martes, 14 de diciembre de 2010

LA NUEVA CRISIS




Minicorralito de facto y conflicto social que pueden llevar a un caos similar al del 2001

Por Guillermo Cherashny

Se está produciendo en lo social una situación similar a la de fines del 2001, aunque con algunas diferencias importantes, Por ejemplo, que la economía está creciendo, impulsada por un gran consumismo pero con una inflación en alimentos cercana al 40%. Esto genera a su vez la escasez de billetes de 100 pesos. Hay que tener en cuenta que en el 2001 un billete de 100 equivalía a uno de 100 dólares y a 114 euros y, en cambio, hoy 100 euros son 525 pesos y 100 dólares son 400 pesos. Es decir que la falta de billetes se podría haber solucionado con billetes de 500 pesos. Pero para el gobierno esto sería reconocer la inflación creciente que se niega a aceptar aunque ahora llamó al FMI para que aconseje sobre la reforma del INDEC. Esta situación originó que los bancos pongan límites a los retiros por cajeros y que en algunos bancos anuncien que están descompuestos cuando en realidad no tienen billetes.

Okupas

De ahí que el fin de semana pasada los negocios de los shoppings, las cadenas de electrodomésticos y también los supermercados llenaron de publicidad los diarios del fin de semana pasada con ofertas del 20 al 30% de descuento. Así y todo, el nivel de ventas no aumentó demasiado. La falta de efectivo es grave, especialmente en sectores como los lustrabotas, taxistas y prostitutas. Los efectos son devastadores también sobre los sectores marginales que no tienen dinero para comprar drogas como el paco y pueden originar una situación parecida a la de fines del 2001, cuando multitudes de marginales avanzaron sobre la Casa Rosada.

En ese marco, en el día de ayer se produjeron nuevas ocupaciones en Capital y también en la provincia de Buenos Aires, donde en Bernal ocuparon un predio del frigorífico Finexport, hoy inactivo, perteneciente al grupo Cargill. Allí 500 familias ocuparon un predio de una manzana y el intendente de Quilmes, el “Barba” Gutiérrez, le ofreció a la empresa comprarle el predio. Cargill respondió que primero se deben retirar los ocupantes. El intendente kirchnerista se plantó, avalando a los okupas para que permanecieran allí y recién después negociar con la empresa.

La ocupación de terrenos públicos y privados se está extendiendo como una mancha venenosa por todo el país y amenaza con derivar en una guerra civil de pobres contra pobres. El gobierno por ahora se niega a utilizar las fuerzas de seguridad para reprimir y se espera que siga la misma política con Nilda Garré en el Ministerio de Seguridad. Esto no haría más que empeorar las cosas y entonces podría esperarse una caída de la imagen y la intención de voto de CFK.

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