OTRA REALIDAD

CUANDO QUIENES NOS REPRESENTAN VIVEN OTRA REALIDAD.



Si de la señora Presidente de la Nación se trata, cada día más ensimismada en convertir una gestión de gobierno, en una indigestión actoral que ventila sin solución de continuidad, a través de sus continuas apariciones ante un público que se repite y entusiasma con su pretendida seducción. ¡Y no lo hace mal!; con sus casi sesenta a cuestas, un vestuario digno de envidia y el maquillaje robado a la Cleopatra de Elizabeth Taylor, arranca la baba y el aplauso que enrojece las mejillas y las palmas de las manos de los carcamanes.

Los legisladores metidos en la burbuja del Parlamento, juegan al “quorum” y al cambio de figuritas que les concede el título de honorables. Después, la puesta en escena del debate con resultado anunciado.

Los Ministros del Ejecutivo en el rol del bueno o del malo. Los más, en la intrascendencia de un cargo que juraron desempeñar con lealtad y patriotismo. Se olvidaron del patriotismo, un detalle menor que nadie les reclamará. La lealtad es la excusa que siempre tienen a mano y les sirve para justificar lo injustificable.

La mayoría de los jueces de la Nación, empeñados en la aplicación del garantismo abolicionista, alentando el crimen en todas sus manifestaciones, en tanto la justicia de las leyes se desangra sobre la humanidad y la impotencia del pueblo manso…el mismo que debe lidiar en el desamparo con esa otra realidad, la que éstos y los anteriores le proponen y de la que no forman parte.

Del otro lado, inmerso en esa realidad que apenas le concede la condición de número sacado al azar para su ejecución, ese pueblo manso, en letargo. El pueblo de los intelectuales, los profesionales, los obreros, los niños, los jóvenes, los mayores, los viejos, los habitantes de las ciudades y de las zonas rurales, el comerciante, el chacarero, el rico, el del medio, el pobre. El pueblo que en definitiva, es el único capaz de medir la grandeza o la mezquindad de una Nación.

Ricardo Jorge Pareja

parejaricardo@hotmail.com