martes, 24 de febrero de 2009

KIRCHNER: PREDICA CON LA BRAGUETA ABIERTA


PREDICANDO MORALIDAD CON LA BRAGUETA ABIERTA…

Por Jesús Alberto Scanavino (*)

Hace unos pocos días volvimos a ver y oír al Sr. Néstor Kirchner, en uno de sus acostumbrados desbordes de arrogancia e intolerancia patoteril, embestir contra la policía de la Provincia de Buenos Aires y todos sus efectivos. “Hay que limpiar a la policía de delincuentes” dijo públicamente dirigiéndose al gobernador, como si la inseguridad, la violencia social y la matanza de vecinos y policías que se registra, sin precedentes, desde hace varios años, se debiera a la conducta delictiva aislada de unos pocos policías desleales, que juntos, incluyendo los que eventualmente podrían detectarse en el transcurso del presente año, no llegan al 1% del total de la fuerza.

Lamentablemente lo hizo en presencia del mismísimo Jefe del Gobierno provincial, es decir del Comandante en Jefe de la fuerza policial, quién por tal investidura, en el mismo acto, debió defendernos de los arrebatos de este señor, que al final de cuentas no es más que el jefe de un partido político, sin ninguna autoridad sobre el Gobernador; ni siquiera sobre el funcionario policial de mas baja graduación. Nuestro Gobernador Scioli permaneció imperturbable como un afiche. Y esa habría sido la causa principal –y no otra- que desencadenó la renuncia del ex Jefe Salcedo. La actitud apocada, la falta de valor, que demostró el gobernante a la hora que debió plantarse y hacer honor a su predica de defender a la policía, el incumplimiento de la palabra empeñada por parte del gobernador habría sido el detonante para el alejamiento de gran parte de la plana mayor. Pero eso ya es historia.

Lo verdaderamente insoportable de toda esta cuestión, es la hipocresía sin límites del Sr. Kirchner. A todos los argentinos nos prometió –en la campaña presidencial suya y de su esposa- mejorar la calidad institucional mediante el respeto a la Constitución y la independencia de los Poderes; nos prometieron una reforma sustancial en las prácticas políticas en respuesta al recordado “que se vayan todos”. También nos prometió el cese de impunidad a la corrupción, justicia y una mejor calidad de vida. Poco y nada de esto cumplió durante su mandato.

Arremetió contra los demás poderes, a los que amoldó a sus antojos; no hizo ninguna reforma política; todos los sectores lo acusan de usurpar el poder del estado permanentemente, inmiscuyéndose en la gestión de la Presidente que es su esposa; malversa los bienes del estado en connivencia con ella, la Presidente, según fuera denunciado públicamente y ante la justicia, ya que utiliza las aeronaves de la presidencia para cuestiones partidarias, que corresponden al ámbito privado; esta siendo investigado por enriquecimiento ilícito, al no poder demostrar el fenomenal crecimiento de su patrimonio (que al ser bienes gananciales también enriqueció a la esposa) en el periodo que fue Presidente de la Nación; todavía no hay responsables y mucho menos condenados por el ingreso de una valija repleta de dinero, que funcionarios de su gobierno, allegados personales además, en avión fletado por el estado, intentaron ingresar subrepticiamente al país procedente de Venezuela y destinado a la campaña política de su esposa; tampoco avanzan las investigaciones por varios hechos escandalosos de corrupción denunciados públicamente y que lo involucran; últimamente fue denunciado ante la justicia por Asociación Ilícita y atenta contra la libertad de prensa como lo denuncian públicamente no pocos periodistas…

Sin embargo, este señor, con la impunidad que en nuestro país brinda una tribuna política, le reclama públicamente al gobernador que “limpie la policía de delincuentes…”, pretendiendo eclipsar con su diatriba, la descollante actuación del camarada Aldo Garrido y el proceder de cientos de policías que, como Garrido, cayeron valientemente bajo las balas de los delincuentes, cada vez mas atrevidos y agrandados por la sobreprotección que imprudentemente les brinda el mismo estado que él mismo gobernó y gobierna.

¡Hipocresía sin igual! Sabe muy bien que la corrupción en las reparticiones públicas es consecuencia y no causa. Consecuencia de administraciones políticas decadentes, donde anidan, mimetizados entre los buenos, algunos políticos mediocres, ambiciosos, a los que no les interesa la patria ni sus conciudadanos, y mucho menos las instituciones publicas. Predadores del dinero del estado, que solo persiguen el poder para asegurar la rapiña e impunidad, propia y de sus amigos o allegados. Y también sabe que fue precisamente en su periodo de gobierno donde creció, inusitadamente, la delincuencia y la violencia. Tuvo –y tiene- mayoría legislativa absoluta como para sancionar todas las leyes que creyera conveniente para solucionar el problema, sin embargo no lo hizo. No solucionó nada. A nadie puede culpar ahora.

Al Sr. Kirchner, que tiene el atrevimiento de insultar, una vez mas, a la fuerza policial, quiero decirle que en las cárceles hay muchos delincuentes que vestían el uniforme policial y que fueron descubiertos, denunciados e investigados por los propios compañeros policías; en cambio, hasta ahora no conocemos ningún compañero suyo, del kirchnerismo, y menos de su gobierno, que haya sido denunciado y encarcelado por denuncia suya.

Sería bueno que se ocupe de limpiar su propia casa y luego reclame por las demás. No se puede predicar moralidad o buenas costumbres con la bragueta abierta…

El Sr. Gobernador debiera saber que su silencio ante semejante afrenta, sorprendió y desagradó masivamente a los cuadros policiales, y que mientras este tipo de acusaciones al voleo, propio de personas inescrupulosas, se sigan produciendo, será muy difícil lograr la seguridad deseada.

Una vez más reiteramos, que los medios más modernos, los mejores planes contra el delito, ni la cantidad de efectivos, servirán para nada si primero no se satisfacen las necesidades y derechos del personal policial –entre ellos el merecido respeto-; si no se tiene en cuenta el factor humano de quienes llevan la pesada carga de hacer cumplir la ley.

(*) Jesús Alberto Scanavino es Comisario (R.A.) y Secretario de Organización de APROPOBA (Asociación Profesional de Policías de la Provincia de Buenos Aires)

crónica y analísis

1 comentario:

Anónimo dijo...

Asi como destruyeron las FFAA , ahora van por la Policia. Es indispensable que destruyan todas las Instituciones.
Y asi cada dia nos acercamosmas a Haiti ,El Congo , etc.
Despues pedimos "ayuda " y nos mandan a los cascos "no se que color".

Que Dios nos Ayude !