lunes, 21 de febrero de 2011

EL FANTASMA DE LA OPERA


EL FANTASMA DE LA OPERA



¡Lo parió al Narciso Ibañez Menta, con su versión para la pantalla chica, de la famosa novela de Gastón Leroux!.

Corría el año 1960, y recuerdo que había sido invitado a un cumpleaños de quince, que se festejaba el día del último capítulo. Antes, los cumpleaños de quince, de una señorita, se festejaban con toda la “pompa”, así al papá le costara el quedarse literalmente “en bolas” y endeudado.

Cualquiera que hoy tenga mi edad, poco más, poquito menos, seguramente no olvida esa realización que concentró la atención de todo el país, o cuando menos, de todo aquél que tuviera acceso a un televisor. Para entonces, no se medía la audiencia…para entonces, dicho sea de paso, “los viejos” sacaban las sillas a las veredas por las noches, y las puertas de calle quedaban abiertas “de par en par”, por si algún vecino necesitaba algo, al momento de apurar la cena.

Pero, y volviendo al cumpleaños, recuerdo que la mayoría asistimos “a regañadientes”; perderse el último capítulo de El Fantasma de la Opera, era algo así como “prenderle fuego a la novia”, menester que no era moda de la época.

Sin embargo, ¡oh sorpresa!; sobre uno de los laterales del salón, plantado sobre una mesa sin rueditas, ¡un televisor!. Todos los detalles habían sido minuciosamente cuidados.

A la hora señalada, la única luz que permanecía encendida, era la de la pantalla del suntuoso televisor. Todo otro detalle posterior, perdura en una nebulosa; algo así como recuerdos encontrados o inconclusos. Sí tengo claro, que en la ficción, el nombre de la protagonista, era... CRISTINA, y que todos bregábamos porque “el monstruo de la careta” se apiadara de ella, liberándole.

¡Mal pudimos imaginar para entonces, la que se nos venía!

Ricardo Jorge Pareja

parejaricardo@hotmail.com

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