sábado, 20 de septiembre de 2008

ABUELIDAD K

El día 10 de septiembre pasado, La Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo anunciaban haber recuperado a dos nietos. Lo que nunca se escuchó de su parte, es que uno de esos jóvenes a quien llamaron “Federico”, nieto de la Sra. Jorgelina Azzarri de Pereyra, no era Carlos Ignacio Mancuso Giménez, a quien esta señora venía reclamando como su nieto hace más de 5 años.

Tal vez lo más insólito, además de nunca haberle comunicado oficialmente a Carlos Ignacio y a su familia que la pesadilla que los hostigó había terminado, es que el tal “Federico” fue hallado en otra causa. O sea que Azzarri de Pereyra evidentemente habría denunciado ante dos juzgados en forma paralela la apropiación de su nieto. Acaso ello no es una estafa a la Justicia y una burla a esta familia que finalmente no son apropiadores de nadie, sino víctimas de una farsa.

Sin embargo, pese a que un ADN confirmó que Carlos Ignacio era hijo biológico de Carlos Ángel Mancuso y Dora Ignacia Giménez, ahora “Abuelas” luego de la espantosa equivocación de Azzarri de Pereyra, reclama que este joven se practique un nuevo ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos para ver si puede ser hijo de algún desaparecido.

Acaso las Abuelas que reclama su ahora llamada “abuelidad” no deben tomar los recaudos humanos que esta situación requiere, aunque aún así no podamos entender cómo en el caso de la Familia Mancuso-Giménez, como en tantos otros, no se acepta la realidad. ¿Qué realidad?, que se equivocaron, que no midieron las consecuencias y que ahora recurren a las chicanas judiciales y a jueces dóciles y versátiles para evitar tener que afrontar una demanda por daños y perjuicios o, incluso, hasta una denuncia penal por haber engañado a la justicia.

Tampoco estas organizaciones cuentan los casos en los que se arriba a un resultado negativo, y cómo en esos casos ni siquiera media una disculpa o, peor aún, son descalificados porque para ellas no entienden su derecho a buscar a sus nietos.

Yo las entiendo, pero ellas no respetan a las personas que no pensamos así o que queremos cuestionar sus métodos.

Se habrán puesto a pensar en estos casos tan conflictivos (Prieto Gualtieri, Feretton, los hermanos Noble o el impactante caso de Evelyn Vázquez Ferrá, entre muchísimos más) que si verdaderamente son sus nietos no los están respetando y seguramente las odiarán el futuro. Pero esto se resume para ellas en el absurdo concepto de “abuelidad”, introducido por las estrellas en derechos humanos quienes elaboraron este paradójico concepto para justificar que el derecho de las abuelas es más importante y está por sobre todos los demás derechos de sus nietos –o sea contra la naturaleza misma-.

Fdo. Roberto Julián Gutiérrez, DNI 27.603.912

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