domingo, 21 de septiembre de 2008

N.Y. Y LA MATANZA

Entre Nueva York y la Matanza

En medio del tsunami financiero global, Nueva York y La Matanza seran los epicentros de las ocupaciones y preocupaciones del matrimonio Kirchner.

Por Alfredo Leuco

El discurso de Cristina ante las Naciones Unidas y la batería de encuentros bilaterales previstos le permitirán abandonar, aunque sea por una semana, el acoso de los problemas domésticos.

Néstor, por su parte, seguirá con su obsesiva reconstrucción del poder político en la provincia de Buenos Aires: está convencido de que es la única tabla a la que se puede aferrar en las legislativas del año que viene para que un tsunami no sea electoral.

La estadía de CFK en EE.UU. le produce algunos tragos amargos, como la obligación de dejar a Julio Cobos a cargo de la Presidencia por una semana o la posibilidad de que Antonini Wilson, en Miami, la salpique con una declaración que confirme que la valija era para financiar su campaña electoral.

Tal vez por ese motivo, los responsables de armar el rompecabezas de sus apariciones públicas han descartado, prácticamente, todo contacto con el periodismo. Sería letal que algún molesto cronista le preguntara a la Presidente, por ejemplo, si es verdad que el Juez Daniel Petrone viajará para indagar a Antonini, algo que es absolutamente posible por los acuerdos bilaterales entre ambos países. O consultarle cómo explica ella que todos los gastos del ex Camarista Guillermo Ledesma para interesarlo en la defensa de Antonini hayan sido pagados por PdVSA, la petrolera venezolana que funciona casi como una caja personal de Hugo Chávez. O si ella comparte la opinión de varios de sus principales ministros, que responsabilizaron al FBI de armar una campaña sucia contra los Kirchner.

En realidad, estas rispideces son apenas la punta de un ovillo mucho más importante que se puede resumir en dos preguntas:

1. ¿Qué tipo de relaciones quiere establecer el Gobierno argentino con los Estados Unidos?

2. ¿Cuál es su pensamiento estratégico para “articular” nuestra política exterior?

Está claro que las relaciones carnales que popularizó el canciller Guido Di Tella durante el menemismo no son el camino. Las relaciones espasmódicas que cambian con el humor del momento, tampoco. El Gobierno suele salir del paso diciendo que quiere relaciones maduras y respetuosas de mutua conveniencia. Muy bien. ¿Y eso qué significa en términos prácticos?

En diciembre, cuando estalló el caso Antonini, la propia Presidente calificó los sucesos como “operaciones basura” y fue Jorge Taiana el que metió al Embajador Earl Wayne dentro de un corralito y le ordenó que limitara sus movimientos en Argentina al intercambio formal con la Cancillería.

Wayne dice que hoy el Gobierno entiende mejor el funcionamiento independiente de la Justicia de su país, sólo porque Cristina no se expresó públicamente sobre el tema; pero reconoce que nuevamente “hay tensiones” en la relación entre ambos países, producto de los dichos absurdamente conspirativos de un par de integrantes del Gabinete. Incluso hubo algunas situaciones caricaturescas o tragicómicas:

· Las declaraciones de Chávez caracterizando a Antonini como “traidor a la patria y bandido” y la expresión de sus deseos de tenerlo cara a cara para que rinda cuentas, aunque aclaró que “no le haría nada físicamente”. Si Chávez quiere conocer detalles sobre el origen y destino de los dólares no tiene más que preguntarle a los Uzcátegui, padre e hijo y, de paso, ordenarles que vengan a declarar a la Argentina.

· El afiche que intentó burdamente disfrazar de gesta antiimperialista y combativa un caso donde se investiga pura corrupción. Fue firmado por el movimiento que conduce Emilio Pérsico, ex montonero, fundador de Quebracho y actual integrante de la conducción del PJ que preside Néstor Kirchner. Decía así: “Bush: entregá al prófugo Antonini”. Cualquier opositor podría bromear con un contrafiche que diga: “Chávez: entregá a los Uzcátegui”.

· Tanto Claudio Uberti, desplazado del Gobierno por este caso, y el Ministro Julio de Vido dicen que no estuvieron reunidos en la Casa Rosada con Antonini. De Vido dijo que ni siquiera lo conoce. Pero varios testimonios e indicios en Miami hablan de complicidad de ambos países para ocultar delitos y objetivos.

El Norte también existe

A los Kirchner los beneficia que el mundo, en Nueva York, estará muy ocupado discutiendo sus propias fragilidades y el alcance y la profundidad que tendrá esta suerte de “caída del Muro de Berlín” sobre los fundamentalistas de mercado.

¿Habrá sido este el fin de la historia que anunció Francis Fukuyama? El lo planteaba, desde el conservadurismo, como el fin de la lucha de clases pero el concepto puede revisitarse como el quiebre definitivo de un dogma económico ideologizado que satanizaba cualquier tipo de intervención del Estado. En realidad, se puede mirar el fin de la historia como el fin de las certezas que llevan al capitalismo a una crisis más estructural que de coyuntura.

Cristina no se privó de sacarse algunas broncas en este tema. Es que Guillermo Mondino, ex colaborador de Cavallo y responsable de Lehman Brothers para América latina, había lanzado varias veces rayos y centellas contra Argentina. Curiosamente su empresa deja deudas por US$ 371.000 millones, más del doble de lo que fue el default argentino, el mayor de la historia. Muchas calificadoras de riesgo y presuntos gurúes deberían replantearse sus objetivos y sus metodologías. Cristina los rebautizó como loros poco humildes y nada patriotas pero cometió los mismos pecados pontificadores y temerarios cuando dijo que estamos firmes ante la marejada y casi celebró el derrumbe de la burbuja (sic) de esa meca que nos habían vendido.

Lula también les dijo a los periodistas que le preguntaran a Bush por la crisis y se enorgulleció del nivel de reservas de Brasil, que rondan los US$ 207.000 millones. Chávez, en cambio, se frotó las manos: “Que en paz descanse Lehman Brothers”, dijo.

Es posible que haber estado desenchufados de los mercados haga que la electricidad desbocada no nos dé una patada mortal. Pero es inteligente prepararse para sufrir los remezones del terremoto planetario que signficarán menos créditos y más caros, menos dinero circulante y menos consumo y baja de precios de la soja, entre otros, que harán caer sensiblemente los ingresos de los productores y, como consecuencia, de la recaudación del Estado.

La gran enseñanza hay que buscarla en las geniales palabras de Peter Ustinov: “Si el mundo estallara repentinamente, la última voz que se oiría sería la del experto que asegura que eso no es posible”.

De todos modos, Cristina ya tiene asegurados varios escenarios positivos, además de su discurso ante la ONU: trascendió que va a rescatar la experiencia argentina, donde el salvataje priorizó a los ciudadanos de carne y hueso más necesitados. CFK tendrá su encuentro con Tom Shannon, el encargado de Bush para América Latina, pese a su claro pedido de que Argentina no descalifique a la Justicia norteamericana. Shannon compartirá la mesa principal en la presentación de Cristina ante el Consejo de las Américas, donde sigue rindiendo frutos su amistad personal con Susan Segal.

El rol que jugó ante Chávez para acercarlo a la comunidad judía venezolana tendrá como contrapartida una comida con gente poderosa interesada en inversiones, donde no faltará una de las periodistas más famosas, Barbara Walter, la misma que entrevistó a Fidel Castro en la Sierra Maestra. Están confirmadas las citas con José Luis Rodríguez Zapatero y Silvio Berlusconi. La celebración que hizo el Club de París del anuncio del pago argentino fue una buena forma de abrir las puertas de los mercados de inversión europeos en medio de la explosión, tal como lo certificó Eduardo Hecker, titular de la Comisión Nacional de Valores.

Falta saber qué va a pasar con el pedido de entrevista de Cristina a Nicolás Sarkozy. El francés tiene otras urgencias, pero el tema del tren bala hizo hablar en Argentina hasta al Embajador. No hay demasiados antecedentes de que un representante de un país extranjero oficie públicamente de abogado defensor de un proyecto al que la opinión pública considera faraónico y no prioritario. Se manejan cifras tan gigantescas que esto generó una pelea a través de los medios entre Ricardo Jaime (¿en nombre de Néstor?) y Sergio Massa (¿en nombre de Cristina?) por instalar que el presupuesto incluía o había excluido expresamente una partida destinada al tren bala.

Pingüinos, a los votos

Néstor seguirá ocupado en el cabotaje. Ha puesto todas sus energías y sus recursos económicos para reconstruir la Provincia de Buenos Aires como una fortaleza para su proyecto. Sabe que allí, el año que viene, se librará la madre de todas las batallas.

Es consciente de que una catarata de votos castigo puede convertir el resto del gobierno de Cristina en un desierto. En cambio, una buena actuación electoral entre la tercera parte del padrón le permitiría equilibrar los resultados de otros distritos donde las clases medias urbanas y rurales manifestarán su rechazo a los intentos hegemónicos.

Por eso Cristina inaugura compulsivamente obras en el Conurbano. Algunas por segunda vez. Otras muy menores. Por eso Néstor se convirtió en un impulsor de una nueva Ley de Coparticipación Federal que le dé a Daniel Scioli los $ 5.000 millones de pesos que necesita para tapar todos los agujeros provinciales. Felipe Solá no ocultó su bronca por este tema y por el maltrato que recibió en su momento y por el destrato que recibe ahora en el bloque K, al que todavía pertenece. Cuando Solá reclamó más fondos, lo fulminaron desde el poder central.

Kirchner debería tener más cuidado con Solá. Las encuestas lo muestran muy arriba, casi a los mismos niveles que Scioli. Es un hombre de campo que ratificó la confianza del sector por el rol que jugó durante el debate de la 125, tiene buena llegada a los sectores medios porteños y se retiró de la Gobernación con altos niveles de aprobación para su gestión. Todos coinciden en que podría ser un buen candidato a Presidente en 2011 y él está dispuesto a jugar sus fichas.

Lo grave para Kirchner es que, si se decide, Felipe tiene una gran capacidad de daño en 2009. Puede apoyar en la campaña a algún peronista no kirchnerista que le dé pelea en el mismo universo electoral al candidato K, que podría ser Sergio Massa. Eso complicaría más las chances de Néstor.

Sobre la reparación hacia la Provincia de Buenos Aires por aquellos puntos de la coparticipación que cedió el Gobernador radical Alejandro Armendáriz, hay una propuesta inquietante de Roberto Lavagna: dice que debe ser la Nación la que ceda parte de sus recursos y no el resto de las provincias.

Lavagna está nuevamente muy crítico del “relato” de los Kirchner. Dijo por Radio del Plata que la “inflación real está alrededor del 29%” y que el único país con el que mantenemos buenas relaciones es con Venezuela.

La inflación es, junto con la devaluación de su credibilidad, el principal problema que afronta el Gobierno. Algún milagro sacó la palabra de abajo de la alfombra y la Presidenta se permitió nombrarla, que es como reconocerla, en el encuentro que tuvo con la UIA. Frente al eterno reclamo de un dólar más alto, Cristina dijo que eso era “inconsistente en el marco de una verdadera lucha contra la inflación”.

Se sabe que nadie lucha contra lo que no existe. Ergo: tal vez a la vuelta de EE.UU. haya algún tipo de anuncio de algún plan concreto e integral y respecto de la continuidad del invisible y resistente Guillermo Moreno.

Los reacomodamientos del tablero obligaron a que salieran del closet varios arrepentidos de distintas causas.

El santafesino Jorge Obeid reconoció su error ante los productores agropecuarios y se ofreció para impulsar la ley que contemple las retenciones diferenciadas para los pequeños y medianos. Tanto Obeid como el diputado Walter Agosto habían sido declarados personas no gratas por algunas entidades rurales durante el conflicto.

En el mismo sentido, el Gobernador chaqueño Jorge Capitanich les pidió disculpas a los agricultores por haber leído el documento del PJ donde se los acusaba de golpistas y dijo que por sus venas corre sangre campesina.

Alberto Fernández retrocedió en sus críticas hacia Néstor, que hizo reservadamente ante varios periodistas. Proclamó a viva voz que se siente un kirchnerista ortodoxo y calificó a Néstor como un “estadista”. Suficiente para endulzar los oídos del ex Presidente que accedió a recibirlo y a descongelar la relación entre ambos.

Lo que no sale del frío es el trato inexistente entre el matrimonio y el Vicepresidente a cargo de la Presidencia de la Nación.

En una semana, Julio Cobos se sacó dos fotos a los abrazos con Hermes Binner. Se tiraron flores de todos los colores. Diría Luis D’Elía que esa probable fórmula para 2011 es “la gran esperanza blanca”. Algo de razón tiene. Pero para eso, falta mucho.

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