martes, 1 de junio de 2010

FICCIONES Y MIEDOS


DE FICCIONES Y DE MIEDOS

Por Ricardo Saldaña

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“Hay una sola certeza para 2011. La historia y la aritmética, nos notifican que no habrá un apellido Kirchner en la fórmula que el electorado consagre para desempeñar la futura administración.”

Esta provocadora afirmación está contenida en un artículo que titulé “La batalla de las Ardenas” (Newsletter CAUSA ARGENTINA N° 3), hace exactamente ocho meses, y se ha consolidado, a mi entender, con el paso del tiempo. Con las debidas disculpas por lo que algunos puedan apreciar como un pecado de autorreferencia, la rescato intencionadamente, a la manera de una suerte de test de hipótesis, impulsado por una atmósfera de desesperanza, que creo advertir en las filas de quienes transitamos este largo y particular adviento (con perdón por la herética irreverencia), hacia el fin de la larga noche iniciada en Mayo de 2003. Esa sensación es la contrafigura de un sobreactuado reverdecimiento de las expectativas electorales del gobierno, machaconamente impuesto desde las usinas mediáticas oficialistas, que comienza a filtrarse en parte del análisis político.


CHAMANISMO

La secular obsesión kirchnerista por la construcción de realidad, así como su apuesta permanente por la manipulación mediática, es demoledoramente reveladora, sin duda, de la profunda subestimación de la capacidad que le reconocen al pueblo para generar pensamiento propio.

Los alquimistas de la acción psicológica oficial, sueñan con instalar un clima triunfalista suficientemente extendido, propicio para que opere la llamada “espiral del silencio”. Este peculiar mecanismo sociológico, estudiado por la desaparecida politóloga alemana Elisabeth Noëlle-Neumann, indicaría que aquellos individuos cuyas opiniones divergen de las impuestas como supuestamente mayoritarias, tienden a autocensurarse dentro de su grupo de pertenencia, por el natural temor a ser rechazados por sus pares. Este fenómeno, imaginan los konsultores en comunicación, puede inducir un autoapalancamiento de la imagen construida, que allanaría el camino hacia la soñada re reelección, sustentado en la megaestructura mediática en gestación.

Lo llamativo, y preocupante agregaría yo, es la sorprendente permeabilidad social a confundir la natural estrategia de un gobierno que se sabe de salida, exclusivamente enfocada a neutralizar el deletéreo efecto conocido como “pato rengo”, con genuinas posibilidades de sobrevida más allá de 2011. En todo caso, un desafío interesante sería tratar de desentrañar, qué mecanismos se esconden en los pliegues de la anémica convicción con que la sociedad procesa señales de debilidad tan potentes, derivadas de hechos concretos tan contundentes como irrefutables.

Tal vez nos encontremos frente a un caso de manual, del fenómeno que Noam Chomsky definiera como “el problema de Orwell”, es decir, la sorprendente capacidad de algunos sistemas políticos populistas y autoritarios, para instalar creencias que son firmemente sostenidas y difundidas, a pesar de carecer por completo de fundamento, y a menudo contradecir flagrantemente los hechos obvios del mundo circundante. Resolver el dilema impone tratar de descubrir los factores institucionales y de la psicología social, que bloquean la captación y la comprensión en ámbitos cruciales de nuestra existencia, e indagar acerca de su funcionamiento. Si bien internarnos en esta apasionante paradoja excede largamente el propósito de esta reflexión, resulta pertinente recordar que Jacques Lacan sostenía que los seres humanos tienen tres pasiones: el amor, el odio, y la ignorancia. Esta última, es la que estructura “el problema de Orwell”: la voluntad, la pasión de no saber. Quienes militamos contra la mentira, asumimos, en términos de Norberto Bobbio, que es éticamente inadmisible aceptar, sea por motivos personales o intereses políticos, los procesos falsificadores o los raciocinios viciados.


TESTIMONIOS

Si bien se respira una inocultable sensación de fin de época, en esta oportunidad, a diferencia de lo que vivimos en nuestro pasado político reciente, no se advierte con nitidez la simultánea emergencia de un liderazgo de reemplazo. Este escenario inédito, no puede sino generar incomodidad y confusión, a una sociedad con una arraigada concepción personalista de la política. La transitoria invisibilidad, de la figura del potencial destinatario de las aspiraciones de una mayoría opositora consolidada, resulta, por otra parte, absolutamente natural a esta altura del desarrollo del proceso electoral. Sin embargo, esa asincronía entre un humor social inocultablemente opositor y la emergencia efectiva de quien lo encarne, lógicamente, favorece la instalación de una imagen de supuesta hegemonía oficialista, que nada tiene que ver con sus efectivas chances electorales. Muy por el contrario, si algo explica el fenómeno descripto, es esta agotadoramente lenta e irreversible agonía del Kirchnerismo, en la cual no faltan, al igual que en las historias clínicas, efímeros destellos de recuperación, sin la fuerza necesaria, no obstante, para torcer el destino final.

Por si hiciera falta, la contundencia argumental que respaldó aquella afirmación que encabeza estas líneas, puede reforzarse con el agregado de otros testimonios, igualmente demoledores.

# Desde que compite en la liga nacional, la performance electoral personal de NK, no exhibe un record muy ponderable, ya que sólo registra derrotas, sean éstas las que sufrió a nombre propio, o aquéllas en que comprometió, personalmente, todo el peso de su poder:

• Perdió a manos de Carlos Menem, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2003.

• En Octubre de 2006 fue derrotado en Misiones por el Obispo Piña, que encabezaba el Frente Unidos por la Dignidad, enfrentando a la lista que respaldaba el entonces Gobernador Rovira, circunstancia que significó el verdadero punto de inflexión de su proyecto de poder.1

• En Marzo de 2009, volvió a defeccionar frente a Eduardo Brizuela del Moral, en las elecciones para gobernador de Catamarca.

• Sufrió una humillante derrota en la Provincia de Buenos Aires frente a Francisco de Narváez, el recordado 28J.

• En esa misma fecha, soportó un histórico revés en su pago chico.2

# En el período posterior al 28J se registraron cinco procesos electorales locales, en Santa Fe, Salta, Corrientes, Mendoza y Pinamar. La mejor performance alcanzada por el FPV fue el tercer puesto obtenido en Pinamar, confirmando la desarticulación del kirchnerismo como fuerza electoral con despliegue nacional.

# En la Provincia de Buenos Aires, el tsunami del 28J dejó huellas que condicionan el futuro electoral del oficialismo. En 40 de las 90 intendencias oficialistas, el crecimiento de la oposición pone en peligro la cómoda hegemonía con que se venían manejando los consejos deliberantes hasta entonces, y en 29 de esos distritos, sus caciques deberán gobernar en minoría. En diez de esos casos, la oposición le arrebató la presidencia del cuerpo legislativo. El voto agropecuario se hizo notar, como muestran distritos como Olavarría, Trenque Lauquen, Salto, Baradero, Alberti, Balcarce, Las Flores, Laprida, Carmen de Patagones o General Alvear.

En tanto, en el conurbano, devenido en su última línea de resistencia, el oficialismo quedó en minoría en Quilmes, Lomas de Zamora, Lanús, Almirante Brown, General Rodríguez, Vicente López, Ituzaingó y San Miguel. El sentir de muchos barones comarcales se expresa sin dobleces, como una letanía cuyo estribillo repite: "Nos fue mal en junio. Nos debilitamos. ¿Otra vez nos vamos a condenar a la suerte de Kirchner?”

# Diez puntos, del total de 45% de los votos que consagraron presidente a CFK en 2007, provinieron de núcleos urbanos de menos de 50.000 habitantes, que representan, en conjunto, el 30% del padrón nacional. Precisamente en esos distritos, se concentró una porción muy significativa de la fuga de votos que sufrió el oficialismo el 28J.3

# CFK accedió a la presidencia con un 45% de los sufragios, estimándose que el “radicalismo K” le aportó entre 6 y 7 puntos de ese total. Siendo que las condiciones generales en que se desarrollaron las elecciones de 2007, resultaron incomparablemente más propicias para el gobierno que las que se avizoran para el próximo turno, sobre qué base puede pronosticarse que el oficialismo puede alcanzar el 40 % en 2011. ¿Bajo qué hipótesis puede concebirse una proyección que suponga que NK, en condiciones precarias, será capaz de la titánica empresa de remontar una pérdida record de 3.000.000 de votos, sufrida en poco más de un año y medio de gestión? Tal vez algún cultor del pensamiento mágico, imagine que su reciente designación como Ministro de Colonias de Brasil, sea como una capa de cuento de hadas, capaz de transformarlo en un estadista de estatura global, a los ojos de una sociedad que le ha dado la espalda de manera contundente.


SIN MARGEN PARA FANTASÍAS

La enumeración precedente constituye una sólida acumulación de datos objetivos. No obstante, su potencia no atribuye, por sí sola, presunción de infalibilidad profética al pasado. Nuestro país no puede considerarse, precisamente, el paradigma de una dinámica histórica apacible y sin sorpresas. No podría escapar a una reflexión como la que se ensaya, entonces, la necesidad de ensanchar el análisis, incorporando variables, conocidas o conjeturales, con potencial impacto en el proceso en curso.

# Un abordaje estático, revela una inconsistencia básica en el diseño estratégico del proyecto. En efecto, no hay manera de construir liderazgos populistas sustentables, en ausencia del carisma personal de quienes lo encarnan. Esa corriente de afecto popular constituye una carencia esencial del ensayo en curso.

# En tanto, la dinámica del potencial despliegue electoral del oficialismo, muestra un creciente bloqueo del único frente susceptible de expansión, dada la promisoria perspectiva de consolidación, de una embrionaria alternativa electoral, que intenta aglutinar a diversas corrientes de izquierda, en torno de la figura de Pino Solanas.

# No cabe duda que NK es un contendiente aguerrido que no conoce escrúpulos. Las potenciales restricciones a la expansión de su proyecto no deben buscarse, entonces, en las reglas de juego, que él administra a discreción, sino en el previsible resultado de sus propias acciones. En ese sentido, la efectividad de su arsenal demagógico-clientelar como mecanismo para recuperar protagonismo electoral, encuentra límites objetivos. Las medidas orientadas a los sectores más postergados, aún aquéllas justificadas y ponderables, como la Asignación a la niñez, tienen escasa rentabilidad electoral, por estar dirigidas fundamentalmente a quienes ya forman parte del núcleo duro de su base de consenso. Las que se planean para seducir a los sectores medios urbanos, reeditan una experiencia comprobadamente fallida. Ese colectivo abandonó tempranamente el proyecto, ya en 2007, con el consumo en expansión, y pese a su condición de beneficiario privilegiado del congelamiento de tarifas, dando razón al saber teórico, en cuanto a la acotada incidencia del factor económico como determinante excluyente del voto.


LATENCIAS DETRÁS DEL “RELATO”

Mucho se ha escrito en los últimos meses, acerca de la merma en el caudal de estimación pública que parece afectar a la oposición, verificación que ha despertado un lógico entusiasmo en el oficialismo. Lo que no se ha ponderado adecuadamente, sin embargo, es que ese desencanto de la opinión pública con la oposición política, no obedece a una revalorización del gobierno, sino, por el contrario, a lo que se interpreta como cierta claudicación en el cumplimiento del mandato del 28J. Así, fue notoria la declinación de la imagen de Julio Cobos, a raíz de lo que se entendió como una actitud demasiado complaciente de su parte con el gobierno, durante el “Redradogate”, confirmando el rigor con que la opinión pública penaliza al desvanecimiento de identidad opositora.

De manera similar podría intentarse una mirada igualmente cuestionadora, de la tan mentada recuperación de la iniciativa política por parte del gobierno. En el caso particular de la relación fiscal con las provincias, por ejemplo, no hay dudas que demostró creatividad y rapidez de reflejos, para eludir la coparticipación del Impuesto a los Débitos Bancarios. Ahora bien, que la refinanciación concedida a los pasivos provinciales le haya costado apenas un asiento contable, no significa desconocer que la decisión es hija de la nueva composición del Congreso, y fue forzada por la sólida determinación de la oposición. Por otro lado, es innegable que la concesión otorgada, aún siendo módica, hubiera sido inimaginable en el escenario político pre 28J.

Mientras la narrativa oficial no escatima recursos en saturar a la sociedad con imágenes de una omnipotencia más propia del realismo mágico, un enfoque alternativo permite iluminar la escena de un gobierno a la defensiva, cercado por los aprietes de la CGT, las limitaciones de la Corte, la creciente insubordinación de la otrora adocenada justicia, y a merced de la kryptonita que significa la amenaza latente de desdoblamiento electoral, con que lo atormentan los dueños del poder territorial.

La oposición, entre tanto, parece sorprendida por una simulación tan bien actuada, y en lugar de dar vuelta la página, para poder consagrar sus energías a construir propuestas capaces de seducir a una ciudadanía famélica de futuro, sigue candorosamente enredada en el autodestructivo minué que le propone Néstor, que, por lo dicho, a esta altura ya es una lucha contra un fantasma. Cabe preguntarse, empero, si se trata sólo de ingenuidad, o es falta de audacia para enfrentar el riesgo de escapar del cepo de anquilosados paradigmas y arcaicos atavismos, condición ineludible para enamorar a una sociedad que demanda algo más que consignas vacías.


CAPITALISMO DE CABOTAJE

Debe reconocerse que a NK le bastó apenas el montaje de la realidad ficcional de un poder omnímodo, para someter precozmente por el miedo, a un empresariado reconocidamente adocenado, prebendarlo y servil. Paradójicamente, las inocultables evidencias de debilitamiento en la cima del poder, parecen no haber hecho mella en la sumisa genuflexión, que caracteriza al felpudismo de nuestra dirigencia empresaria. Si alguien arriesgó intentar algún tímido gesto de dignidad a la luz del nuevo escenario, bastó un entrecejo fruncido para hacerlo recular aterrado, con los pantalones mojados, escena que podríamos imaginar con el fondo musical del estribillo de un son tropical, que repite: “El muerto se movió, yo no vuelvo pa’ esa casa, con el susto que me dio”.

Decididamente, queda claro que el club de aplaudidores seriales de las arengas de Olivos, en que parece haberse convertido la cúpula del empresariado, está definitivamente mimetizado con el modus operandi de los barones del conurbano bonaerense; nada les importa más que la caja.

Claro que no todo es pánico. También se administran algunos refuerzos positivos. En los últimos días, el ex presidente de la UIA, Juan Carlos Lascurain ha resultado adjudicatario de un importante paquete de la provisión de decodificadores para la TV digital, que el gobierno repartirá gratuitamente en las próximas semanas entre los beneficiarios de planes sociales, para montar su propia red de televisión oficial, de cara a las próximas elecciones. Que se sepa, el industrial metalúrgico carece de antecedentes en ese ramo. Para no hacer diferencias, la banca oficial financiará la nueva planta de autopartes que el actual titular de la UIA, Sr. Héctor Méndez, proyecta levantar en Córdoba.

No alcanza para la sorpresa. Si nuestra sociedad atesora un mercado negro de valores, los empresarios pueden considerarse entre los operadores más aventajados. Resulta difícil imaginar mayor claudicación, que renegar de los propios principios.

El 10 de diciembre de 2007, en un encuentro organizado por la Cámara de Comercio Argentino-Venezolana en el hotel Sheraton de Buenos Aires, 500 empresarios argentinos aplaudieron calurosamente las citas de Fidel Castro que hizo Hugo Chávez Frías, presentado como “comandante” por el hoy diputado Carlos Heller.

Dos años antes, el 25 de noviembre de 2005, en el marco del 41° Coloquio de IDEA, en Mar del Plata, la elite del empresariado vernáculo ovacionó al por entonces Ministro de Economía, Dr. Roberto Lavagna, que los había adoctrinado sobre las restricciones al derecho de propiedad.

Esta falta de arraigo empresario con la mitología borgeana del coraje, ha convertido a nuestro país en un caso de antología, donde grandes conglomerados económicos ajustan sus políticas de precios o de abastecimiento, a consignas verbales transmitidas por funcionarios de tercer nivel, que son luego desmentidas oficialmente en público por la autoridad presidencial.


AVANZANDO EN PENUMBRAS

Argentina remite hoy a la isla de “La invención de Morel”, la novela de Adolfo Bioy Casares, donde unas máquinas reproducen proyecciones holográficas convincentes de falsas realidades, que se repiten insaciablemente. Como allí, todo está en duda, porque puede ser generado por la máquina oculta que reproduce una realidad sobre la realidad.

Esta tupida telaraña de ficciones y de miedos que nos envuelve, sólo puede ser funcional a quienes medran con la confusión y el desencanto, a quienes apuestan a igualarnos en los sótanos, a los devotos del pobrismo, a quienes desconfían de la iniciativa irreverente, a quienes aborrecen la audacia del libre despliegue de la energía creadora, en fin, a quienes quieren cristalizar sus posiciones de privilegio, sometiendo al pueblo a la falsa seguridad de su tutela.

La sociedad avanza en zig zag entre penumbras, todavía aferrada a los atávicos paradigmas populistas y tan sometida a un corporativismo resiliente como peligrosamente resignada frente la corrupción. El optimismo no puede cotizar alto de cara a ese cuadro. Asoman algunas señales para apuntalar la esperanza. Las mayorías repudian la soberbia, la mentira, la división, el enfrentamiento, las apelaciones maniqueas, la épika de cartulina, y la reescritura de Billiken. El acuerdo sobre el camino cierto al progreso, lamentablemente, no concita coincidencias tan amplias, si bien ha ganado consenso la idea de que no puede garantizar futuro, quien concibe el pasado como ruptura.

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1. El resultado tuvo una triple significación: a) Constituía, por entones, la llave del proyecto de poder K; b) Se dirimía un tema exclusivamente institucional; y, c) Misiones había representado, en 2003, la primer victoria de NK sobre Eduardo Duhalde, cuando Rovira derrotó a Ramón Puerta.

2. Curiosamente, su formidable potencia como señal política, no ha sido reconocida, en general, por el análisis político. (Imaginemos, por caso, el impacto que hubiera tenido una hipotética derrota de Carlos Menem en Anillaco, durante su apogeo).

3. Un reciente estudio llevado a cabo por Alberto Porto y Agustín Lodola (Política Económica y Resultados Electorales), con el auspicio del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica, ratifica la decisiva influencia del comportamiento electoral de los distritos de perfil productivo agropecuario, en la derrota kirchnerista del 28J en la Provincia de Buenos Aires, retrato que aparece cristalizado, en tanto no se revierta el antagonismo campo-gobierno.

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