SE ABURRE

¿SIQUIERA SE ABURRE?



Otra toma de rehenes y van…No me voy a volver a tomar el permiso de preguntarle si semejante escarnio le provoca indignación. Es correr el riesgo cierto de hacer el ridículo o quedar ante Ud. como un soberbio pelotudo. En lo personal y a fuerza de ser sincero, le diré que ya lo tengo incorporado como un ingrediente más de los tantos que matizan el devenir nuestro de cada día. Le digo más; ¡hasta me aburre!. Recuerdo vagamente un hecho acaecido hace un par de años, que desencadenó en la muerte de los dos delincuentes que habían tomado a una familia de rehén. Dos menos como diría un periodista al que a veces “se le salta la chapita” y no puede evitar el exabrupto. En realidad, dice lo que todos sentimos, solo que esto lo descalifica, nos descalifica y condena por ante aquellos que se muestran empeñados en devolver al seno de la sociedad, a éstas verdaderas bestias humanas, ya cebadas y convencidas que finalmente y en el peor de los casos, podrán negociar su entrega, que no es otra cosa que el paso previo a la “liberación” que les permita reincidir tantas veces como se lo propongan, en la comisión de un delito mayor que en los países del Primer Mundo, se resuelve sin condiciones admitiendo un solo doble desenlace; la muerte “in situ”, o la reclusión de por vida del o los autores del hecho criminal. Y le recuerdo ya que estamos, que se trata de un hecho criminal, así no conlleve la muerte de la víctima.

Y entonces, este caudal cada vez más importante de homicidas sin castigo, o bien se cobra la vida de un policía, circunstancia que le concederá un lugar de prestigio entre sus pares, o cargan con la vida de algún ciudadano inocente, habida cuenta de la adrenalina que les genera el simple hecho de MATAR. ¡Claro!; Ud. no lo puede entender. Sin embargo, bien lo puede “asimilar”. De otro modo, no habría fuerza capaz de contenernos. ¿Le estoy proponiendo hacer justicia por mano propia?. De ninguna manera. Le estoy asegurando que al paso que vamos y en tanto no exijamos la toma de medidas drásticas por parte de quienes legislan e imparten justicia, la “ruleta rusa” seguirá girando y nos convertiremos en simples testigos de nuestra propia muerte. Y le hablo en futuro por una simple cuestión de instinto, el mismo que cualquiera animal no racional conserva y activa, intentando rescatarse de la peor de las resignaciones.

Ricardo Jorge Pareja

parejaricardo@hotmail.com