domingo, 15 de mayo de 2011

EL VERDADERO PRESIDENTE ( ZANNINI)


EL CRISTINISMO EN CRISIS

Los problemas de CFK aumentan el poder de Zannini

Por el Dr. Carlos Tórtora

La democracia argentina está a punto de ingresar en una nueva situación excepcional ya que, según señalan la mayor parte de las encuestas, elegiría en octubre una presidente que acaba de blanquear la fragilidad de su estado de salud. En cualquier democracia que funcione normalmente, el pleno reconocimiento de que el presidente no está en condiciones de soportar el alto nivel de exigencia que impone su cargo, lo descartaría inmediatamente para la reelección. Pero el kirchnerismo -o por lo menos la mayor parte de sus dirigentes- aplican el razonamiento inverso: Cristina debe continuar en el poder aunque ya no reúna un requisito fundamental de idoneidad, como es tener un estado de salud bueno.

Ayer la suspensión del viaje presidencial a los festejos del bicentenario de Paraguay volvió a sumir en el desconcierto al oficialismo. Es que a partir de que se presenten las candidaturas, cuyo plazo vence el 14 de junio, comenzará la campaña para la primaria del 14 de agosto. Algunos consultores del gobierno temen que si CFK se muestra inestable o con problemas de salud para plantarse en la contienda electoral, podría perder puntos en las encuestas, aunque nadie se animaría a predecir cuántos.

En el 2007, Cristina ganó mostrándose muy poco en la campaña, dedicándose en cambio a realizar giras internacionales. Pero Néstor Kirchner se subía a las tribunas en su lugar y ahora, en cambio, no hay quien la reemplace. La interpretación y alguna información coinciden en que ella finalmente será candidata, porque de no serlo no se explicaría por qué postergó tanto su decisión, dejando que el aparato oficial avanzara con su postulación para bajarse a último momento sin que haya un candidato muleto preparado.

Lo cierto es que se instaló como un tema central de la agenda política que el segundo mandato de CFK podría mostrarla con limitaciones debido a sus problemas de salud. La única solución conocida en estos casos es un aumento de la delegación de funciones. Y ésta es la razón por la cual la elección del candidato a vice pasa a tener un significado trascendental a partir de ahora. Para el núcleo duro del cristinismo la única garantía es que el compañero de fórmula sea Carlos Zannini, hoy el CEO del esquema que se montó a partir de la muerte de Néstor Kirchner. Algunos de los que impulsan el ascenso del secretario legal y técnico pensarían incluso que este podría llegar a convertirse en el presidente real, ante la hipótesis de que CFK se tome prolongadas licencias por razones personales.

Obviamente, un esquema de poder tan especial -de concretarse- podría tener sus efectos sobre un modelo económico que emite señales de fatiga todo el tiempo.

El mal menor

A todo esto, la semana que pasó dejó algunos otros hechos claves. El primero es que la única construcción opositora que avanza en materia de alianzas es la de Ricardo Alfonsín, que funciona a dos puntas. Por un lado, oferta al electorado de centro derecha a través del acuerdo en marcha con Francisco De Narváez y por el otro intenta que no se le escape la centroizquierda manteniendo el tinglado nacional con el Socialismo y el GEN. El otro espacio heterogéneo, el que componen Eduardo Duhalde y Mauricio Macri, parece estar navegando en un mar de dudas. La razón principal es que el jefe de gobierno porteño se atiene a su tradicional método, el de no definirse sino a último momento. En este caso, la dilación condena a Duhalde al desgaste, porque necesita que el PRO dé una señal y le coloque un compañero de fórmula, sin lo cual no puede avanzar. Ayer Gerónimo Momo Venegas, uno de los dos adláteres sindicales de Duhalde, le asestó un golpe a las negociaciones entre éste y Macri. El jefe de la UATRE sostuvo que “este gobierno sin Moyano se iría a la lona inmediatamente”, comprometiendo así al duhaldismo en una postura sumamente incómoda, sobre todo ante el PRO. Cuando Venegas fue detenido por el juez federal Norberto Oyarbide en el marco de la causa de la mafia de los medicamentos, el líder camionero lo defendió institucionalmente. Ahora, Venegas seguiría cerca de Moyano y cada vez más lejos del otro cacique sindical duhaldista, el gastronómico Luis Barrionuevo, que conspiraría ahora junto con los gordos para acelerar la caída del jefe de la CGT. En la Casa Rosada evaluarían que una coalición de gremios grandes estaría tal vez en capacidad de defenestrar a Moyano y que si esto ocurriera antes de las elecciones le arrimaría no pocos votos al gobierno. Pero pensando en el futuro, una CGT condicionada por los gordos y Barrionuevo podría distanciarse rápidamente del kirchnerismo, posibilidad que convierte al camionero en un mal menor para la presidente.

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