jueves, 11 de septiembre de 2008

QUÉ PENSARÍA SAN MARTÍN...................

Opiniones en Libertad
Este sitio esta destinado para manifestarse con entera libertad. El unico limite es el respeto y la honestidad intelectual.- Fundado el 4 de marzo de 2008 y editado en Mar del Plata,Argentina. Responsable editorial Alberto Castagnoli
miércoles 10 de septiembre de 2008
QUE PENSARIA EL GENERAL SAN MARTIN DE ESTE DESTINO ELEGIDO POR NUESTROS PROGRESISTAS CONTEMPORANEOS?
Un amigo nos acerca un viejo material bibliográfico, Crónicas de lasNaciones Unidas, del año 1983. En la página dedicada a Ciencia, tecnologíasy derechos humanos, leemos lo siguiente: “Durante el siglo XIX y aprincipios del XX, se suponía por lo común que los progresos científicoseran inevitablemente favorables al progreso humano. No se preveía ningúnconflicto fundamental entre ambos. Sin embargo, los acontecimientosposteriores y en particular la devastación ocasionada por dos guerrasmundiales han suscitado dudas en cuanto a la existencia de una alianzainevitable entre el adelanto científico y el progreso humano. Se ha idocomprendiendo cada vez mejor que, si bien es posible que el conocimientocientífico en sí sea neutral, gran parte de él puede ser aplicado en formasperjudiciales para la humanidad”. Y continúa el documento de perspectivas delas Naciones Unidas: “Ese perjuicio puede hacerse a sabiendas, persiguiendoobjetivos a los que se atribuye una importancia superior, o sin saberlo,debido a la falta de conocimientos sobre las consecuencias o los efectossecundarios”.Esos escritos tienen 25 años, exactamente. No se había producido todavía lacatástrofe de Bophal, un crimen corporativo espantoso que ocurrió endiciembre de 1984 en la India. Tampoco había ocurrido la tragedia queimplicó la explosión de un reactor nuclear en Chernobyl, Ucrania, ex URSS,que fuera en el año 1986. Lo mismo, el derrame de petróleo de Exxon Valdezen Alazka, ocurrido en marzo de 1989. Los sueños de la razón engendranmonstruos escribió Goya en uno de sus aguafuertes y en esos años ochenta lapolítica de Ronald Reagan, condujo a la aprobación de las primeras semillastransgénicas, pese a las contraindicaciones de los propios técnicos de laFDA, la Food & Drug Administration, el órgano encargado de aprobarmedicamentos y alimentos, y se lo hizo en razón de intereses de la industriabiotecnológica y como una cuestión de Seguridad Nacional de los EEUU. Ensimultáneo, empresas como Monsanto lanzaron la campaña de que, tan sólo lassemillas transgénicas podrían paliar el hambre en el mundo.Han transcurrido algunos años desde entonces, pese a todas las previsiones,la contaminación y la inseguridad se han hecho pavorosas y aún peor, se hannaturalizado, mientras el cambio climático y la desaparición acelerada delos casquetes polares anticipan situaciones de extremo riesgo para la vidadel planeta. La producción de granos y los intercambios globales se hanmultiplicado, no obstante el hambre en el mundo es una realidad insoslayableque domina vastas regiones no tan solo del alguna vez llamado tercer mundo.Miles de millones de seres humanos viven con hambre en medio de un planetaarrasado por las consecuencias de un consumismo atroz y una marea humanaimposible de detener, invade cada noche tanto Europa como los EstadosUnidos, en busca de trabajo pero fundamentalmente en busca de comida,mientras muchísimos quedan en el camino pagando con un tributo de incontablevidas la voracidad imparable de las Corporaciones. Noticias que nos llegande Canarias nos dicen que el arribo de chalupas con cadáveres a las islas,ha dejado de ser noticia para la prensa local, son solo hechos que ocurrencada día y que ya no conmueven a la opinión pública española. El siglo XXIse inicia marcado por el cambio climático y por los genocidios por hambre ydesarraigo.No obstante, en la Argentina nuestro ministro de Ciencia y Tecnología es unoptimista sin resquicios y según la revista que lo entrevista, trabaja sindescanso para “estimular y difundir la transferencia de tecnología yconocimientos a productos o procesos que mejoren la calidad de vida de lasociedad”. Y aun más todavía, nos promete que en el mundo contemporáneopodemos alcanzar a ser “una boutique de alta tecnología”. Está refiriéndoseen realidad a los agronegocios y a la biotecnología, a sumar tecnologías alos alimentos y a modificar la vida cotidiana de los argentinos, realizando,en los marcos de la propiedad del conocimiento y de los sistemas depatentamientos globales, la reproducción científica y tecnológica local delpoder del conocimiento. Se trata de ocupar en una maquilla de cienciaempresarial, a los hijos de nuestros sectores medios. Mientras tanto, evadereconocer el grado de nuevas dependencias a los mercados internacionales y alas Corporaciones, de un país sometido por un modelo de agro exportación decommodities que ni siquiera puede ocupar la capacidad y el número de lapoblación argentina, sino exportando a otros países, el modelo aceptado poruna dirigencia venal. Este es el secreto, añadir al esquema de la Repúblicasojera, la capacidad de nuestros intelectuales de reproducir el modelobiotecnológico en los países vecino o en todos aquellos a los que podamosalcanzar. Qué pensaría el General San Martín de este destino elegido pornuestros progresistas contemporáneos? Ser una boutique tecnológica.Reproducir biotecnología. Ser un polo de investigación y de producción detransgénicos para toda América Latina. Exportar maquinaria agrícola para queel modelo de la empresa Monsanto se reproduzca en otros lugares del mundo.Penoso, realmente penoso.Mientras tanto, Monsanto negocia con el Gobierno nacional, en el esquema queya estableció como precedente la provincia del Chaco, cuyo gobernador tieneel privilegio de haber hecho escuela de nuevas y complejas defecciones antela corporación, defecciones tales como la negociación del pago de regalías yla aceptación de semillas genéticamente modificadas de segunda generación.Sí, se trataría de que Monsanto desista de los juicios entablados en Europa,que tienen detenidos ocho barcos cargados de soja, a cambio de nuevasinversiones y de la incorporación de nuevas semillas transgénicas en elpaís. O sea que, frente a la presión ejercida por la empresa, abrimos elterritorio a nuevos eventos biotecnológicos y a inversiones para fabricarlocalmente los paquetes agrotóxicos que requiere el modelo. Lo peor es queno lo vemos como una derrota o una concesión a que nos obligan, sino que lofestejamos como un triunfo, lo celebramos como un avance porque en realidadesta dirigencia comparte los paradigmas del crecimiento y del progreso, dela biotecnología y de un modo de producir contrariando a la Naturaleza quees propio de los ejecutivos que conducen las Corporaciones. Es por esosmecanismos internos profundamente colonizados y adscriptos a los principiosde la globalización que, no importa lo que hagan o las deudas que se paguen,todo, absolutamente todo, aportará inevitablemente a fortalecer nuevosmecanismos de sumisión, de endeudamiento, de sujeción a dependenciasglobales y lo que es peor, de colaboración y complicidad, para implementarlas políticas de las Corporaciones sobre otros países vecinos.Según declaraciones del director de estrategias de Monsanto: "Lo queprecisamos es la bendición del Gobierno para que hagamos un acuerdo privado,para que los productores paguen por la nueva semilla". Eso es lo que, segúnel periodismo, Moreno les estaría garantizando. Pero ello sería: “a cambiode que la empresa haga un plan de inversiones en plantas de semillas por US$125 millones, que empresas nacionales sean parte del programa deinvestigación de la compañía, que haya una transferencia de tecnología alINTA y, por sobre todo, que desistan de los juicios contra el país por elroyalty no pagado”. “Para los productores argentinos”, añade la nota, comosi no lo supiéramos, “la introducción de la nueva tecnología representaráuna facilidad para la producción y mayor garantía de rendimiento”.En otros países, los pensadores y los intelectuales se plantean de maneraexplícita la necesidad de descolonizar a la izquierda de los conceptos deprogreso y de crecimiento. Nosotros pareciera que tenemos esos conceptostan, pero tan arraigados en los sectores progresistas, que somos capaces devisualizar como una negociación exitosa lo que no es sino un nuevo escalónen las crecientes dependencias coloniales. Por no saber adonde vamos, niconocer la historia de la que venimos y estar tan solo aferrados a políticasmezquinas y coyunturales, repetimos muchos años después, los gestoscolonizados de generaciones anteriores cuyo recuerdo se supone reprobamos.Antes de la crisis del campo, el modelo de la sojización pretendía habersido heredado y por lo tanto se lo explicaba como algo ajeno recibido,además de justificárselo por los réditos ingentes que proporcionaba paragestionar políticas sociales. Muchos diálogos políticos que tuvimos en esosaños pasados, encontraban ese límite, un límite que refería a una herenciarecibida, una herencia de tal magnitud y de tal capacidad para desarrollarpolíticas e inversiones desde el Estado que ponerla en debate nos estabavedado.Ahora es diferente, radicalmente diferente. El modelo de la sojización hasido expuesto, también en sus consecuencias, en sus externalidades y en lafragilidad estructural que ha generado en nuestros desarrollos económicos.Ya no hay excusas. Nadie ignora de qué estamos hablando cuando nos referimosa los Agronegocios, a las negociaciones con Monsanto o a la ingesta obligadade TRISOJA, una mezcla de trigo y soja transgénica, en los comedoresescolares de la Ciudad de Buenos Aires. Ya no se puede justificar laignorancia del tema. La verdad es que, mientras unos deciden políticas,otros desde la justicia persisten en no ver sus implicancias, susconsecuencias y el modo en que se afectan los derechos humanos de losciudadanos. A su vez, desde tribunas intelectuales algunos insisten desdeCarta Abierta, en acentuar la confusión y en resucitar las viejas propuestasdel desarrollismo. A veces, cuando leemos a algunos de estos intelectualesnuestros, no sabemos exactamente si estamos en el año 33 repitiendo como unrevival las negociaciones con la Gran Bretaña que condujeron al pacto RocaRunciman, o estamos acaso en el año 1958, con Reinaldo Frigeriointermediando las conversaciones entre Cook y Frondizi y pergeñando unaArgentina con el petróleo en manos privadas, los estudiantes divididos entrela laica y la libre, los peronistas insurrectos en el Plan Conintes, losamores de los argentinos en los hoteles alojamientos y los tranvías y lostrolebuses en la basura y el desguace, para dar lugar a la pujante industriaautomotor, tal como decían entonces.. . Nos preguntamos ¿si se nos estaráanticipando una nueva versión del desarrollismo, como si reeditáramos enCarta Abierta la Revista Qué del año 59 y el engaño de aquellos que, como elmismo Scalabrini, pretendieron ver en el progresismo de izquierdadesarrollista de la época, un proyecto nacional que jamás habían tenido?Ciertos juegos de la política, son extremadamente peligrosos, en especial enun país que parece al borde mismo del estallido. Intentar ver manosconspirativas en cada situación de rebeldía, es una tontera descomunal, yconduce a embanderarse con la represión y aún mas todavía, con laincomprensión. Recordemos que Dios ciega a quienes quiere perder… Desdeestos micrófonos hace años que venimos denunciando el maltrato que se sufreen la línea del ferrocarril Oeste del Sarmiento, del modo espantoso en quese viaja, de cómo los concesionarios abusan sistemática y brutalmente delpasajero e inclusive, hemos invitado a las más altas autoridades a darse unpaseo en la línea y esa invitación la hemos cursado hace mucho, muchotiempo. En vez de encarcelar ahora por desvalijar máquinas expendedoras deboletos, a chicos que nacieron condenados a la exclusión debido a laspolíticas que ellos implementaron largamente desde los años ochenta,deberían revisarse sus propias conductas ante la Justicia. No puedesorprenderse nadie que la gente queme los vagones o las oficinas delpersonal. Tampoco pueden sorprenderse de que los incendiarios ignoren que elferrocarril les pertenece, es la clase política la que ha borrado de lamemoria popular la propia pertenencia de esos patrimonios, abjurando en lapráctica de gobierno de toda lealtad y de toda docencia con los ciudadanos.Pero no hay lluvia que no pare ni noche que no termine amaneciendo. Esemismo día, un poco más tarde, vimos el estreno de la película de Pino y nosimpresionó como profética y celebratoria de un tiempo que se anticipainevitable. Los ferrocarriles volverán, no importa quién o quienes seopongan a ellos. Uno ve la película de Pino, que ha denominado “la próximaestación”, y siente esa voluntad y esa determinación que surge de la entrañamisma de la gente, de la historia y de la tierra: los ferrocarrilesvolverán, volverán…
Autor/Fuente:Jorge Eduardo Rulli(Horizonte Sur)

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