viernes, 3 de junio de 2011

ALFONSÍN- FRAGA


ELECCIONES 2011
Lavagna señaló a González Fraga, un vice pensando en la economía

Ricardo Alfonsín le asigna a la economía un especial protagonismo en la campaña electoral y por eso aceptó el consejo de Roberto Lavagna que, además, es una señal hacia Eduardo Duhalde y otros peronistas.
Javier González Fraga es el compañero de binomio de Ricardo Alfonsín. Ambos intentarán desplazar a Cristina Fernández del poder. González Fraga es un economista que fue presidente del Banco Central de Carlos Menem y economista de cabecera de Eduardo Duhalde en el Grupo Productivo Argentino, amigo de Roberto Lavagna y también de Juan Sourrouille y los otros economistas históricos de la UCR. Pero también González Fraga fue el socio-jefe de Débora Giorgi, ministro de Cristina Fernández.

También tiene su lado flaco. Anoche ya había varios kirchneristas imaginando atacarlo por su mala experiencia empresaria cuando tuvo la fábrica de dulce de leche La Salamandra. Alfonsín no lo ve así.

Desde que Hermes Binner se diluyó como alternativa para el binomio, Alfonsín sabía que

> debía modificar el enfoque de su campaña,

> era menester actuar con rapidez, y

> debía buscar una persona que lo complementara.

El candidato fue Lavagna pero éste rechazó. De todos modos, el ex ministro señaló a una persona de su confianza, que Alfonsín aceptó porque sabe que

> el Frente para la Victoria lo atacará por la economía de Raúl Alfonsín y de Fernando De la Rúa,

> el agotamiento del modelo tal como lo gestiona Cristina es un tema que viene, y

> cómo reorganizar la economía es otro tema equivalente.

Aqui algunos apuntes:

Fernando Laborda en el diario La Nación:

"(...) Nadie había pensado en el radicalismo en González Fraga hasta pocas horas atrás.

Todas las miradas se dirigían al ex ministro de Economía, Roberto Lavagna.

Hay quienes aseguran que hombres de Alfonsín se habrían acercado a González Fraga para que persuadiera a Lavagna de ser candidato a vicepresidente y que, finalmente, Lavagna terminó convenciendo al ex presidente del Banco Central de que fuera él quien se postulara.

La relación de González Fraga con Lavagna es muy buena desde hace mucho tiempo, a tal punto que, cuando fue candidato presidencial en 2007, Lavagna anunció que González Fraga iba a ser su ministro de Economía si llegaba a la Casa Rosada.

Las relaciones del flamante número dos de Alfonsín no se agotan allí. Ha sido consultado por figuras políticas de la talla de Francisco de Narváez y del propio Binner.

Pero lo más relevante que le aporta la elección de González Fraga a Alfonsín pasa por la economía. Que al candidato presidencial radical no le fascinan los números es un secreto a voces.

También es reconocido por todos que, en el contexto actual, donde la inflación es un problema real, el fantasma de la hiperinflación que sufrió Raúl Alfonsín en 1989 podía reaparecer en la campaña electoral.

Ahora, Alfonsín tendrá un vocero en materia económica, a lo que se sumará la posibilidad de que Lavagna ayude desde algún lugar. ¿La Cancillería, tal vez? ¿La Jefatura de Gabinete, eventualmente? Son sólo hipótesis remotas, pero que permitirán alejar los temores que despierta la candidatura de Alfonsín en el terreno donde sucumbió la gestión presidencial de su padre. (...)".


En el diario Clarín, sin firma:

"Javier González Fraga, ex-presidente del Banco Central durante el primer gobierno de Carlos Menem, ligado al Peronismo Federal y con una visión económica industrialista, será el compañero de fórmula del líder radical.

El radicalismo busca así seducir a peronistas no kirchneristas, pero, sobre todo, busca el armado de una fórmula que genere impacto positivo en la clase media. González Fraga, es un economista prestigioso y que -con los años- pudo despegar su imagen de jefe del Banco Central durante el primer menemismo y asociarla a la de un industrialista con una visión heterodoxa de la economía.

Del lado radical, Alfonsín se jugó una carta hiperpragmática, primero puesta de manifiesto con la decisión de cerrar un acuerdo con De Narváez, ultimo vencedor del kirchneristmo pero que política y discursivamente se ubica en veredas casi opuestas a las que suele transitar la UCR, y ahora con la elección de un economista al que el oficialismo inmediatamente asociará con la década neoliberal del menemismo, las privatizaciones y la convertibilidad.

Antes que probar suerte con Javier González Fraga, Alfonsín intentó convencer a Roberto Lavagna, ex ministro de Economía de Duhalde y Néstor Kirchner, quién miró con desconfianza la propuesta menos por el armado electoral del radicalismo que por los números de intención de voto que hoy por hoy muestra el hijo de Raúl Alfonsín. El "no" de Lavagna no deja, sin embargo, totalmente sin sustento la pata peronista que siempre buscó el líder radical: González Fraga tiene mucho más que buen diálogo con el Peronismo Federal y con Duhalde. (...)".


Laura Serra en el diario La Nación:

"(...) El candidato radical conoce a González Fraga desde hace tiempo, desde la época en que su padre era presidente; siempre admiró su capacidad técnica, asociada más recientemente a un perfil productivista y desarrollista, sensible a los problemas sociales, según relatan sus allegados.

"Ricardo estaba decidido a sumarlo a su gabinete, pero cuando observamos que Binner se abría de nuestro espacio, empezó a considerarlo su candidato a vicepresidente.
Lo sinceró, por primera vez, el martes pasado. Esperamos a que volviera de viaje; le hizo la propuesta y aceptó hoy [por ayer] mismo", cuentan allegados alfonsinistas.

El candidato radical no veía las horas de poner punto final a su novela de desencuentros con el socialismo.

"No te preocupes -le dijo apenas anteayer a un correligionario un tanto inquieto-. Mañana [por ayer] voy a anunciar mi candidato a vice, y va a ser un hombre que me complementará." Dicho y hecho.

El nombre de González Fraga tomó por sorpresa a la gran mayoría; algunos, como el candidato a gobernador Oscar Aguad, reaccionó exultante; las llamadas eran incesantes, ayer, a las oficinas del candidato. Otros, en cambio, optan por la cautela. "No tiene territorio; no aporta votos", se lamentan. Alfonsín no piensa lo mismo. (...)".

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