lunes, 22 de noviembre de 2010
COIMAGATE
LA “OPERACIÓN TRANSPARENCIA” AMENAZADA POR EL COIMAGATE
De Vido, enfermo, podría renunciar, mientras Boudou resurge irremplazable
Por Guillermo Cherashny (*)
Si bien Julio de Vido fue confirmado en el cargo, sus problemas de salud se agravaron en las últimas semanas y, de acuerdo con una versión originada en el equipo que lo secunda, sus médicos le estarían indicando que debe reducir su actividad laboral al mínimo, lo que le impide ejercer su cargo en plenitud. La posibilidad de un alejamiento del gabinete antes de fin de año vuelve a sonar insistentemente y con ella la incertidumbre acerca de quién administrará la mayor caja del Estado. En principio, el Secretario de Obras Públicas, José López, podría ser el sucesor. Le tocaría la densa tarea de reasignar cientos de partidas para gestionar el 2011 sin una nueva ley de presupuesto.
Pero también hay otra novedad que está agitando esta área en forma coincidente con lo anterior .La presidente intenta prolijar el último tramo de su gestión e impartió instrucciones para que las obras públicas se ejecuten sólo mediante licitación pública y sin sobreprecios Se intenta seguir así un modelo similar al aplicado por Dilma Rousseff cuando era Ministro de Energía en Brasil. La “operación transparencia”, una empresa por cierto difícil, luciría más creíble si el titular de la cartera de Planificación Federal fuera un hombre menos ligado al ciclo de corrupción en la obra pública que va desde el 2003 hasta la fecha. Por ejemplo, CFK estaría muy preocupada por lo que el ex Secretario de Energía Alieto Guadagni acaba de declarar ante el Juez Federal Julián Ercolini, que investiga el por ahora apagado escándalo de las coimas con Venezuela. Guadagni amplió con lujo de detalles sus acusaciones sobre los sobreprecios en las compras de fuel oil a Venezuela por un total de U$S 3000 millones, además de la violación de los estándares medioambientales por parte del combustible adquirido. El descargo en éste, sin duda el tema más explosivo de la causa que tramita Ercolini, le corresponde a De Vido. Éste no sólo era el Ministro del área que intervenía, sino que también se había hecho designar presidente de Cammesa -el ente que despacha las cargas del sistema eléctrico- para firmar desde allí los pagos de las compras de fuel oil venezolano. Si los avatares de la política hacen que el coimagate estalle en plena etapa electoral, el impacto para el gobierno sería menor en el caso de que De Vido terminara siendo citado por el juez y, para ese entonces, fuera apenas un ex ministro.
Con Boudou hasta el final
Otro que está confirmado con especial énfasis es Amado Boudou. Su perfil atildado y su buen manejo del inglés y del francés es muy valorado por la presidente. A tal punto que el propio Aníbal Fernández se tuvo que rectificar de haberlo criticado, ya que el asunto de que la inflación afectaba más a la clase media fue una elucubración de Néstor Kirchner y de Guillermo Moreno. Éste es otro confirmado que le hace sentir el rigor al ministro de Agricultura, Julián Domínguez.
Es evidente que Boudou y el canciller Héctor Timerman son los dos ministros más afines al estilo Cristina, que es muy distinto al de su difunto esposo. Esto combina con la nueva forma de comunicar. La presidente busca permanentemente tomar distancia y colocarse por encima de sus adversarios, evitando las controversias personales. El objetivo es, evidentemente, intentar demostrar que estamos ante una estadista que no se mezcla con las controversias menores provocadas por una oposición dividida y anárquica.
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