viernes, 3 de diciembre de 2010

LA VIDRIERA


MALO - LO PEOR DE LA ARGENTINA EN LA VIDRIERA DEL MUNDO
El haber tomado estado público cientos de miles de cables cursados entre las embajadas americanas en diferentes países y el Departamento de Estado norteamericano constituye un verdadero fiasco para la diplomacia y las Relaciones Internacionales de EE.UU.
Dejó al descubierto apreciaciones, conceptos y definiciones confidenciales y secretas de la política norteamericana referente no solo de países adversarios o de dudosa postura política, sino también de países amigos y aliados. En otras palabras desnudan crudamente ante los ojos del mundo la política exterior de EE.UU y con hasta el momento, consecuencias impredecibles.
Pero estos hechos no son en absoluto nuevos, desde tiempo inmemorial prácticamente desde el mismo momento que se formaron los diferentes agrupaciones humanas y posteriormente los países en el mundo, los gobiernos a través de la diplomacia o mediante el espionaje buscaban lograr obtener información de diferente índole a efectos de situarse en una posición favorable y ventajosa tanto para las negociaciones de cualquier tipo o para el enfrentamiento armado y la guerra.
Lo curioso de esta situación no es el hecho en si, sino que le haya ocurrido a la primera potencia mundial poniéndola en una situación embarazosa y difícil, principalmente con los países amigos y los aliados y por otra parte podría afectar intereses estratégicos de los EE.UU.
Pero como hemos expresado en uno de los párrafos anteriores, la obtención de información estratégica a través de los canales diplomáticos y el espionaje es y fue una constante en la relación entre países.
Tanto en la primera como en la segunda guerra mundial, los diferentes servicios de inteligencia y la información que manejaban las embajadas de ambos bandos fueron vulnerados más de una vez. Simplemente para mencionar un solo ejemplo, recordemos que los norteamericanos pudieron descifrar los códigos de comunicaciones japoneses y de esa manera saber con antelación la intención nipona referente al ataque de la flota americana en Pearl Harbour.
Pese a la moderna tecnología de las comunicaciones la filtración de informaciones confidenciales y secretas siguen existiendo y lo que tomó difusión a través de WikiLeaks es un claro ejemplo de ello y constituye un verdadero episodio singular en la actual política mundial.
El hecho constituye un verdadero escándalo para los EE.UU. No obstante debemos recordar que la seguridad perfecta no existe en ningún orden de la vida.
Siempre que ocurre un hecho de esta naturaleza se debe principalmente a dos factores: el incumplimiento o el deficiente cumplimiento de directivas o normas de seguridad vigentes o que el sistema sea desbordado por la ilimitada creatividad e imaginación del hombre para burlar a estas.
Definitivamente, la seguridad perfecta no existe.
Las primeras noticias informan que la filtración ocurrió por el robo de la información mediante una estratagema casi infantil de un joven soldado americano y la difusión del material obtenido, por Julian Assange, un especialista en informática, fundador de WikiLeaks.
No obstante se aprecia que detrás de esta pantalla visible seguramente hay objetivos de otra naturaleza, probablemente una lucha entre factores de poder en EE. UU.
Como tantos otros países, la Argentina está dentro de los países afectados. En América Latina los países cuyos gobiernos más preocupan al Departamento de Estado norteamericano son Venezuela, Bolivia y Argentina. No podía ser de otra manera: sus políticas y gobernantes salen de un esquema normal y racional.
No obstante para cualquier ciudadano argentino medianamente informado simplemente por los medios vernáculos existentes y la abundante información referente a nuestro país proveniente de medios extranjeros, no debería ser motivo para sorprenderse o escandalizarse.
Todo lo que se menciona en los comentarios e informes elaborados por funcionarios estadounidenses, con un lenguaje muy llano y franco, es ampliamente conocido por la mayoría de los argentinos.
¿O acaso puede sorprendernos que España haya hablado con EE.UU. preocupados por el nivel de corrupción en nuestro país y la suerte de las empresas españolas que invirtieron en la Argentina?
¿Puede sorprendernos las lapidarias críticas del ex jefe de Gabinete Sergio Mazza, quien se refirió a Néstor Kirchner como psicópata, monstruo, con una tendencia matona de la política que refleja su complejo de inferioridad? ¿Que no tenían ninguna posibilidad de ganar las elecciones de 2011? ¿Que los argentinos no permitirán a los Kirchner consolidar su poder con más gobierno autoritario?
¿Puede sorprendernos las duras críticas del primer jefe de Gabinete de la gestión de los Kirchner, Alberto Fernández, con comentarios de similar tenor?
¿No sabemos acaso que el que gobernaba era Néstor y que Cristina solo ejecutaba lo que el decidía y disponía?
¿Acaso no sabemos los argentinos que a NK se lo llamaba “El Loco” y se comentaba la tortuosa y retorcida personalidad del ex presidente y su absoluta falta de honestidad?
¿Pude sorprendernos las sospechas sobre el matrimonio Kirchner en los manejos y operaciones financieras de su círculo íntimo y su negativa a contestar a reportes de Suiza, Lichtenstein y Luxemburgo?
¿No sabemos acaso que el gobierno de los Kirchner se mantiene “laxos” e indiferentes a las políticas antilavado de dinero que constituye un atractivo local para los narcotraficantes internacionales y los terroristas?
¿Que argentino no sabe que el actual Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández utiliza habitualmente un discurso y comportamiento grosero y se lo relacione con el narcotráfico, con el espionaje a gobernadores, empresarios y periodistas y el fraude electoral en Bs. As. y en la provincia de Córdoba?
¿Quién puede sorprenderse de las afirmaciones de Carlos Zannini que “… Néstor y yo nos levantamos cada mañana, miramos los diarios y tratamos de imaginar como sobrevivir al día…”? No es un secreto para ningún argentino que el gobierno no tiene plan alguno y vive postergando los problemas para el futuro e improvisando sobre la marcha.
¿No fue acaso absolutamente conocido el varias veces frustrado, casi desesperado intento de CFK de relacionarse con Obama y lograr una entrevista personal con él, hasta que finalmente lo consiguió para lograr mitigar los exabruptos y agravios pronunciados contra EE.UU. en los primeros meses de su gestión?
¿Cómo puede sorprendernos que se indague sobre la salud mental de la presidente, si conocemos desde probablemente el mismo día de su asunción a la primera magistratura, que padece de una psicosis maníaco depresiva, una paranoia llamada trastorno bipolar? Esta patología presenta frecuentes estados ciclotímicos, al alternar raptos de alegría y euforia y momentos de irritación y profunda depresión, y que en ese estado ello impide razonar coherentemente y adoptar decisiones?
¿O desconocemos su falta de equilibrio emocional y las características extravagantes de la presidente que muestra a las claras que sufre posee o sufre alguna necesidad psíquica o física insatisfecha?
Y así siguiendo los correos dados a publicidad, decenas de afirmaciones que desnudan ante el mundo entero, las miserias y graves falencias de este gobierno.
Queda explicita y taxativamente reflejada la Argentina, expuesta ante la comunidad internacional como un país corrupto, gobernado por un matrimonio venal, enfermos de ambición y poder, y secundados por personajes desleales, ineptos e incapaces que impiden el despegue de nuestro país.
Los nombrados en los cables desfilan por los medios del país negando o explicando lo inexplicable, buscando justificarse o posesionarse ante la evidencia de sus conductas.
El sumiso y adulador oficial del gobierno, Aníbal Fernández, con su habitual grotesco lenguaje expresó que este tema era una cuestión de los EE.UU. Es cierto, pero en su explicación, olvidó mencionar que nuestro país también está en la vidriera, pero mucho peor posesionada. Lamentable.
02-Dic-10 Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL
alfredo@weinstabl.com.ar

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