lunes, 21 de junio de 2010
ALGUIEN TIENE QUE PROPONER ALGO
(Disculpe, acá no hay noticias ni sobre el mundial ni sobre Timerman)
Por Malú Kikuchi
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Faltan sólo 16 meses para las próximas elecciones presidenciales, y aunque en Argentina 16 meses pueden ser equivalentes a eras geológicas completas, el día de la elección, llegará.
Se supone que habrá internas abiertas y simultáneas, eso dice la ley. ¿Entre quienes?, es una incógnita. Se puede deducir, especular, usar la lógica y hacer encuestas, nada es seguro.
Es posible un “pan radicalismo” alrededor de Alfonsín (h), que sume el socialismo y la coalición cívica. Lo que impediría que el FPV fuera apoyado por la izquierda democrática, que seguiría a Alfonsín.
Si hay una interna radical entre Alfonsín y Cobos, gana Alfonsín. Si la interna es abierta, gana Cobos que tiene simpatías entre los independientes. En ese caso, salvo milagro, ni socialistas, ni “lilitos” apoyarían a Cobos. Son sólo especulaciones.
Hasta hoy, Pino Solanas dice que va con candidatura propia, siempre que consiga los votos necesarios para que su partido sea oficialmente aprobado por la nueva ley de partidos.
El PRO, sin Solá, ni De Nárvaez, ambos PJF, tiene a Macri como candidato a: ¿? El PRO no es un partido nacional por lo que necesita al PJF; por su lado el PJ, de cualquier signo, federal o K, necesita alguien en la ciudad. Siguen las incógnitas.
El peronismo federal manda un mensaje de unidad y le dice a la ciudadanía que no van a hablar de candidaturas hasta diciembre o marzo del año que viene. Aunque si van a una interna cerrada no se sabe quién puede ganar y si van a una interna abierta, tampoco.
Si Reutemann se baja de la candidatura presidencial, hoy, el candidato más sólido es Duhalde, por eso de: “el que trajo al loco que se lo lleve”. Pero hay que esperar que baje su imagen negativa y que suba la positiva.
Ni siquiera con el FPV hay certezas. Los candidatos pueden ser Kirchner, Cristina (difícil), Scioli o algún tapado que tenga K en su galera llena de trucos. Todas son disquisiciones que parten de una cierta lógica política, conscientes que en política hay de todo, menos lógica. La extrema izquierda apoyará a K. Eso es una realidad.
El problema mayúsculo es que hasta ahora, nadie, pero nadie, propone una Argentina para los próximos 30 años. Se discuten nombres, nunca ideas. Se sabe lo que los candidatos no van a hacer, se sabe lo que les gusta y lo que no; no se les conoce una propuesta formal sobre el país que sueñan para el futuro.
Hay liderazgos y hay partidos. Más lo primero que lo segundo. Lo que no hay es un proyecto de país abierto hacia adelante. Fue llamativo que en el bicentenario nadie nombrara o aludiera al futuro.
Argentina hoy, sólo recuerda su pasado. Un pasado que recrea, la horroriza o la deslumbra, pero no proyecta un futuro, como si éste le fuera negado al país por alguna oscura conjura liderada por la derecha, los EEUU, el FMI y los neoliberales (¿?).
Ningún candidato, ningún partido habla del futuro argentino. No hay planes sobre la educación del siglo XXI, que es algo más que usar una computadora; no hay proyectos sobre el medio ambiente y el uso de energías renovables y limpias. ¿Cómo piensan combatir la droga?
No hay ideas para reunificar el país, reinsertar a las FFAA que son previas a la nación y que lucharon para que esta existiera; no hay proyectos para una reforma política que deberá servir en las próximas décadas, ni para una imprescindible reforma impositiva.
No hay planes sobre el desarrollo del campo que debe triplicar su producción actual y exportarla. No hay planes sobre la falta de viviendas, o el necesario trazado de autopistas para solucionar el tema del transporte de hoy, y de los años por venir. ¿Y el hambre? Nadie sueña el futuro argentino. Sólo se piensa en remiendos de emergencia.
Los candidatos se rigen por las encuestas. Todos quieren ser políticamente correctos. Desgraciadamente lo políticamente correcto por regla general no es correcto en el largo término. Y Argentina se ha convertido en el reino del corto plazo.
Los candidatos, hoy, acuden a las consultoras de imagen que trabajan con las encuestadoras, y en vez de preguntar “¿Cómo expreso mejor esta idea, cómo la digo de forma atractiva?”, preguntan “¿qué digo”. El problema no es el “cómo”, el problema es el “qué”.
La consultora puede ser de excelencia, normalmente lo es, y los encuestadores son aptos, más allá de las encuestas para la gilada, hacen encuestas en serio para sus clientes; el problema es que los candidatos se dejan llevar por aquello que le dicen que la gente quiere escuchar.
La gente siempre necesita cosas para ayer y nadie le puede exigir a Doña Rosa que proyecte el futuro del país, ése es el rol de los líderes en serio, no el de los líderes carismáticos, ni el de los líderes por herencia, sino el de los líderes legales -la división de los diferentes liderazgos, es de Max Weber-.
Se necesitan planes, proyectos, políticas de estado, líderes avizorando el futuro. Si sólo hacen campaña para conseguir votos y vencer al FPV, Argentina tendrá una decepción más y ya lleva demasiadas.
Además hay que tener en cuenta que Argentina el 11/12/11 va a ser un campo minado muy difícil de manejar. Sin instituciones ni respeto por las normas, con la gente expresándose en la calle y con fuerzas de seguridad que no están preparadas para reprimir sin violencia. Con el auge de la delincuencia y la inseguridad del resto.
El nuevo gobierno, el que fuere, se va a encontrar con una maraña de subsidios, con un 30% de pobres, la mitad indigentes; con una corrupción generalizada y una historia distorsionada y una franca decadencia en la educación pública. Más el descontrol de la droga.
Los candidatos no deben dejarse llevar sólo por las consultoras y las políticas “correctas”. Además de ganar, necesitan imaginación para ver lo que todavía no existe y voluntad para construir el futuro. Necesitan sueños imposibles que se hagan realidad.
Una vez se hizo. El teatro Colón se inauguró en 1908, pensando en el 2100. A finales del 1800 las vías del FFCC se tendieron a lo largo de un país desértico, esperando poblarlo y hacerlo crecer.
Más allá de las políticas correctas de hoy, que pueden no serlo mañana, más allá de las encuestas que señalan lo que quiere la gente, habría que recordarle a los candidatos, que el director de orquesta le da la espalda a la gente y de su batuta, de la partitura que estudió, armonizando a los idóneos integrantes de su conjunto, produce música.
Alguien, sin elucubraciones politiqueras, pensando sólo en la nación, algún candidato como el director de orquesta, tiene que proponer algo, para que Argentina finalmente sea lo que debe ser: ¡una nación grande, con un pueblo feliz!
Malú Kikuchi
http://www.lacajadepandoraonline.com/
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