jueves, 2 de diciembre de 2010

A MERCED DE UNA PIRUCHA


El país, a merced de un gobierno

por Adrián Ventura

cables del Departamento de Estado norteamericano sobre la Argentina confirman datos conocidos o revelan otros nuevos. Pero parecen poner de relieve un aspecto: el Gobierno puso las instituciones a su propio servicio con fines subalternos o poco claros.

Las sospechas abundan:

• En 2009, la embajadora de los Estados Unidos en la Argentina, Vilma Socorro Martínez, envió un cable al Departamento de Estado, para alertar sobre el mal funcionamiento del sistema para luchar contra el lavado de dinero.

La diplomática, citando distintas fuentes, criticó al sistema legal; a los jueces y fiscales, que no obtienen resultados; a la ex titular de la Unidad de Información Financiera (UIF) Rosa Falduto, por bloquear el aporte de datos sobre los Kirchner, y a Aníbal Fernández, quien supuestamente cuando era ministro de Justicia frustró la posibilidad de obtener progresos.

Pero su conclusión fue más lapidaria aún: "Los Kirchner y su círculo íntimo tienen mucho para ganar ellos mismos si continúan con un sistema laxo de aplicación de la ley".

En alguna medida, ese cable fue anticipatorio del relevamiento que, meses después, hizo el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI). En febrero, el GAFI vino a Buenos Aires y redactó un durísimo preinforme: el país sólo cumple dos de las 49 recomendaciones internacionales para luchar contra ese flagelo. Y en la reunión plenaria de París, de octubre último, manifestó su "decepción y seria preocupación" por el desempeño del país.

Ahora, la Argentina tiene cien días, hasta febrero, para sancionar distintas medidas -sin embargo, el Poder Ejecutivo no habilitaría el tratamiento del tema en extraordinarias-. Este mes -el GAFI-SUD se reúne el 17-, y nuevamente en febrero, vendrá al país el presidente del GAFI, Luis Urrutia Corral, para iniciar un proceso de "seguimiento riguroso", y si para octubre de 2011 el país no hace correcciones podrá terminar en una "lista gris".

• Otro cable revela que un alto funcionario español, en 2008, expresó al secretario de Estado norteamericano Thomas Shannon su preocupación por la corrupción en la Argentina. Ese año, los españoles tenían razones para preocuparse. El Gobierno pretendía forzar al grupo español Marsans a vender Aerolíneas Argentinas a uno de tres grupos inversores. En los negocios no hay casualidades.

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