domingo, 22 de febrero de 2009
LOS RIKOS DEL KURRO
Pertenecen al círculo áulico del matrimonio presidencial, pero no son conocidos públicamente. Crecieron a la sombra de los negocios que se generan en el ámbito de las obras públicas. Osvaldo Sanfelice era director de rentas de Santa Cruz y ahora es socio de los K en el manejo de jugosos negocios.
Raúl Copetti era tesorero del Frente para la Victoria y hoy es dueño de un hotel valuado en cinco millones de dólares. Víctor Manzanares pasó de ser un pequeño contador a llevar las cuentas de múltiples firmas. Juan Carlos Relats se quedó con las grandes obras de infraestructura. Todos tiene problemas para justificar su fortuna.
El matrimonio presidencial amasa una fortuna de 17.824.941 millones de pesos, un patrimonio que apenas puede explicar. Pero también crecieron sus laderos, aún más complicados a la hora de las sumas y restas que no dan. Y no sólo se trata de los ya conocidos Cristóbal López o Lázaro Báez. Hay más nombres en el universo de los negocios K.
Osvaldo Sanfelice, que sólo tiene como antecedente ser un ignoto director de rentas de Santa Cruz ahora es socio de la familia Kirchner y de Cristóbal López en emprendimientos millonarios. Víctor Alejandro Manzanares, contador de pequeños capitalistas patagónicos hoy cuenta la fortuna oficial y opera para ellos.
Juan Carlos Relats es dueño de constructoras y hoteles cinco estrellas, y Raúl Copetti, tesorero del Frente para la Victoria (FpV)y funcionario santacruceño de tercera línea, ahora es dueño de un hotel valuado en más de 5 millones de dólares. Todos se convirtieron en los cerebros comerciales de Kirchner.
Todos. Imago es el único hotel y spa cinco estrellas de El Calafate. Su construcción empezó apenas asumió Kirchner y se inauguró hace poco más tres años. Está valuado en más de 5 millones de dólares y, para guardar las formas, es manejado por Pablo Copetti, hijo de Raúl Copetti, tesorero del FvP y apoderado del Partido de la Victoria junto a Graciela Ocaña. Incluso para la inauguración del hotel, parte del mobiliario fue trasladado desde Buenos Aires en el Tango 01, en uno de los viajes del matrimonio presidencial a El Calafate. Presidencia se encargó de guardar ese viaje con recelo cuando el uso del nave oficial como flete pasó las fronteras del circulo íntimo.
El hotel es manejado por Emprendimientos Turísticos Patagónicos S.A, una sociedad manejada por padre e hijo y por Yapa S.A, otra empresa de los hijos de Copetti: Yanina y Pablo. Antes de la llegada de Los Sauces, todos señalaban a Imago como el hotel de los Kirchner. Hoy, al menos en la teoría, son competencia.
Osvaldo Sanfelice también siguió el camino K. El Bochi, como lo conocen en el terruño pingüino, tiene 59 años y conoce a los Kirchner desde hace más de veinte años. Fue director de rentas de Santa Cruz y se dedicó, mediante una sociedad con Máximo Kirchner, a controlar las propiedades de los Kirchner en Santa Cruz.
Pero en noviembre de 2008 pegó el gran salto y se asoció de igual a igual con Cristóbal López, el zar del juego kirchnerista, en Talares de Posadas S.A, una constructora con sede en Posadas, dispuesta a ingresar en el sinuoso pero rendidor terreno de la obra pública. Sanfelice también es empleado de López. Según los registros del ANSES, Sanfelice es empleado de Alcalis de la Patagonia SA, la única empresa generadora de carbonato de sodio en el país, dueña de un patrimonio superior a los 100 millones de pesos.
Sigue
El mes pasado, el Bochi terminó de cimentar sus negocios. Formó junto a Máximo Kirchner y Romina Mercado, la hija de Alicia Kirchner, Hotesur S.A, una empresa dedicada a gerenciar el hotel Alto Calafate, que quedó en mano de los Kirchner por una operación superior a los 9 millones y medio de dólares. Hace algunas semanas, inauguró en Río Gallegos su nuevo estudio junto a la sobrina del ex presidente. Allí también mudó la inmobiliaria.
Al equipo de socios se suma Juan Carlos Relats un millonario correntino, dueño del hotel Panamericano y de una serie de constructoras, abonadas al club de la obra pública.
A diferencia del resto, Relats sería el que menos problemas tendría a la hora de explicar sus números. Antes de la llegada de Kirchner, ya era dueño de un gran capital. Pero supo hacer de su buena relación con Néstor una sociedad infranqueable. Relats es el gerenciador de Los Sauces SA, el hotel de los Kirchner en El Calafate.
Según la explicación patrimonial de los Kirchner, el correntino les pagó más de 4 millones de pesos en conceptos de ganancias del hotel en el 2007. Pero al mismo tiempo, el empresario es proveedor del Estado a través de JCR SA y Rutas del Litoral SA Sólo en concepto de Fideicomisos de Infraestructura, Relats recibió por esas dos empresas más de 10 millones de pesos del Estado. Además, construye la última etapa de la autopista Córdoba-Rosario.
Todos los números de los Kirchner son controlados al dedillo en el estudio del contador Víctor Manzanares. En su oficina se asentó Los Sauces SA, la sociedad de Máximo, Néstor y Cristina. El hijo mayor es el encargado de controlar junto con el contador que cierren los números.
Manzanares siempre trabajó para el matrimonio presidencial, pero empezó a ordenarle los papeles hace tres años. El contador es el encargado de aconsejar a Kirchner a la hora de las operaciones. Incluso, junto con Sanfelice funcionan como una suerte de gestores de los Kirchner.
Manzanares además fundó Madaco S.A, un empresa que ya le permitió quedarse con varias propiedades. En el sur, todos aseguran que atrás de él está su jefe: Néstor. Perfil
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1 comentario:
La clave podría estar en el hotel Intercontinental y en su edificio torre Monserrat. Los padrinos: Soros, Elzstain, Mindlin y otros varios podrian informar algo más
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