domingo, 8 de mayo de 2011

JUANA VIALE




Hija de los medios
Posted by Laura Etcharren
Juana Viale, ama de sus esclavos. Los medios de comunicación y la sociedad que etiqueta.


Sin reparos y acorralados en la vorágine cotidiana, los temas bizarros acaparan los medios de comunicación y se pronuncian como un emblema de los últimos años. Se incita a la reproducción de los escándalos así como también, a la perseverancia por “aniquilar” a los personajes en cuestión.

Un paradigma abierto que aún no experimentó ninguna crisis para cambiar o más levemente, moderarse. Es que existe un componente de aguda perversión. De sustancial excitación por ver, en la pantalla, el desmoronamiento de una familia o la revelación de una situación clandestina que se abre al público ya consagrado en su rol de juzgador. Aquel que etiqueta positiva o negativamente las acciones de los famosos y entra en los debates en las redes sociales o en los foros de opinión con pasiones encontradas.

Una noticia que se da a conocer para luego recibir los condimentos y las especulaciones de un universo casero. Que se maneja entre lo real y lo imaginario. Que saca conclusiones. Que discute. Que ingresa en un juego de juicios de valor; condena social; juzgamiento ético y estético. Que se pronuncia con sus propias razones acerca del por qué está bien o mal lo ocurrido.

Pues así es la magia de los medios. En especial, de nuestra sagrada Televisión devenida en un instrumento más del pensamiento crítico pos moderno que circula en los diferentes ambientes del hogar y que se extiende otros espacios de diálogo como bares, oficinas, escuelas, fiestas, etc.

JUANA VIALE Y LAS “NENAS DE UTILERÍA”

Juana Viale es Juana Viale desde antes de haber incursionado, por voluntad propia, en los medios de comunicación. Nieta de Legrand Tinayre, siempre fue conocida por su belleza y sus pasiones. Pasiones cuando defendió siendo muy jovencita al esposo –Marcos Gastaldi- de su madre Marcela ante el asedio periodístico. Pasiones cuando se mostró enamorada de sus hombres.

Polémica y decidida siempre rechazó el abordaje del periodismo.

Con su silencio alimentó la imaginación del público así como también de la prensa. Aquella que la “destroza”, más que nada, por ser reacia y no por sus acciones.

Cuando comenzó la consagrada tira “MALPARIDA”, Juana Viale recibió críticas durísimas. La mayoría la bautizó como una pésima actriz sin expresión. Apoderada por lo monocorde, la inexpresividad y el letargo.

Fue ponderada en sus escenas sexuales y en algunos de los homicidios que cometió a lo largo de la ficción.

Se la bautizó como la MALPARIDA y hoy, con mayor ahínco, siguen haciéndolo, ya que se encuentra bajo el temerario panóptico de una exposición para muchos buscada como venganza y para otros, simplemente descuidada.

Lo cierto es, que las fotos a los besos de ella con el cholulísimo Martín Lousteau, estando embarazada, aparentemente de otro hombre, desataron un Tsunami de opiniones en el que se montaron, por supuesto, “las nenas de utilería”. “Utileras” que encontraron en la acción de Viale la mejor excusa para fulminarla en todos los programas de televisión. Justamente ellas, que son un desborde prostibulario de relaciones cruzadas con hombres de diferentes ámbitos y estados civiles. Algunas, acompañantes pagas. Mujeres pantalla de señores coquetos que sueñan con la minifalda.

Hasta Luís Majul, en su simulacro de programa político, armó una mesa redonda para analizar si era aceptado o rechazado socialmente el proceder de Juana embarazada, besándose con otro hombre que no fuese “Manguera”. Su actual pareja y padre de uno de sus hijos.

MALPARIDA AL REVÉS: La inspiración en la vida real

En otras notas, desde este mismo espacio, se sostuvo que Marcela Tinayre y Juana Viale poco tienen que ver con Mirtha Legrand. La diferencia está dada en el apellido y en una construcción subjetiva que si bien escapa a los medios, por una u otra razón, siempre terminan en las tapas de las revistas y en el lleve y trae barato con velo sofisticado.

Ambas, madre e hija, son frontales. No venden simulacros. No les interesa aparentar.

A diferencia de la abuela Mirtha, en Marcela y en Juana, lo que se ve es lo que hay. Y eso que hay lo llevan con jactancia. Con un estoicismo que las vuelve, en algunas oportunidades, inabordables. Más codiciadas.

La actitud voraz de Juana en su cotidianeidad, seguramente, es lo que vio Adrián Suar cuando la contrató para interpretar el personaje de Renata Medina. La MALPARIDA que arrasó en rating, que hoy la lleva al Martín Fierro y que la revela como una mujer sin culpas.

LA DIALÉCTICA DEL AMO Y EL ESCLAVO. JUANA CONTRA TODOS

Mujer que responde a sus urgencias sexuales sin remordimientos ni tiempos. Que puede desplazarse entre sus misteriosas sábanas viviendo el amor o simplemente lo fortuito sin sentir por ello, que es una “prostituta”. Una mujer de “mala vida”.

Ella fluctúa y es, en la lógica del romance y el sexo, donde se maneja con absoluta libertad. Para algunos, hasta impunemente. En un desafío al destino. A sus hombres esclavos de la seducción y la actitud varonil en cuerpo de mujer.

Ella, dialécticamente, como Ama de sus Esclavos hombres irrita a los medios y a un linaje marcado por su abuela que busca guardar las miserias.

Taparlas con brillantes y acciones solidarias para que no se note una carnalidad que llevan, las Tinayre Viale, con mayor o menor prolijidad, en la impronta congénita que necesita saciar sus estímulos internos con la presencia de la “Ley”. De ese hombre que representará la familia o bien, el escándalo horizontal ponderado. La satisfacción del deseo.

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