EL LEGADO

FUERTE CAMPAÑA OFICIAL PARA IDEALIZAR AL EX PRESIDENTE

El legado de Kirchner: corrupción generalizada

Por Guillermo Cherashny para el Informador Público

Es común escuchar últimamente que Néstor Kirchner revalorizó la política. Pero es realmente difícil sostener tamaño disparate si nos basamos en los hechos. Desde que llegó al poder el 25 de mayo del 2003, Kirchner trató de cooptar a dirigentes de los partidos tradicionales -y también de los nuevos- para sumarlos al Frente para la Victoria. ¿O ya nos olvidamos del caso emblemático de Borocotó, que, electo por el PRO, antes de asumir fue mostrado obscenamente en la Casa Rosada como si fuera la transferencia de un crack de fútbol de un club a otro, lo que dio lugar al triste calificativo de “borocotear”?

Recordemos también que, en junio de este año, el radical Martín Farizano ganó las elecciones por la intendencia de la capital neuquina y al día siguiente de ganar fue invitado a la Casa Rosada y ahí anunció que en realidad respondía a Cristina Kirchner.

Y ni que hablar de cuando, en octubre del año pasado, el radical Ricardo Colombi ganó la gobernación de Corrientes y horas después apareció en una reunión con Kirchner anunciando que apoyaría el gobierno nacional a cambio de auxilio económico.



El doble discurso

Los Kirchner llegaron al poder con un discurso moral y desde el primer momento la corrupción se generalizó en todos los niveles de la administración pública. Pero el sistema funcionó con una feroz centralización. El propio Kirchner, que recibía personalmente las valijas de la corrupción. ¿O se olvidan de las valijas de Antonini Wilson?

Otra de las mentiras de estos días es la movilización de la juventud que supuestamente fue al velorio espontáneamente para rendirle su homenaje al ex presidente. Pero en esto también hay una cuota de mentira. Desde las universidades del conurbano -La Matanza, Tres de Febrero, Lomas de Zamora-, que son dominadas por el kirchnerismo, venían micros llenos de jóvenes que habían cobrado 300 pesos cada uno.

Es cierto, sin embargo, que una parte importante de jóvenes se movilizó espontáneamente por una simple razón: el denominado progresismo ganó la batalla cultural en América Latina y hasta en los mismos Estados Unidos, donde eligieron hace dos años a Barack Obama y hoy, desencantados, lo repudiarán en las urnas.

En conclusión, lo que más revalorizó NCK es la corrupción generalizada más relevante de toda la historia argentina y la destrucción de los partidos. Éste no es el modo de revalorizar la política.

En este listado no hay que olvidar a la pléyade de actores populares de 30 a 60 años comprados por los cuantiosos fondos del Instituto Nacional de Cinematografía. Así se produjeron cientos de películas financiadas por el Estado elogiando al terrorismo local, así como las miniseries en los canales privados sobre el tema de los desaparecidos que agobian al televidente desde hace ocho años. Esta asquerosa obsecuencia del gremio actoral influyó en muchos jóvenes. Por último, ayer la presidente convirtió su dolor personal en una operación política al hacer uso de la cadena nacional, que por ley se debe utilizar sólo para actos de gobierno, para trasmitir un mensaje de agradecimiento a los que se movilizaron para homenajear al ex presidente. Semejante confusión deliberada entre la función de gobierno, la política y la vida personal es típica del kirchnerismo, que tiende a utilizar el Estado como un bien personal de la familia real.