miércoles, 11 de febrero de 2009

TARTAGAL


TARTAGAL Y EL ESTADO AUSENTE

Por el Dr. Gustavo Aramburu

Tartagal junto a su vecina General Mosconi, generaban gas y petróleo por doquier, hasta que un buen dia , YPF se vendió. Vinieron las indemnizaciones pagadas por YPF, pero estas prontamente se esfumaron de la mano de emprendimientos comerciales inviables y la pobreza no fue solo triste patrimonio entonces de los wichi-mataco, chirihuana, tapiete, toba, chorote, entre otros.

Tartagal nunca volvió a ser la misma, en el 2006, como hoy, la naturaleza se ensañó con la ciudad; las lluvias y la inundación arrasaron con vidas, viviendas y esperanzas. Un alud de agua y barro ocasionó una nueva hace horas.

Llueve, se desborda el rió y arrasa. ¿Catástrofe natural, consecuencia de la tala de montes, falta o falla de obras de contención y viales? Son muchas las variables que entran en juego al analizar esta situación.

Los Estados Nacional y provincial deben tener una presencia fuerte, no sólo en canalizaciones e infraestructuras, desde ya útiles y ausentes muchas veces , sino también en una ordenación del uso del territorio reforestar y cuidar las cuencas.

La zona de este desastre, ha sido desvastada por el hombre sólo se conserva el 5 por ciento de esa geografía en estado natural.

Las principales causas del avance de los ríos sobre sitios de Salta son las malas prácticas forestales, la falta de mantenimiento y de inversión en obras, y por ultimo los cambio climáticos debido al aumento de precipitaciones.

Un Estado presente, tiene una agenda ambiental, la contaminación y la deforestación, son temas prioritarios en esta.

Cuando un Estado es abandonico de sus obligaciones necesariamente sufren los sectores más vulnerables, que son quienes requieren mayormente de su protección y concurso.

Tartagal se une a la lista trágica de Ciudades que añoran otros tiempos, como Cutral Co, Plaza Huincul, Sierra Grande, Comodoro Rivadavia, fueron victimas de la rapiña, la corrupción, la falta de patriotismo y la falta de Estado. Espero que no sean victimas también de la desmemoria.

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