jueves, 12 de agosto de 2010
EL GRAN BONETE
NUEVA COMPETENCIA ENTRE LOS DOS PERONISMOS
Duhalde vs Kirchner: ahora la pelea es por hacer la mejor primaria
Por Carlos Tórtora para el Informador Público
Antes de medirse en las urnas el año que viene, el kirchnerismo y el peronismo federal ya están compitiendo en otra contienda, la que definirá cuál de los dos consigue organizar una primaria que movilice masivamente al electorado, influyendo así en el resultado de la elección general. En la cena de anteanoche, la mesa chica del peronismo federal se puso un objetivo. El 10 del mes próximo los cuatro precandidatos del sector, Eduardo Duhalde, Felipe Solá, Mario Das Neves y Alberto Rodríguez Saá firmarían un documento comprometiéndose a presentar sus candidaturas dentro del mismo espacio, oficializándose así el comienzo del recorrido de un año hasta la primaria del 14 de agosto del 1011. Antes, el 3 de septiembre, el duhaldismo realizaría una concentración con delegados de todo el país en Costa Salguero.
De concretarse la firma del acuerdo, inmediatamente comenzaría el juego de las fórmulas, ¿Rodríguez Saá-Felipe Solá? ¿Duhalde-Das Neves? Agregando terceros, las combinaciones son múltiples.
Pero habrá dos consecuencias difíciles de evitar. La primera es que es muy difícil que en una primaria tan compleja y costosa haya cuatro candidatos a presidente. Y la segunda, que este acuerdo dejaría sumamente descolocado a Kirchner.
Armar y desarmar
La esperanza del ex presidente pasa por tentar a Das Neves para que le haga de sparring en la primaria del PJ y a de Francisco De Narváez para que compita en la interna del PJ bonaerense contra el candidato kirchnerista. De darse esto, el peronismo federal podría debilitarse. Pero ¿no ocurriría lo mismo a la inversa? De Narváez montó un operativo de prensa para difundir que no había querido participar de la cena de la cúpula de los disidentes. Pero la realidad es que no fue invitado. Hoy por hoy, esta situación lo coloca en un punto intermedio entre el duhaldismo y la Casa Rosada. Sus encuestas indican una baja progresiva de su figura, que reflejaría en parte sus indefiniciones.
Tal como están planteadas las cosas, conseguir acordar la pelea ha pasado a ser más importante que su resultado. Kirchner discretamente se fue corriendo de la foto y hoy en Olivos se baraja tanto su candidatura como la de CFK y hasta la de Daniel Scioli (en este último caso si se trata de perder, naturalmente). Si el kirchnerismo no define candidato no podría pretender que haya desafiantes que se suban a un ring vacío. En esta contradicción se mueve el gobierno, que parece decidido a jugar después que los peronistas rebeldes. Es que los consultores oficiales coincidirían en que la definición de la candidatura debe ser lo más tarde posible, para evitar el desgaste que le produciría el ataque sistemático de la oposición. Con el armado político ocurre lo contrario, por eso el frenesí de Kirchner en sumar sectores e impulsar nuevas líneas internas. En esta vorágine, sus principales aliados -los intendentes y los gobernadores- se van preocupando cada vez más, porque advierten que su jefe está dispuesto a sacrificarlos con tal de sumar votos mediante listas colectoras o el recurso que sea.
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