PAPELITOS PARA EL TUERTO

La máquina de papelitos y brillantina descubierta por un mendocino en el cortejo de Kirchner

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Una curiosa escena contada con pelos y señales por un funcionario mendocino que estaba en un hotel, cuando pasaba el cortejo fúnebre del ex presidente, siembra alguna duda sobre el operativo despedida de Néstor Kirchner. Según el relato, a la tristeza sincera de la gente hubo que ayudarla un poco.


La escena es bien curiosa. Y llegó a nuestros oídos de la mano de un funcionario mendocino que pidió expresa reserva de su identidad.

Cuenta el hombre que estaba la semana pasada ocupado en la Capital Federal y alojado en un Hotel de la Avenida Córdoba. Allí lo sorprendieron el Censo, y la infortunada muerte del ex presidente Néstor Kirchner.

El día del sepelio, el señor que transmitió la historia, fue testigo de un hecho raro. De acuerdo a la historia, estaba el hombre en el lobby del hotel en cuestión, cuando “llegaron dos hombres, de traje y armados de cámaras, filmadoras, y aparatos... Dijeron ser de Presidencia de la Nación, se identificaron y pidieron permiso para subir a la terraza, porque desde allí tenían que sacar fotografías cuando pasare el cortejo de Kirchner.
El asunto es que los empleados llamaron a los dueños del hotel, y les dieron permiso” dice el señor que cuenta la anécdota. “El tema es que me puse a sacar fotos con mi teléfono desde el octavo piso, y de repente me doy cuenta que estoy bajo una lluvia de papeles y brillantina dorada en el saco. Cuando pregunté abajo, la gente del hotel me confirmó que los de Presidencia, si es que eran de Presidencia, habían subido a la terraza con una máquina de esas de tirar papelitos”.

La historia termina ahí. Cabe preguntarse, merced al relato de este funcionario, cuántos de los papelitos que se vieron en las calles respondieron a la acción espontánea de la gente despidiendo a su líder político, o de un organizado cuadro para componer un poco mejor –al menos para la TV- la despedida del ex presidente.

El testigo acompañó su relato de fotos de la Avenida Córdoba, donde se ve poca gente en las veredas, y una enorme lluvia de papeles en el suelo.

Todo bien... Pero lo de la brillantina dorada... ¿no fue un poco exagerado para las exequias de un ex jefe de Estado?