miércoles, 4 de mayo de 2011

POLÉMICA


POLÉMICA CRECIENTE
La impunidad de USA o la victimización de bin Laden

El gobierno de USA terminó haciendo con Osama bin Laden aquello que tanto se cuestiona de Israel y por lo cual Israel es un país con conflictos frecuentes con la comunidad internacional: la ejecución de personas, eludiendo las normas y procedimientos judiciales. La misión de exterminio ubica a USA en el centro de un conflicto que victimiza al terrorista Nº1.

La pista clave que condujo al escondite de Bin Laden en Pakistán salió de Khalid Sheik Mohamed, el supuesto cerebro operativo de los ataques del 11/09/2001, quien había sido capturado en una incursión en 2003 en la ciudad guarnición pakistaní de Rawalpindi, cerca de la capital Islamabad.

Sheik Mohamed fue sometido 183 veces a la conocida como 'tortura de la bañera' ('waterboarding' o 'submarino'). Las sesiones extenuantes de inmersiones en agua para simulación de asfixia, destinadas a que confesara se le practicaron en una prisión secreta de la CIA en Polonia en 2003, han sido reconocidas por el director de la CIA, Leon Panetta, en una entrevista que concedió a la cadena de televisión NBC.

"En este caso, las técnicas de interrogación coercitivas fueron empleadas contra algunos de estos detenidos. Y el debate sobre si podríamos haber obtenido la misma información a través de otros enfoques, creo que siempre va a ser una pregunta abierta", añadió Panetta.

Preguntado por si en esas "técnicas de interrogación coercitivas" se incluía la asfixia simulada, el director de la CIA, que próximamente tomará el relevo a Robert Gates al frente del Departamento de Defensa, respondió: "Correcto".

Pese a todo, Sheik Mohamed no confesó mediante la polémica técnica de asfixia simulada, aparentemente. Lo hizo 2 años después, durante un interrogatorio convencional.

Entonces, él le dio a los investigadores el nombre de un correo de Bin Laden, Abu Ahmad al-Kuwaiti, y dijo que tenía relación directa con el 'enemigo Nº1'.

Según el Daily Mail, una vez que el Ejército de USA obtuvo dicha información, 'inundó' Pakistán de agentes secretos desesperados por hallar un rastro de él, que los llevaría a la guarida del hombre más buscado del mundo.

En el relato ampliado de lo que ha sucedido, la Casa Blanca ha sembrado dudas en torno a los detalles que rodearon la muerte de Bin Laden en Pakistán al matizar su versión de los hechos en las últimas horas.

Y por si faltaran sombras sobre qué ocurrió con Osama bin Laden, resulta que el ex líder de Al Qaeda ni estaba armado ni empleó como escudo humano a una mujer cuando el comando de fuerzas especiales le disparó en la cabeza y en el pecho en su escondite de Abbottabad, según reconoció el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.

Entonces, ¿por qué mataron al líder de Al Qaeda, en lugar de detenerlo vivo y llevarlo a juicio?

"Se resistió. El personal estadounidense en el terreno se manejó con la máxima profesionalidad y fue abatido en la operación por la resistencia que opuso", explicó Carney. "La resistencia no requiere de un arma de fuego", añadió Carney, quien no ofreció las precisiones que le reclamaba la prensa presente ante esa afirmación.

Todo indica que había una decisión de ejecución extrajudicial, similar a las que ejecuta Israel y que han merecido múltiples cuestionamientos de la comunidad internacional.

El portavoz presidencial también se refirió a la decisión de USA de no informar a Pakistán de la misión, calificando la relación entre ambos países de "complicada pero importante. Debemos tener cuidado en no generalizar", dijo respecto a las sospechas por que Bin Laden viviera durante tanto tiempo (unos 6 años) en el complejo residencial donde fue asesinado.

¿Acaso USA temía que Pakistán impidiera la ejecución planificada de Osama bin Laden?

Panetta aseguró a la revista Time que solo existía entre 60% y 80% de probabilidades de que bin Laden se encontrara en el interior de la vivienda. "Nunca tuvimos evidencias de que él estuviera allí."

"La verdad es que podríamos haber entrado y no haber encontrado a Bin Laden", ha admitido Panetta en otra entrevista con PBS NewsHour.

En otra entrevista concedida a la televisión NBC, el jefe del espionaje estadounidense respondió así a la pregunta de si la orden era matar a Bin Laden o capturarlo: "Teníamos autorización para matarlo, eso estaba claro. Pero también, si en el enfrentamiento [Bin Laden] de repente levantaba los brazos y se rendía, para capturarlo, si se hubiera dado la oportunidad. Pero eso no sucedió", dijo.

Debate sobre el uso de la tortura

¿Fueron los brutales interrogatorios a detenidos determinantes para recopilar los datos que condujeron a la CIA hasta el refugio de Bin Laden? La pregunta se la hace hoy (miércoles 04/05) el diario The New York Times cuando se cumplen 2 días de la ejecución del terrorista más buscado de la historia en una operación relámpago llevada a cabo por un comando de fuerzas especiales de la Armada de USA y en pleno debate sobre el empleo de la tortura en los interrogatorios a sospechosos de terrorismo.

Varios exresponsables del anterior Gobierno del presidente republicano George W. Bush han visto en la muerte de Bin Laden la ocasión perfecta para reivindicar la política de las conocidas como "técnicas de interrogatorio mejoradas", como el 'waterboarding' o ahogamiento simulado, para obtener información de los detenidos.

Entre ellos, John Yoo, un ex responsable del Departamento de Justicia y que en su día escribió los memorandos secretos en los que se justificaba el uso de estos interrogatorios brutales. "El presidente (Barack) Obama puede reivindicar, con todo derecho, el éxito alcanzado hoy", escribió Yoo en la publicación National Review, "pero se lo debe a las duras decisiones tomadas en su día por la Administración Bush."

Pero si se analiza en detalle los interrogatorios a prisioneros, como The New York Times asegura que ha hecho, se llega a la conclusión de que las técnicas agresivas para obtener información privilegiada jugaron un pequeño papel a la hora de identificar al mensajero de confianza de Bin Laden, el kuwaití Abu Ahmad, clave para dar con el paradero del yemenita/saudita.

La discusión sobre el entramado de inteligencia que culminó en la localización de Obama ha reabierto un viejo debate en la política estadounidense sobre el uso de la tortura que ya acaparó todos los focos durante la presidencia de George W. Buh a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Tanto el ex mandatario como muchos de sus antiguos colaboradores han argumentado durante años que el uso de la fuerza era necesario para persuadir a los detenidos de Al Qaeda y que confesaran. Uno de los pilares de la campaña que aupó a Barack Obama a la presidencia fue su frontal oposición a la tortura, que, en palabras del propio Obama, contradecía los principios de la Constitución estadounidense a cambio de muy poco o nada.

Glenn L. Carle, un agente retirado de la CIA que participó en interrogatorios a detenidos en 2002, ha asegurado, en conversación telefónica con el diario neoyorquino, que las técnicas coercitivas "no proporcionaron información útil, significativa ni fidedigna".

Este antiguo funcionario ha admitido que algunos de sus colegas defienden las medidas pero que "todos estaban profundamente preocupados y la mayoría sentía que era un técnica antiamericana y que no funcionaba".

"La conclusión es la siguiente: si hubiéramos obtenido alguna prueba determinante gracias al empleo del waterboarding en 2003, habríamos capturado a Osama Bin Laden en 2003", ha resumido por su parte Tommy Vietor, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, un órgano consultivo que depende directamente de la presidencia. "Nos llevó años de trabajo de recolección y análisis de múltiples fuentes para identificar el campamento, y llegar a la conclusión de que Bin Laden vivía allí", ha asegurado este responsable.

En defensa de Guantánamo

Sin embargo, la acción de USA, comenzando por Guantánamo, tiene sus defensores. Es el caso del periodista del diario español ABC, Ramón Pérez-Maura, quien escribió:

"Así que después de que durante años nos hayan estado contando que Guantánamo sólo sirve para violar los sacrosantos derechos humanos de los terroristas, ha tenido que llegar Barack Obama y emplear la información allí obtenida para detener al genocida Osama bin Laden. Ya tenemos otra pista de por qué ha incumplido su promesa electoral de cerrar Guantánamo en el plazo de un año desde su toma de posesión. Y el cierre no sólo no ha tenido lugar, sino que no hay perspectiva de que la medida tome forma. Antes al contrario, los juicios militares tan denostados en época de Bush se van a reanudar allí.

En este momento en que se están atribuyendo tantos méritos a tantas personas por la captura del gran asesino de nuestro tiempo, no estaría de menos que alguien agradeciera a la muy denostada Fuerza Conjunta desplegada en Guantánamo el trabajo que han realizando sonsacando a Khalid Sheik Mohammed la información —mínima, es cierto, pero absolutamente clave— para librar al mundo de esta pesadilla.

Incluso la detallada crónica del «New York Times» de ayer «Behind the Hunt for Bin Laden» (Tras la caza de Bin Laden) mostraba su escozor con lo que se ha averiguado en Guantánamo al reconocer que «El asalto fue la culminación de años de minuciosas labores de inteligencia, incluyendo el interrogatorio de detenidos de la CIA en prisiones secretas en el Este de Europa».¡Acabáramos!

Así que ahora resulta que también ha habido interrogatorios (buenos) conducidos de forma ilegal a prisioneros ilegales que han dado una información del máximo valor. Pero como no tenemos identificado bien dónde y cuándo tuvieron lugar esos interogatorios mejor señalar en esa difusa dirección que reconocer que el epítome de todos los males, Guantánamo, ofreció la clave para acabar con la encarnación del mal: Bin Laden."

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