viernes, 12 de noviembre de 2010

TRAPITOS


HAY QUE SACAR “LOS TRAPITOS” AL SOL, Y A PATADAS EN EL CULO.



La profesión ilegal de “trapito”, como muchas otras profesiones ilegales, se ventila a la luz natural del día, y artificial de la noche. La cosa es que “están ahí”, ajustando sus tarifas, en una alocada carrera contra el alza del costo de vida, impresentable INDEC al margen. Pá colmo, el Ministerio de Trabajo, siquiera puede dictar la conciliación obligatoria, pero atenti que el día no está tan lejos. Y están los trapitos estables y los trapitos eventuales, caso Paul McCartney, como para citar el ejemplo más cercano.

Ocurre que como el parque automotor desborda claramente la capacidad de “albergue” de la ciudad y los garajes, la rentabilidad de éstos está igualmente asegurada, cosa que no ocurrió con los comercios dedicados al alquiler y venta de videos, impiadosamente eliminados del mercado, por la venta callejera de “truchos”, operativa que constituye delito y no infracción municipal como muchos suponen. De hecho, Ud. que ha comprado y compra videos truchos, es tan delincuente como quien los fabrica o quien los vende, ¿me explico?. ¡No!; antes que lo insinúe, le diré que jamás he comprado un trucho. Sí en cambio y más de una vez, multiplicando mi natural condición de pelotudo, he pisoteado algunos alegremente colocados sobre una alfombra tendida sobre una vereda, que se interponían en mi camino. Le digo más; en una de esas “pisoteadas”, el “mono” a cargo de la venta se me vino encima con la sana intención de estrangularme, de la que zafé gracias a la pronta intervención de un policía uniformado, quien pareció recuperar la memoria en ese preciso momento, gracias a Dios, a la Virgen y al policía, por supuesto. ¡Es probable que me haya ido al carajo, pero viene a cuento. Pasa que no tengo coche; el que poseía, un viejo Peugeot 504, lo vendí a instancias de un gran amigo, al día siguiente que éste evitara “me llevara puesto un piquete” que me impidió circular libremente, artículo 14 de la Constitución Nacional.

Ahora Ud. me dice que estoy haciendo la apología del “guapìsmo” , y pá colmo tomándome como propio referente. ¡Vea!; si Ud. se deja afanar y cagar en la cabeza, yo soy un guapo. Si en cambio Ud. pretende que le consideren mínimamente, y en la medida que esté a su alcance, mal se le puede haber ocurrido semejante idea.

Pero, y volviendo a los trapitos, así la actividad no me incumba en lo personal, entiendo deben ser definitivamente erradicados, junto a toda esa “otra cosa” que igualmente se debe erradicar, en éste caso particular, “para evitar un mal mayor, grave e inminente”, artículo 34 del Código Penal, ¿soy claro?.

De todas maneras, y si Ud. está dispuesto a abonar veinte, treinta o cien mangos para que un “ratero” cuide su coche, hágalo, no sin antes detenerse a pensar que con esa guita, podría contribuir a paliar uno de nuestros endémicos males mayores, como lo es la mortandad infantil. Y créame que con esto no pretendo llegar a su corazón, que no deja de ser un órgano que bombea sangre para mantener “alimentado” su organismo. Quizá sí, en cambio, pretenda hacerle sentir un energúmeno.

Para terminar, y sin ánimo de ofender a nadie, le dejo una frase inédita; “el homosexual activo existe, porque existe el homosexual pasivo”, ¿la agarra?.

Ricardo Jorge Pareja

parejaricardo@hotmail.com

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