios?



Hay muchos que prefieren olvidar lo que ha ocurrido en la historia argentina y “maliciosamente” hablan de la “memoria colectiva”. Sólo recuerdan a algunos muertos pero lo hacen con una visión ideológica, a mí entender, errónea. No hay muertos de “izquierda” ni de “derecha”, los muertos no tienen ideología.



Como argentino pienso que todos son nuestros muertos. Si adoptamos una posición partidista o ideológica en este tema nunca lograremos la paz, la reconciliación. Todos los argentinos tienen derecho a exigir justicia, para encontrar la paz en sus corazones.



Recibo información de distintos sectores políticos enfrentados por el odio del pasado. En Uruguay el presidente Tabaré Vásquez que era miembro del movimiento “Tupamaro”, similar al que operó en Argentina “Montoneros”, le ha reconocido indemnizaciones a las víctimas del accionar terrorista en su país, con lo que está reconociendo una realidad, está haciendo “memoria colectiva completa”. Esto mismo debería ocurrir en nuestro país.



No dudo de que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que encabezará Mauricio Macri a partir de diciembre del corriente año facilitara una casa, de las tantas disponibles, de las llamadas “herencias vacantes”, para que en dicho lugar se depositen los recuerdos de un sector olvidado de la sociedad argentina.



En dicho lugar se debería emplazar un pequeño monumento que llevaría el nombre de “Maria Cristina Viola”. Era sólo una niña de tres años ¿La sociedad argentina la puede olvidar? Ella será quien acoja en ese seno el recuerdo de los otros muchos argentinos hoy olvidados.



Por otra parte, creo que esto debería complementarse con pequeños gestos de la sociedad que nos lleven a un acercamiento de posiciones, que nos permitan poco a poco reconciliarnos como sociedad. Del esfuerzo de todos, de la comprensión objetiva la realidad del pasado, recuperaremos el amor entre todos los argentinos. No podemos seguir viviendo de los horrores y de las miserias del pasado. No podemos estar reavivando permanente los odios del pasado.

(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo el Dr. Francisco Bénard (Abogado - Periodista) por gentileza de su autor.

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