viernes, 3 de diciembre de 2010

REACOMODO


REACOMODAMIENTOS EN LA CASA ROSADA

Mazzón y Aníbal Fernández se quedaron con el comando electoral kirchnerista

Por el Dr. Carlos Tórtora

La mesa chica del kirchnerismo para conducir la operación electoral del 2011 va tomando forma. Néstor Kirchner tenía en este tema una presencia excluyente y tomaba decisiones sin reunir a sus asesores o manteniendo reuniones individuales. Ahora, del tamiz que se produjo en las últimas semanas, va quedando en claro que la operación electoral tiene dos ejes: Aníbal Fernández y Juan Carlos Mazzón. Para reducir los conflictos que son casi inevitables, ambos pactaron una división geográfica del armado electoral. El Jefe de Gabinete se concentrará en Buenos Aires y la Capital Federal, en tanto que el chueco, como se lo conoce en el ambiente peronista, se dedicará al resto del país. La influencia de Mazzón creció mucho desde el deceso de Kirchner y la razón sería que, aparte del ex presidente, Mazzón es el hombre del gobierno que conoce más a fondo a muchos caudillos peronistas y radicales del interior, como Gildo Insfrán, José Luis Gioja, José Manuel de la Sota, Luis Beder Herrera y Miguel Brizuela del Moral.

Por su parte, el Ministro del Interior, Florencio Randazzo, que tiene la competencia electoral, hizo las paces con Aníbal F. y comparte con éste el control de Buenos Aires.

En este reacomodamiento, las figuras de segunda línea se van ubicando debajo de los dos personajes centrales. Es el caso del Director Nacional Electoral, Alejandro Tullio, de trayectoria radical, que responde cada vez más al Jefe de Gabinete. La relación entre ambos es de vieja data. Tullio era el decano de la Facultad de Derecho de Lomas de Zamora cuando Aníbal F. estudiaba allí y según algunas fuentes obtuvo su diploma en tiempo record.

El otro participante de la mesa chica electoral es el diputado nacional (PJ-Buenos Aires) Jorge Landau, apoderado nacional del PJ. Éste oscilaría entre Mazzón y Aníbal F., aunque para algunos estaría más cerca del primero.

Qué hacer con la ley

Como es obvio, el tema central de esta mesa chica es qué hacer con las complejas primarias que, según la nueva ley de reforma política, deberían realizarse el 14 de agosto. La norma presenta problemas insolubles, como el plazo exiguo entre las primarias y el cierre para presentar alianzas, lo que podría terminar de llevar el proceso electoral a un callejón sin salida. Los jueces federales ya trabajan desembozadamente para que las internas no se apliquen. Pero la Cámara Nacional Electoral todavía intentaría defender las primarias. El gobierno aún no decidió qué quiere hacer, aunque hay señales de que CFK no tiene simpatías por la reforma que fue obra de su marido.

Tullio, mientras tanto, sigue sin reglamentar la ley en su conjunto, limitándose a impulsar la reglamentación de algunos aspectos parciales. Por ejemplo y lejos de abordar los graves problemas de la reforma, en los próximos días se conocería un decreto que reglamentará la forma en la que serán distribuidos entre los partidos los espacios en los medios audiovisuales. Una señal más de que el gobierno pretende definir realmente las reglas de juego recién a partir de marzo.

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