sábado, 6 de septiembre de 2008

FALOPA K

-Una pista de la ruta de la efedrina apunta a un área de Presidencia
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Un prófugo en la causa en la que se investiga conexiones con el narcotráfico mexicano, obtuvo en 24 horas autorización para comercializar precursores químicos. Es la segunda vez que el poder K aparece mencionado en este escándalo.

El proveedor de la efedrina usada por Los narcos mexicanos del cartel de Sinaloa para fabricar metaanfetamina en un laboratorio de Ingeniero Maschwitz obtuvo la habilitación para operar con precursores químicos en un tiempo récord de 24 horas.

El Juzgado Federal de Zárate-Campana investiga la actuación de la Secretaría de Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico en ese trámite porque “resulta sospechosa” la celeridad con que Héctor Germán Benítez, “vendedor de chocolates, golosinas y productos para kiosco”, logró que cuatro funcionarios firmaran su expediente de trámite en Las pocas horas que corrieron entre el 30 y el 31 de agosto de 2006.

La Sedronar es una secretaría de Estado que depende directamente de la Presidencia de la Nación. Por segunda vez la investigación del triple crimen de General Rodríguez incomoda al oficialismo, después de que se conociera que Sebastián Forza, una de Las víctimas vinculadas con el narcotráfico, fue aportante de la campaña de Cristina Fernández de Kirchner.

El 31 de agosto de 2006 el director del Registro Nacional de Precursores Químicos –Renpre–, Julio de Orué, estampó su firma y su sello sobre la autorización que ahora analiza el juez Federico Faggionatto Márquez. “El trámite fue rápido por tratarse de una empresa del interior, a Las que les damos prioridad”, explicó De Orué a Crítica de la Argentina. “Resulta llamativo que la Sedronar Le haya dado una habilitación justamente al último eslabón de la cadena de la efedrina antes de Los mexicanos”, dijo una alta fuente judicial.

Benítez es uno de Los personajes más misteriosos en la trama que investigan en Campana. Con sólo 28 años, Los pesquisas llegaron a él al reconstruir lo que llaman “la ruta de la efedrina” hallada en la quinta de Maschwitz, donde preparaban con ese insumo, entre otros, cristal meth, una poderosa droga sintética que have furor en México y Estados Unidos. Luego del allanamiento del 18 de Julio, en el que fueron detenidos Los nueve mexicanos y el argentino Luis Tarcia, a través del número de lote de fabricación de la sustancia se determinó que había salido de una fábrica en la India. Importada por Unifarma S.A., la sustancia pasó de mano en mano, a través de tres revendedores de precursores químicos, hasta llegar –según cosnta en Las facturas secuestradas– a Benítez. Allí se pierde la pista.

El 24 de agosto de 2006 Benítez redactó la nota en la que pedía la inscripción de su “establecimiento unipersonal al Renpre de la Sedronar” y “la habilitación para la compra de insumos químicos destinados a su comercializació n”. Esa Carta fue enviada ese día por correo hacia la calle Piedras 770, donde funciona el Renpre. Entró al edificio el 30 de ese mismo mes. En Ella solicitaba permiso para comprar y vender “efedrina, pseudoefrina, hidróxido de sodio, hidróxido de potasio y cal”. Algunos de esos precursores son utilizados para la fabricación de drogas de diseño y otras para la elaboración de clorhidrato de cocaína.

–¿Por qué habilitaron en menos de 24 horas a Benítez? –Le preguntó Crítica de la Argentina a De Orué.

–Generalmente, por tratarse de una empresa del interior, se Le DA prioridad. No tengo plazos mínimos para el otorgamiento de una habilitación para comercializar precursores. Se verifica que esta persona haya presentado sus papeles y que estén en regla. El trámite ingresó por correo. Pasó por el responsible registral, y por la revisión técnica, que chequeó que todo estuviera en orden. Llegó a mí para que emitiera el certificado y lo firmé al día siguiente.

El último sábado, este diario consultó sobre ese trámite al subsecretario de Control del Narcotráfico de la Sedronar, Gabriel Abboud, jefe de De Orué. “Este trámite lleva, en condiciones normales, aproximadamente diez días”, aseguró. El último lunes, Abboud y De Orué fueron citados por Faggionatto Márquez, que ya había detectado la autorización a Benítez. El juez Le preguntó al subsecretario por qué dieron una habilitación en un tiempo récord. Abboud contestó que fue un “trámite urgente”.

Una alta fuente de la Sedronar agregó que ése es el nombre oficial de una operatoria rápida “prevista en el Manual de Procedimiento del RENPRE aprobado en 2004”. “Como presentó todos Los requisitos el trámite tuvo pronto despacho”, confirmó el vocero. Las explicaciones de Los funcionarios no fueron suficientes para disipar Las sospechas de Faggionatto. “Vamos a investigar a la Sedronar”, confirmó un vocero del juzgado.

De Orué negó la existencia de un “trámite urgente”. Y explicó que a comienzos de 2008 –un año y medio después de haber sido habilitado– Benítez fue suspendido como comercializador de precursores químicos y denunciado ante la propia Sedronar. “Lo que nos llamó la atención fue que dejara de presentar Las declaraciones trimestrales a Las que está obligado por ley y donde consta la cantidad de sustancias que compra y vende cada inscripto.

Cuando lo intimamos Benítez desapareció”, dijo el director del Renpre. En mayo, la Sedronar abrió un expediente para investigar a la distribuidora Famérica, de la que Benítez era cliente. El 22 de julio, el fiscal federal de Campana Pablo Quiroga envió un oficio a la secretaría por el cual pedía información sobre la ruta de la efedrina hallada en el laboratorio del cartel mexicano.

Recién entonces el organismo le envió el nombre de Benítez como posible proveedor ilegal de la sustancia. En ese expediente no se informó que el prófugo figuraba en la AFIP inscripto desde julio de 2005 como “vendedor al por mayor de chocolates, golosinas y productos para kioscos y polirrubros” y que tiene cheques rechazados por un total de 446.184 pesos. “No hicimos más que cumplir con la reglamentació n”, insistió De Orué, licenciado en administració n, conocido entre las fuerzas de seguridad porque también estudió en una escuela porteña el oficio de chef.

Fuente: Critica de la Argentina (Buenos Aires)

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