viernes, 26 de noviembre de 2010
ESCÁNDALO
ESCÁNDALO EN EL VÉRTICE DEL PODER
Por el Dr. Jorge R. Enríquez
La causa por enriquecimiento ilícito contra Ricardo Jaime está revelando un entramado de oscuras relaciones y de operaciones irregulares que no sólo salpican al ex Secretario de Transporte sino al vértice del poder que gobierna a la Argentina desde el 25 de mayo de 2003.
Ya no se trata meramente de la supuesta corrupción particular de Jaime, sugerida por un tren de vida enormemente superior al que podría haberle permitido su ingreso como funcionario, sino de todo un sistema fundado en el “toma y daca” de favores, mediante la utilización absolutamente discrecional de los recursos del Estado orientados no al bienestar general sino a privilegiar los intereses individuales - por lo menos en la esfera política - de quienes circunstancialmente conducían los destinos de la Nación. Un ejemplo de manual de lo que en derecho administrativo se conoce como desvío de poder.
En el curso de la investigación, se encontraron alrededor de 20.000 mails emitidos por un asesor de Jaime, Manuel Vázquez, quien describe crudamente las presiones que en 2005 ejercía el llamado en esos mensajes "el Número 1" para que empresas españolas vinculadas a la Secretaría de Transporte realizaran cuantiosos aportes a la campaña electoral de ese año, en el que Cristina Fernández sería electa senadora nacional.
Entre otras lindezas, Vázquez le dice en un correo a Miguel Angel Lorente, un empresario y lobbista español: "Como muchas veces te he mencionado, estos señores del gobierno son muy hábiles pero lamentablemente con cultura pueblerina. Se me ocurre, por lo que yo sé, que hasta ahora siempre han gastado de los fondos que "recaudaron". Recuerda que la campaña para presidente la financió con fondos de su provincia por regalías petroleras, que no aparecen por ningún lado y dicen que los tienen colocados en el exterior".
Y en otro: "Ya no soporto más la presión sobre este tema que está ejerciendo el número uno pidiendo algún tipo de resultado. Está dispuesto a hacer lo que sea necesario con tal de recibir alguna cosa pues es mucho el dinero que está necesitando para mantener la presión necesaria en la campaña. Lo vuelve loco a nuestro amigo Ricardo (por Jaime) pidiéndole resultados...".
Pocas dudas pueden caber en cuanto a la identidad del denominado "número uno" que volvía loco a Jaime. Si bien Jaime dependía formalmente del ministro Julio De Vido, es sabido que en verdad reportaba directamente a Néstor Kirchner, a quien lo unía una estrecha amistad, al punto que en Santa Cruz solían hacer juntos algunas excursiones de fin de semana.
Estos mensajes constituyen la punta de un iceberg que es imperioso conocer. ¿Qué oscuros favores recibieron las empresas españolas que aportaron fondos a las campañas kirchneristas? ¿Cuál fue el arbitrario manejo de los subsidios al transporte que permitió esta situacíón, en la que los perjudicados por estos tratos deshonestos son los usuarios argentinos, que viajan cada vez peor?
La extrema discrecionalidad en las decisiones gubernamentales, la falta de transparencia y la debilidad de los controles institucionales son siempre fuente de corrupción.
Los aportes a las campañas no son gratuitos, máxime cuando son cuantiosos. Se otorgan a cambio de favores, de privilegios, de preferencias que alteran la sana competencia entre las empresas. El costo de esas transacciones lo pagamos todos los argentinos, pero en este caso sobre todo los de menores recursos, que deben necesariamente recurrir a un transporte público de pésimo nivel, que deteriora su calidad de vida.
La corrupción, entonces, no es solamente un tema moral, que lo es: influye directamente en nuestra vida cotidiana.
De paso, estos mails dan una pista - surgida de un funcionario oficial - del misterioso destino de los fondos de Santa Cruz.
UNA OPOSICIÓN QUE ACENTÚA SUS DIVISIONES
Venimos señalando que otra viuda de Néstor Kirchner era la oposición. Desprovista abruptamente del cemento que la mantenía unida, afloraron sus diferencias, no sólo las de las distintas fuerzas entre sí sino las que se manifiestan en el interior de esas agrupaciones, que hasta ahora se mantenían en sordina.
El fenómeno no es nuevo. Le pasó a muchos partidos de oposición al peronismo luego del derrocamiento de Perón en 1955. El que más lo sufrió fue el principal de esos partidos, la Unión Cívica Radical, que a fines de 1956 se escindió dando lugar a dos nuevas formaciones: la Unión Cívica Radical del Pueblo, liderada por Ricardo Balbín, y la Unión Cívica Radical Intransigente, conducida por Arturo Frondizi.
El miércoles pasado, cuando la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados se reunió para considerar las cuestiones de privilegio planteadas por tres diputadas en la sesión en que se trataba el presupuesto, las diferencias volvieron a manifestarse. Poco se habló, en verdad, de los hechos que habían motivado esos planteos. Las siete horas de febriles debates se consumieron en pases de facturas de unos a otros. Entre otros aspectos, fue notoria la divergencia de posturas entre Federico Pinedo y Laura Alonso, ambos diputados del bloque del PRO.
El final, como se sabe, tuvo ribetes escandalosos, cuando la presidenta de la Comisión, Graciela Camaño le propinó una cachetada en la cara al ultrakirchnerista Carlos Kunkel. Si bien la agresión física nunca puede justificarse, hay que situarla en el contexto de las constantes provocaciones de Kunkel, quien viene ofendiendo reiteradamente a Camaño y logró que ésta perdiera la paciencia. Justo es reconocer que la legisladora se disculpó públicamente por la actitud que había asumido frente a las agresiones e insultos que le dispara permanentemente el diputado kirchnerista. Es en él una marca registrada hacia todos los colegas que no comulgan con sus ideas. De la intolerancia y el autoritarismo ha hecho un culto.
Lo cierto es que la crisis en la oposición es ya evidente y sólo cabe preguntarse si se trata de movimientos destinados a mejorar la posición relativa de cada uno con vistas a las elecciones del año próximo o tendrá un carácter permanente.
La política argentina es muy dinámica y no sirven los juicios apresurados. Hoy la situación es muy inestable, con una oposición fragmentada y un gobierno que, contrariamente a lo que proclama en su discurso, sólo está dispuesto a negociar con las corporaciones y no con los representantes del pueblo, a los que pareciera negarles legitimidad, como si las elecciones del 28 de junio de 2009 no fueran una muestra de la voluntad popular, sino un accidente al que no hay que darle importancia.
Será la tarea opositora superar estos barquinazos y demostrarle al país que la Argentina puede y debe tener un gobierno que esté a la altura, por lo menos, de los de sus vecinos en materia de calidad institucional y de progreso social y económico.
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