lunes, 23 de mayo de 2011
PASADO PASADO
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El pasado es pasado
Quedó demostrado que los ciudadanos quieren saber qué va a pasar con el país en los próximos 30 años y no lo que ocurrió hace más de 30 años.
Quedó demostrado que con gobiernos incompetentes no se necesitan de años electorales para tener paralizado el país. Quedó demostrado que hay grupos políticos que no tienen el mínimo respeto por la voluntad ciudadana, por más que la invoquen en forma permanente. Quedó demostrado que el Frente Amplio es un conglomerado que confunde cuestiones de Estado (una ley doblemente aprobada por el pueblo) con problemas internos. Quedó demostrado que ese conglomerado tiene una organización que asegura su manejo a los sectores marxistas, aquellos que por definición no creen en la democracia. Quedó demostrado que los otros sectores, por más que discrepen, tienen temor a enfrentarlos y aceptan que los manejen como una majada. Quedó demostrado que hay seres humanos que se resisten a ese triste papel, asumen sus responsabilidades y defienden sus convicciones, a riesgo de la más brutal excomunión. Quedó demostrado que, aunque da trabajo, hay gente y partidos que luchan para que se respete la Constitución. Quedó demostrado que el "como te digo una cosa te digo la otra", del Presidente de la República ha caído en el más absoluto desprestigio. Quedó demostrado que la gente está harta que se siga con el tema de la Ley de Caducidad, que ya laudó dos veces: solo 2.000 personas en el momento pico asistieron a la mega convocatoria frente al Palacio Legislativo del Frente Amplio, organizaciones sociales y el Pit-Cnt.
Quedó demostrado que los ciudadanos quieren saber qué va a pasar con el país en los próximos 30 años y no lo que ocurrió hace más de 30 años. Veintisiete personas, los principales responsables de ese pasado, están hoy purgando condenas con la Ley de Caducidad. Una ley que ni siquiera ha sido derogada por el Parlamento pese a que desde el 2005 hay mayorías automáticas, además de proyectos y votos de la oposición para hacerlo. Si no se hizo, es porque el dueño de las mayorías no quiso hacerlo. Sus motivos tendrá.
¿Se seguirá apostando al país confrontativo o se buscará transitar por el camino de la unidad? La paz no asegura justicia, pero termina una guerra y permite encarar el futuro. El Presidente Mujica pronunció un breve, pero conceptuoso discurso durante los actos del bicentenario de la batalla de Las Piedras: habló del mensaje artiguista de "clemencia para los vencidos", de que "no hay superación con odio", de "no trasladarle a las generaciones que vienen las frustraciones de la nuestra", de "ser mejores jueces con nosotros mismos y un poco más indulgente con los demás", de un país que por encima de sus diferencias "tenga el coraje de poner por delante el nosotros". Como discurso excelente, pero ¿cuándo se empezará a construir todo eso que pregona? ¿Discutiendo por enésima vez y durante ocho meses la Ley de Caducidad? ¿Cuándo será la hora de dejar de hablar y mirar para delante, para empezar a "hacer", a gobernar? Excelente fue también el discurso del 1° de marzo de 2010, pero ¿y después qué pasó?
Este gobierno no solo goza de una formidable bonanza económica que viene de afuera, sino de una oposición seria, que ha tenido una actitud madura en las pocas iniciativas que envió el Ejecutivo. No es una oposición al todo o nada, o al cuanto peor mejor a que apostó siempre el FA cuando desempeñó ese papel. Es consciente de las necesidades del país, de las urgencias de sus problemas, que no ha empleado el mecanismo del "palo en la rueda", sino la mano extendida y franca cuando se trata de causas justas para la sociedad. Téngalo presente Presidente, porque su partido ya aprendió a dejarlo solo.
No recordamos gobierno que haya disfrutado de un panorama similar. Aprovecharlo es su desafío. No hay excusas para el fracaso. Se trata que los uruguayos vivan mejor, que se les garantice seguridad y calidad en la educación de sus hijos. Que se construyan obras de infraestructura imprescindibles: carreteras, puertos, que el ferrocarril vuelva a funcionar, que el suministro de energía no dependa exclusivamente de la voluntad de Dios. Que el año del Bicentenario de la Gesta Artiguista encuentre a todos los buenos orientales, cada uno con su forma de pensar, unidos. Esa es la ley primera.
Editorial El País Digital
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