martes, 22 de febrero de 2011

SE VIENE LA VIOLENCIA


SE AVECINAN MOMENTOS DIFÍCILES Y VIOLENTOS

Nilda Garré prepara una gran “depuración” en la estructura policial, especialmente en las Comisarías. Avanza el delito común y se acentúa la incertidumbre. La Cámpora organizaría grupos especiales. Se fortalece la idea de un acuerdo electoral entre Eduardo Alberto Duhalde y Mauricio Macri.

Por Carlos Manuel Acuña

En distintas fuentes especializadas e incluso del exterior, se extienden las noticias indicativas de próximos acontecimientos violentos que coincidirían con anuncios políticos que tienen en preparación las bases de un posible acuerdo electoral para afrontar con éxito al oficialismo. Ambos asuntos están relacionados y las primeras señales ya se produjeron con el anuncio originado en fuentes policiales en el sentido de que el control de la avenida General Paz, que divide al distrito metropolitano de la provincia de Buenos Aires, está desguarnecido por falta de personal.

En realidad, ese control se realizaba hasta hace poco y limitaba el cometido de hechos delictuales que permitía que los delincuentes provenientes del conurbano operaran libremente en la Capital Federal y se refugiaran luego en las villas que pueblan los alrededores capitalinos. Al respecto, siempre existió preocupación por el hecho de que estas villas rodeen estratégicamente a la Capital si se diera la hipotética situación de un movimiento, o mejor dicho, de una crisis violenta en el campo social. Asimismo, ese control policial, especialmente hacia la zona norte, era un impedimento para ciertos delitos específicos como el llamado secuestro express, consistente en la rápida captura de una víctima prácticamente al voleo, cuya libertad se canjea rápidamente por sumas de poco valor, para acelerar el trámite. Ahora, el levantamiento del control ya produce consecuencias que se percibirán más todavía con el correr de los días, asunto que, de hecho, tendrá derivaciones políticas en una sociedad sensibilizada y afectada seriamente por el flagelo de la inseguridad.

En las mismas fuentes se nos aseguró que el problema tiene varios orígenes. Entre ellos, la falta de capacidad para impartir órdenes y planificar acciones frente a una situación delictual en crecimiento y descontrolada y, por el otro, al eventual interés del oficialismo por acentuar esta situación en el lugar más expuesto a la información y su incidencia política. Este razonamiento está atado a la probable evolución político-electoral que sería adversa al kirchnerismo pero, sobre todo, a los elementos de izquierda que rodean a la presidente Cristina, quien mantiene sus dudas respecto de la conveniencia de presentarse.

Concurrentemente a la importancia de este tema, ayer recrudecieron las versiones de que la ministro del área, Nilda Garré, prepara una depuración de oficiales jefes y de distintas jerarquías, proceso que está en estudio. Dichos rumores afirman que serán reemplazados los comisarios de casi todas o todas las comisarías, además de un amplio listado de personas con esos u otros destinos y de distintas jerarquías. Por ejemplo, se menciona que la prohibición de expedir pasaportes reduciría la necesidad del personal de ese sector administrativo, lo que a lo largo de las semanas podría darse en otros, como resultado de un estudio cuyos principales lineamientos se establecieron poco antes de que asumiera la discutida nueva ministro.

Aparentemente la situación creada tiene muchas facetas, pues también se insiste en que determinados elementos políticos, que responden al pequeño sector instalado en la cúpula de poder político, estarían en pleno proceso de organización de grupos de choque especialmente formados y armados para imponer el orden ante la ausencia policial, lo que podría suceder, se especula, al margen de un hipotético marco legal que pudiera instrumentarse a los mismos efectos.

De todos modos, esto que dejamos descripto no se aplicaría de un día para otro, aunque se asegura que buena parte del nuevo esquema que contaría con el expreso respaldo de La Cámpora, debería quedar concluido sobre el filo del próximo 24 de marzo, en coincidencia con la fecha del pronunciamiento cívico militar de 1976. Para ese entonces, en distintos medios se evalúa que ese día se concretaría el lanzamiento oficial de la candidatura de Cristina Fernández, pese a que las encuestas la muestran relativamente lejos del 30 por ciento de intención de voto. Esta circunstancia, según los planificadores de medidas poco ortodoxas en materia de propaganda electoral, es la que abre un espacio de grandes dudas respecto del futuro.

Sin embargo, se sabe que las conversaciones entre sectores cercanos a Eduardo Alberto Duhalde y los que representan a Mauricio Macri, progresan en la formulación de un acuerdo al que nos referimos a fines del año último, según el cual permitiría asegurar el control político de la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires. Más aún, en medios absolutamente seguros, se nos dijo que existen borradores virtualmente concluidos para elaborar un programa común de gobierno. Ayer, Macri destacó la buena relación con el Peronismo Federal y dejó abierta la perspectiva que comentamos.

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