jueves, 3 de junio de 2010

EL MUNDO NOS CACHETEA


Mercantilismo K: El mundo devuelve el guante

Por Agustín Monteverde

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• El gobierno argentino se queja del proteccionismo en todos los foros en los que participa pero no ha tenido pudor en usar esas mismas recetas.

• El gobierno nunca admitió que exista una prohibición de importar alimentos, pero esa decisión fue comunicada verbalmente a los empresarios por el secretario de Comercio Interior.

• Las naciones que colocan barreras suelen ser las que por el tamaño de sus mercados e incidencia en el precio internacional de ciertos productos constituyen lo que la teoría de la economía internacional denomina “países grandes”: en su caso, y sólo respecto a aquellos bienes, pueden beneficiarse de trabas al comercio.

• Ése no es, por cierto, el caso de los “países pequeños”: colocar trabas comerciales respecto a bienes en cuyos precios internacionales no pueden incidir no les provee ventaja alguna, sino que significan un deterioro del ingreso nacional.

• En el caso de la Argentina es particularmente contraproducente imponer trabas comerciales, pues hoy le vende al mundo más de lo que compra.

• Cuesta entender que se exponga el superávit comercial a represalias mucho más gravosas en términos de divisas y de mercados de largo plazo que los supuestos beneficios a obtener.

• Es cierto que es importante generar trabajo para los argentinos y hacer crecer el mercado interno.

• Pero no es protegiendo a la industria que eso se logra.

* En primer lugar porque la tecnología hace que las personas que trabajan en la misma sean cada vez menos; hoy la mayor parte del trabajo lo aportan los servicios y el comercio.

* En segundo lugar, la protección sólo sirve, y así quedó demostrado históricamente, para 1) deteriorar el poder adquisitivo del pueblo obligando a que compre caro productos de baja calidad, y 2) enriquecer a los empresarios que -con mercados convertidos en verdaderos cotos privados de caza- usan las prebendas que les concede el estado para aumentar ganancias sin mejorar costos ni calidad ni salarios.

• El gobierno de Brasil advirtió que está dispuesto a aplicar reciprocidad y frenar importaciones desde la Argentina si se mantienen las trabas para vender alimentos.

• Así lo expresaron el canciller C. Amorín y el director de Comercio Exterior, W. Barral, que enfatizó que las represalias se adoptarán “con solo apretar un botón”.

• “Las medidas de liberalización o de restricción serán siempre proporcionales al trato concedido a los exportadores brasileños” (Barral).

• Los industriales paulistas denunciaron que importadores argentinos cancelaron 70 % de los contratos por temor a que los productos queden frenados en Aduana.

• Los productos brasileños más afectados son golosinas, snacks, chocolates, choclos y tomates en lata.

• Brasil exporta a la Argentina un cuarto de lo que importa en productos alimenticios (U$500 MM contra U$2000 MM).

• El gobierno de Lula tendría ya decidido retrasar la liberación de las licencias no automáticas para el ingreso de vinos, lácteos y frutas procedentes de la Argentina.

• Esas trabas ya fueron aplicadas en octubre pasado, también en represalia al proteccionismo local.

• China, por su parte, trabó hace ya dos meses los embarques argentinos de aceite de soja en lo que se presume como una represalia contra nuestras trabas a las importaciones de ese país.

• A partir de aquel anuncio, las compras de poroto sin procesar se multiplicaron.

• Ahora adelantó la posibilidad de paralizar sus compras de soja sin procesar a partir del mes próximo ante un exceso en sus stocks tras las fuertes importaciones del poroto.

• Los embajadores de la Unión Europea -bloque con el que mantenemos un importante superávit bilateral- también advirtieron que actuarán con reciprocidad.

• Operadores del sector agropecuario temen que India se sume a las naciones que apliquen represalias contra las trabas argentinas; hoy ese país es clave para el aceite de soja, tras el freno en la compra de ese producto por parte de China.

• A las peleas con Rusia por la carne, en estos años le hemos sumado varios cortocircuitos con Brasil, cruces con China por el aceite de soja y ahora un incipiente conflicto con la India por insumos para telecomunicaciones: en resumen, pleitos con todo el BRIC, precisamente el grupo que motoriza a la economía mundial.

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