viernes, 12 de noviembre de 2010

ATRASO CAMBIARIO


Atraso cambiario: un proceso irreversible


Por: Agustín Monteverde


El Banco Central, acorralado



• El ingreso de divisas se ha potenciado por el atractivo que ofrecen los rendimientos argentinos en el marco de un régimen cambiario de creciente atraso real.



• Mientras en el mundo hay tasas cero -llegándose en algunos casos a cobrar por el mantenimiento de saldos en cuenta- las tasas locales aseguran retornos de más 10 %.



• Esta es la extraña paradoja argentina: tasas fuertemente negativas en términos de inflación -que desalientan el ahorro interno- pero marcadamente positivas en términos de los rendimientos internacionales y un tipo de cambio prácticamente fijo.



• La nueva ronda de relajamiento cuantitativo anunciada por la Reserva Federal hace pensar que el fenómeno podría prolongarse en los próximos meses.



• En estas circunstancias, el encaje de 30 % que deben cumplir los fondos que ingresan desde el exterior evita una mayor afluencia de capitales.



• La menor fuga -flujo neto negativo- de capitales también complica al BCRA.



• Esta situación lo obliga a comprar dólares para que el tipo de cambio nominal no baje y no se potencie el atraso cambiario.



• En lo que va del año la autoridad monetaria ya triplica la compra de divisas respecto a 2009.



• Al 29 de octubre -último dato disponible- el Central había adquirido un total de U$9600 MM contra U$3300 MM del año pasado.



• Y se encamina a superar también los registros del 2007; en 2008 el saldo fue negativo por el recrudecimiento de la salida de capitales en pleno conflicto con el campo.



• Las intervenciones del BCRA tendrán que potenciarse con compras más agresivas en las próximas semanas.



• Por un lado, con las compras el Central buscará evitar que el atraso cambiario no se troque en apreciación nominal, lo que podría llevar a nuevos picos el costo argentino y precipitar el ingreso de más capitales especulativos.



• Pero también deberá evitar que la consiguiente inyección de pesos no derive en una violación de las nuevas metas monetarias y mayor aceleración de la inflación.



• Por eso, es probable que la intervención del Central se haga mayormente en el mercado de futuros, lo que podría implicar una suba de la tasa -que alentaría, a su vez, un mayor ingreso de capitales especulativos en busca de beneficiarse del pedal multiplicador.



• El espacio de maniobra del BCRA tiende, entonces, a estrecharse:



• ó 1) deja apreciar el peso y se dispara el costo argentino y se alienta un creciente ingreso de divisas que realimenta el proceso;



• ó 2) compra con más emisión el excedente de divisas necesario para evitar, al menos, una apreciación nominal (aunque sí real) del peso, con lo que sigue funcionando la bicicleta financiera a la par de una inflación en rápido ascenso;



• ó 3) contiene la apreciación nominal por vía de compras a futuro, sin emisión adicional de pesos pero a costa de una suba de los rendimientos locales que incentivará de todas formas el ingreso de capitales especulativos.



• Una última opción, que descartamos, es que se intentase una devaluación nominal del peso, lo que requeriría de una expansión monetaria de enorme magnitud y la inflación se desmadraría.

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