martes, 17 de agosto de 2010
RIESGO AGRÍCOLA
Ideas para atender el riesgo agrícola
Por Arturo Navarro*
Recientemente el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Lorenzo Basso, declaró que el gobierno nacional está trabajando en un proyecto de Ley de Seguros Agropecuarios que se pondrá a consideración de las empresas aseguradoras, los gobiernos provinciales y las asociaciones de productores en la Mesa de Seguro Agropecuario del Plan Estratégico Agroalimentario (PEA). Esto generó expectativa en quienes venimos trabajando desde hace mucho tiempo para concretar una política de estado para cubrir los riesgos agropecuarios.
Como un aporte al debate, quiero enumerar las principales definiciones del Congreso de la Asociación Latinoamericana para el Desarrollo del Seguro Agropecuario (ALASA), realizado en mayo pasado en Cartagena de Indias, Colombia, sobre las políticas de riesgos agrícolas que implementaron los diferentes países. Destaco las siguientes:
-En todos los países que implementaron políticas de estado para cubrir los riesgos climáticos y comerciales trabaja en conjunto el sector público y el privado. La sinergia es permanente en la elaboración y en el seguimiento de las políticas, ya que los cambios climáticos y comerciales son profundamente dinámicos.
-El seguro no es obligatorio en ninguno de los países. Tampoco tienen leyes de emergencia agropecuaria porque éstas desactivan el uso del seguro.
-Las políticas son respaldadas por legislaciones que dan previsibilidad más allá de los cambios de gobierno y de funcionarios.
-Las acciones de seguimiento son realizadas en forma tripartita por el gobierno, las aseguradoras y la entidad de productores.
-La mayoría de los estados han asumido que es más barato para las arcas fiscales subsidiar la prima para ampliar el uso del seguro por parte de los productores. De esa forma se achican las responsabilidades del estado, que atiende solamente los riesgos no previsibles.
-En la mayoría de los países el subsidio a la prima del seguro es de 50% para todos los productores sin distinción de tamaño, como una forma de tener un sistema más ágil, ecuánime y solidario. A la vez, en algunos países -Brasil, por ejemplo- existe un tope máximo por productor para adquirir seguro con subsidios.
-En la mayoría de los países la primera medida para concretar una política de estado fue subsidiar la prima del seguro para incentivar el uso. Para cubrir los riesgos por desastre y catástrofe no previsibles se implementan fondos específicos anti-cíclicos para cubrir las responsabilidades del estado.
-Entre los incentivos para mejorar los subsidios a la prima de cada productor, están el uso de buenas prácticas agronómicas para el cuidado del medio ambiente, la rotación de cultivos según un programa preestablecido y el uso variedades de semillas específicamente transformadas a cada zona para asegurar que los cultivos respondan mejor a los factores climáticos adversos.
-En la mayoría de los países los créditos son acordados con la garantía de un seguro endosable al banco, como una forma de lograr mejores condiciones y un mayor apoyo crediticio. Esta política en el sector financiero público tiene la virtud de achicar las carteras en mora por riesgos climáticos.
-Dichas políticas tienen también el objetivo de incentivar los cambios culturales en el uso del seguro. Todo lo previsible se asegura y lo no previsible se atiende con fondos catastróficos creados a tal fin por el estado nacional y los estados provinciales. En dicha línea de acción se le exigen al productor que para poder acceder al fondo catastrófico debe tener asegurado todos los bienes asegurables.
Estas son las principales definiciones de las políticas para cubrir los riesgos climáticos y comerciales en América latina. Ahora, pongámosle números para evaluar mejor su aplicación en el país. Para subsidiar en un 50% la prima de seguro de las 15 millones de hectáreas aseguradas actualmente habría que disponer solamente de 400 millones de pesos anuales. Es decir, sobre los 800 millones de pesos de facturación de prima de seguros de la ultima campaña, el 50% serían 400 millones la inversión.
Pero para una mejor evolución económica de dicha inversión deberíamos cuantificar el monto de inversión con las pérdidas que provocó la última sequía a los productores y al estado: más de 6.000 millones de dólares. La inversión de 100 millones dólares -400 millones de pesos- de subsidio a la prima representa solo el 1,66% de la pérdida de 6.000 millones de dólares, ecuación que explica por qué países como Brasil y Colombia avanzaron rápidamente con este tipo de políticas.
Al implementar políticas de estado para atender los riesgos climáticos y comerciales dichos países están poniendo en marcha una estratégica acción geopolítica: permite al gobierno asegurarle al productor no van a ser expulsado de su campo por el riesgo climático.
No hay más justificativo para que la dirigencia empresarial y política siga demorando la implementación de políticas de estado para cubrir los riesgos climáticos y económicos en todas las zonas del país y para todos sus productores.
(*) Consultor / 011-15-40442147 / ajn@arturonavarro.com.ar
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