SORDO COCACOLERO

No hay peor sordo...


... que el que no quiere oir, ni peor ciego que el que no quiere ver. Eso es precisamente el presidente Evo Morales.

Por Susana Seleme Antelo

Avanza sin oír, ni ver, ni conocer la realidad del país que tiene muchas más voces y miradas que las que él oye y ve, cercado mentalmente por las montañas de sus prejuicios, sus reconcomios y sed hegemónica del poder.
En medio de un Estado que se cae a jirones por los atropellos a los Derechos Humanos, a la legalidad y la institucionalidad, la estrategia del gobierno pasa por la aprobación de su colérico proyecto de Constitución con reelección, sin escuchar las demandas departamentales.

En esta coyuntura, lo que hicieron en Pando debía hacerse en Santa Cruz, Beni y Tarija. Se aplicaron en Pando, pensando que ante el Estado de Sitio, el prefecto Mario Cossío, delegado de los demás prefectos autonómicos, rompería el diálogo recién iniciado. Así, Morales podía llegar a la reunión de UNASUR, no sólo señalando con el dedo y sentenciando al Prefecto pandino, Leopoldo Fernández, sino esgrimiendo otra acusación: la oposición rompió el diálogo.

Como no les resultó ese movimiento táctico, esperaron la declaración de UNASUR, de total beneplácito para el gobierno, aunque Hugo Chávez quería una condena a Estados Unidos por el intento, ‘dizque’, de golpe contra Morales. El gobierno tampoco contó con el ‘candadito’ que le pusieron los presidentes sudamericanos: sentar las bases para un diálogo con la oposición de las regiones y buscar la pacificación del país.

Ante ese mandato, ejecutó el plan ‘B’: la detención arbitraria de Fernández. Lo detuvieron sin el debido proceso, violando todas las normas, con mentiras e infamias, ahora acusado por un juez que ni siquiera estuvo en el lugar de los hechos. Lo sentenció a detención preventiva, porque el gobierno le ha prometido que será el nuevo Fiscal General de la Nación. ¡Sordos, ciegos, venales y corruptos los del gobierno! Pero también les falló esa táctica, porque no se rompió el diálogo y, más bien, el prefecto tarijeño en compañía del prefecto cruceño, Rubén Costas, firmó el documento con el Cardenal Julio Terrazas, como testigo.

El gobierno desnudó sus intenciones: nunca quiso el diálogo. Por eso recurrió a la fuerza militar, la represión y a la infamia. Hoy ‘dialogan’ de mala gana, a pesar de los testigos internacionales, como si este diálogo fuera el escenario de la Asamblea Constituyente, donde cometieron feroces transgresiones al Estado Social y Democrático de Derecho. Una vez más, los movimientos sociales masistas recurren al ‘cerco’: lo aplican al recinto donde se desarrolla la reunión, en Cochabamba, ‘presionando’ a fin de que el MAS tenga luz verde para aprobar su abigarrado proyecto constitucional. A cambio de ello, darían curso a las autonomías. ¿Cuál de entre el enjambre autonómico que propone: municipal, provincial, regional, indígena, departamental?

Mantienen a Santa Cruz cercada, provocadoramente, buscando la confrontación. Piden justicia por tres normalistas caídos en Pando, pero se olvidan de los tres muertos en Sucre y las decenas de heridos, mientras el ministro Rada, comandante de campo entonces, se campea libre y orondo por todo el país, sin juicio ni proceso.

Los muertos en Santa Cruz y todos los muertos de Bolivia en el gobierno de Morales, también piden justicia, mientras él va ciego y sordo, ensoberbecido, creyendo que lo que naturaleza no le dio -sabiduría y mesura para gobernar- se lo puede prestar un ‘Honoris Causa’.

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