viernes, 3 de diciembre de 2010

COMO SEGUIRÁ LA NOVELA ???


¿Cómo seguirá la película...?

por Elena Valero Narváez
evaleronarvaez@hotmail.com

Cuando elegimos siempre lo hacemos dentro de un limitado número de posibilidades. Aunque nuestros deseos pueden ser ilimitados jamás podemos alcanzarlos a todos y cuando optamos en la búsqueda de nuestra felicidad debemos dejar o aplazar varias de nuestras metas.

Analizando la situación política actual, si bien es imposible predecir el futuro, ya no podemos aventurar, como hace unas semanas, que los argentinos, como cualquier ser humano, se solidarizarán con el gobierno que les asegure condiciones que permitan mejorar su calidad de vida. Tampoco, por otra parte, que se opondrán a las políticas que vayan en contra de los intereses generales de la sociedad.

Casi todos los analistas políticos estámos desorientados o arriesgamos hipótesis, de distinto calibre, con respecto al futuro político del gobierno actual, cuya cabeza es Cristina Kirchner. Lo cierto es que si hoy sufragáramos ella triunfaría.

La muerte de Néstor Kirchner la ha catapultado en las encuestas. Una porción de la sociedad que antes era neutral o antikirchnerista hoy apoya a la presidente. No importa aún que la inflación les coma el salario ni las denuncias de corrupción.

¿Cuál podría ser la explicación? Es difícil analizar la realidad pero uno de los motivos principales debemos seguir adjudicándolo a la división de la oposición. Peronistas federales, macristas, socialistas, la Coalición Cívica y otras fuerzas, no han logrado unirse bajo un liderazgo que permita superar al gobierno kirchnerista. Es, exactamente, lo que ocurre en Venezuela.

Por otra parte, permanece el recuerdo de La Alianza que llevó a De la Rua a la presidencia. Allí experimentamos el desastre que significó una bolsa de gatos en el poder. ¿Es posible lograr una alianza de otras características?

Algunos especulan con algún cambio positivo en la política del gobierno. Si fuera así, con más razón ganaría las elecciones Cristina Kirchner.

De todas maneras, todavía falta mucho. Podríamos tener sorpresas. La muerte de Néstor Kirchner ha mostrado, una vez más, la importancia que tiene el azar en la Historia.

Queda todavía por ver si la presidente es capaz de dominar a su propia tropa. Puede que varios de los antes incondicionales de su marido pretendan tener vuelo propio y es posible que la competencia entre los funcionarios del gobierno traiga problemas en el 2011.

Parece raro que los argentinos, quienes tanto despotricaron por la corrupción imperante en gobiernos anteriores, hoy, acepten la corrupción generalizada de la que dan cuenta, con lujo de detalles, los diarios que no han aceptado la generosidad kirchnerista.

La preocupación aumenta si las encuestas al favorecer al gobierno lo incentivan a cerrar el sistema social global aumentando la desigualdad ante la ley. Si esto ocurriera, la Justicia dejará de protegernos contra la arbitrariedad de individuos, grupos, corporaciones, y del propio gobierno, el cual podría continuar el intento de definir las inevitables desigualdades según su propia vara determinando cada vez más lo que ocurra en nuestras vidas.

Nos queda la esperanza -dicen que es lo último que se pierde- de que la presidente muestre la racionalidad y el equilibrio emocional necesario, además de información fidedigna, para adaptar su política a la realidad. También, que la oposición se fortalezca y aparezca un líder en quien se encarnen ideas que se reproduzcan en un programa de gobierno que pueda competir con posibilidades de éxito.

Los argentinos tenemos un deber: respetar y hacer respetar el sistema democrático que permite un sector económico privado, la vigencia de la opinión pública institucionalizada y un sistema de partidos. Son las herramientas que permiten controlar al estado para que no trabe la capacidad innovadora de los argentinos. De ella necesitamos para superar la conflictiva situación que vivimos.

El intento del gobierno de monopolizar los medios de comunicación debiera ser una lucha común de la oposición. Si la meta de reducir la libertad de expresión se logra, no se podrán criticar las decisiones del gobierno. En ese caso les será imposible, a las minorías, difundir programas alternativos con el fin de convertirse en mayoría.

Elena Valero Narváez. (Autora de "El Progreso Argentino"Lumiere.2006)

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