lunes, 30 de agosto de 2010

NO SE ROMPEN ESPEJOS....





NO SE ROMPEN ESPEJOS NI SE VIOLAN PROSTITUTAS

Por Malú Kikuchi (*)

Dicen los supersticiosos que romper un espejo trae 7 años de mala suerte. Dicen que el espejo captura el alma de las personas y no se debe destruir el alma del que se mira. Dicen. La verdad es más simple: el espejo refleja la realidad. A veces, como en los parques de diversiones, el espejo puede ser deformante, pero aún así, siempre refleja la realidad.

La realidad puede ser vista con mejor o peor luz, más clara o más oscura, gorda o escuálida, alta o baja, puede gustar o molestar, pero es nada más y nada menos que la realidad y romper el espejo no la cambia, sólo la fracciona en muchísimos pedazos… que siguen reflejando la realidad.

Desde siempre, los gobiernos autoritarios insisten en dominar a los medios de comunicación, controlarlos y obligarlos a contar realidades inexistentes que los beneficien. Este no es un invento K, viene de lejos. Primero creen que los medios manejan la percepción y la voluntad de las personas. Por lo tanto hay que someterlos al pensamiento único gubernamental. No es cierto, la gente piensa por su cuenta.

Pero los medios son eso, medios, están en el medio, entre los hechos y la gente; son el vehículo entre el suceso y la persona. Se lo puede contar o escribir o mostrar, a favor o en contra, o de manera neutra, pero el hecho existe. El medio es sólo el mensaje entre el suceso y el receptor.

Este gobierno, como otros antes, no lo entiende. Y sigue el ataque desmesurado de los K en contra de Clarín (y sus socios en Papel Prensa, después de 7 años de compartir acciones con los mismos). En Santa Fe dijo la presidente, 27/8/10: “los que quieren manejar el pensamiento de los argentinos”. El pez por la boca muere, no se sabe si se refería al gobierno o a Clarín.

Siempre el 27/8/10, esta vez Néstor K en San Juan, habló sobre “los grupos mediáticos concentrados”. Hoy, la pareja presidencial, directamente o a través de testaferros, maneja arriba de 50 medios en todo el país, entre gráficos, radiales y televisivos. Se repite la pregunta, ¿se refería a la concentración de medios del gobierno o la de Clarín?

El fundador del partido gobernante (¿son peronistas los K?), Perón, decía: “con todos los medios en contra en 1945, ganamos; con todos los medios a favor en 1955, perdimos”. Y Julio Bárbaro, PJ sin discusión, suele decir: “el gobierno (este) confunde micrófono con audiencia”.

Durante el 2º gobierno de Perón, 1952/55, con todas las radios en manos del PJ, los no peronistas escuchaban las radios uruguayas, lo que no era fácil en ese entonces. De hecho, aunque la libertad de expresión se reduzca a una hojita de papel, una mínima FM o un solo canal de cable perdido entre cientos, ahí es donde abrevarán los que quieran escuchar la otra campana.

Acallar voces disidentes no hace ganar elecciones, más bien irrita a los votantes. Para ganar elecciones es necesario gobernar pensando en el cacareado y escasísimo “bien común”.

Romper el espejo no tiene sentido, la verdad es como el agua, se va a filtrar de algún modo. Además de Internet, que no pueden evitar, aunque lo intentan, la gente vive la realidad diaria, le cuenten lo que le cuenten. La gente sabe que la inflación y la inseguridad les hacen la vida imposible, y no creen ni en el INDEC, ni en los medios oficiales.

No hay que cambiar los medios, hay que cambiar la realidad de los argentinos, que hoy está lejos de ser lo que debiera ser. Sin Clarín y con Magnetto en la cárcel, no va a disminuir ni la pobreza, ni la enfermedad, ni el analfabetismo, ni la droga, ni la violencia. Los espejos no se rompen, no son más que el reflejo de lo que existe. Y además, por las dudas, no es cuestión que los K atraigan sobre si 7 años de mala suerte.

Después del fallido show mediático del 24/8/10, después de 72 interminables minutos de discurso por cadena nacional (¡para hablar de monopolio!, no cierra), nada quedó demasiado claro. Cada vez que el ejecutivo mande un proyecto de ley (que no estaba preparado) o denuncie ante la justicia a alguien, ¿se va a usar la cadena nacional? ¡Socorro!

Se suponía que el muy anticipado show iba a desembocar en la intervención o la directa estatización del total de Papel Prensa y en un pedido de detención de Magnetto, Mitre y Peralta Ramos. Nada de eso sucedió. Al parecer la presidente se enteró horas antes de hablar de 2 temas que cualquier periodista, aunque no se dedique a la investigación, sabía.

1) Que el 18% de la acciones de Clarín están en manos de Goldman Sachs, hoy el banco más poderoso del planeta y los accionistas americanos pueden aceptar una ley del congreso, esas son las reglas del juego de la democracia, pero no un decreto presidencial, y ese fue el primer llamado de atención.

2) Que la interna de la familia Graiver es feroz, que María Sol Graiver le ha entablado a su madre, Lidia Papaleo, 29 demandas. Que la familia se divide en los Graiver por un lado y los Papaleo (Osvaldo, ex secretario de prensa de Isabelita) por el otro. Y que Isidoro Graiver, hermano de David y cuñado de Lidia, ya había hecho su declaración ante escribano público, desmintiendo toda coacción de parte del gobierno militar para vender Papel Prensa.

La fábula del despojo bajo tortura de Papel Prensa por parte de Clarín, La Nación y la Razón, se cayó. La venta ocurrió el 2/11/1976 y la persecución, detención y tortura de la familia Graiver empezó en marzo de 1977. Los que presionaron a Lidia y a Isidoro fueron montoneros que exigían los US$ 17 millones depositados en un banco de David Graiver. Porque los “maravillosos muchachos idealistas” se especializaban, entre bombas y asesinatos, en redituables secuestros extorsivos.

Y Clarín es culpable de muchas cosas, la mayoría permitidas por los sucesivos gobiernos argentinos. Si tiene una posición dominante es porque se la permitieron. Y no es un monopolio, nadie obliga a leer Clarín, hay otros diarios; ni a ver canal 13 o TN, hay otros canales; ni a escuchar Mitre o las demás radios del multimedios.

Que Clarín y casi todos los grandes diarios apoyaron en su momento el golpe del 24/3/1976, -las mayorías también-, que nunca criticaron el accionar del proceso militar ni nombraron la palabra “desaparecido”, que ensalzaron a los generales de turno y vilipendiaron a los terroristas, es cierto.

Que de Alfonsín en más los militares empezaron a caer en desgracia “clarinística” (perdón por el neologismo) y con los K no hay periodista del multimedios que nombre a un militar, no importa el grado, sin anteponer la palabra “represor”, también es cierto. Que la fusión Cablevisión con Multicanal fue aberrante, empezando por la desaparición de P&E, canal que molestaba al gobierno y Clarín se apresuró a clausurar, es cierto

Los tiempos cambian, los gobiernos cambian y Clarín es naturalmente oficialista. Por lo menos lo fue hasta la resolución 125 de las retenciones al campo. Que Kirchner no hubiera sido Kirchner, ni hubiera acumulado el poder que acumuló, sin el abierto apoyo de Clarín, es cierto.

Pero la despiadada persecución por parte del estado hacia Clarín, está mal. Si cometieron delitos (¿?) es un tema de la justicia y no de venganza personal de los K hacia Magnetto. La ley no permite violar a una prostituta. Violar está mal. No importa a quien.

(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo de Malu Kikuchi, por gentileza de su autora.

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