martes, 21 de junio de 2011

MIOPES


Es el país, no son las elecciones

La inmediatez domina el escenario argentino y consecuencia de esta, en todos los órdenes, se analizan las elecciones con la tendencia de fanatizar las mismas dejando de lado lo importante, el país, el destino incierto de millones de personas.

por JORGE HÉCTOR SANTOS

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). Los argentinos más pasionales que racionales, tienden a transformar casi todo en el similar fanatismo con que se vive un clásico del fútbol después del cual aparecen planificados de antemano -como excepción- los afiches para ‘tomarle el pelo’ al perdedor del mismo.

Esta forma de ser es aprovechada por buena parte de la clase política argentina que escudándose en la figura de Juan Domingo Perón, después de 37 años de fallecido, aún siguen apelando a él para encaramarse al poder apelando a sus dichos y formas, donde gran proporción de ellas están por demás perimidas.

Si a esta característica nacional se le suma el egoísmo imperante, del ‘sálvese quien pueda´, que invade al pueblo en su mayoría, expresado en su indiferencia o abatimiento, es como se llega al campo fértil que han encontrado los Kirchner para hacer creer lo que no es, para instalar mentiras en lugar de verdades palpables, para tapar un hecho contrario a sus intereses con la imposición pública de otro, para obviar lo obvio.

No es complejo de explicar a la luz de lo dicho porque la viudez se transformó en paraguas protector de la Presidente a tal punto que su imagen subió, de la noche a la mañana, la escalera del reconocimiento sin otro mérito que no sea la muerte de alguien que en vida dividió a los argentinos como nadie antes, con la salvedad del fundador del movimiento justicialista.

La cercanía de las elecciones precipita, para no variar, el voto visceral por sobre el racional, cuando en un hecho cómo este está en juego, cada 4 años, el destino del país que debería ser pensado, meditado. Es probable que se piense más tiempo qué jugador elegir en el ‘Gran DT’ que el que se utiliza a la hora de honrar el futuro de los hijos que heredarán el país que sus propios padres hayan ayudado a dejarles.

La fragilidad de memoria de los argentinos hace que estos tropiecen con la misma piedra con asiduidad. Por estos días, la corrupción que conmueve al gobierno parece haber hecho despertar a buena parte de la aletargada población, aunque es dudoso que se tome debida conciencia que los dineros que han sido saqueados no se los birlaron al Ejecutivo; les fueron robados a los propios ciudadanos de a pie que con su esfuerzo diario contribuyen a sostener a los funcionarios, desde la presidente para abajo. Esos mismos que enriquecen sus bolsillos inescrupulosamente, mucho más que los ladrones comunes que son tan solo una ‘sensación’ de inseguridad.

La falta de ética pública y de falta de transparencia en los actos de Gobierno, no se descubrió ahora, con el caso Madres de Plaza de Mayo.

En febrero de 2010, el timorato Carlos Reutemann, el mismo que la presidente pretendía que fuese su vicepresidente en la fórmula para octubre de 2011, dejó la recordada sentencia sobre el matrimonio K: "Los argentinos vamos a estar contentos si para cuando se vayan en 2011 no se han robado la Casa Rosada y la plaza de Mayo".

Cristina Kirchner, por decisión del titiritero -su esposo, Néstor-, asumió el gobierno en 2007, continuando el discurso progresista de su marido, con la promesa de distribuir la riqueza y luchar contra la corrupción.

Ninguna de esas promesas fueron alcanzadas, nunca antes la diferencia que superan a los que más ganan y los pobres (11 millones de personas) estuvo tan lejos, más de 30 veces; mientras que los actos de corrupción que llegaron al desparpajo en los gobiernos de Carlos Menem alcanzaron cimas difíciles de alcanzar en los gobiernos de la presidente y de su extinto esposo.

Ante cada nueva denuncia de un acto deshonesto la presidenta apeló a la misma forma para sacárselo de encima, el complot desestabilizador armado en su contra por los medios de comunicación.

Sin embargo, el período de gracia muy extraño del que gozó Cristina Kirchner por su extendido luto llegó a su fin del brazo de los derechos humanos, una de las banderas de todos de la que han querido apropiarse los Kirchner con la complicidad de Hebe de Bonafini.

El fanatismo de las Madres, lideras por Bonafini, por el gobierno K nace justamente cuando estas, que hasta 2006 estaban en quiebra, habían librado la friolera 255 cheques por más de U$S 1 millón de aquel momento, de los cuales solo fueron abonados 157, lo que además ya mostraba la vista gorda de la entidades del Estado para controlarlas.

También en aquel tiempo, año 2007, nacen los subsidios a esas entidades de derechos humanos. Madres y Abuelas fueron beneficiadas con el 65% de los otorgados por la Secretaría General de la Presidencia de la Nación. En el último año las Madres de Plaza de Mayo recibieron $ 4,5 millones como subvención del Ejecutivo nacional.

A ese importe hay que añadirle $ 2 millones más que recibieron en concepto de publicidad oficial (recursos públicos) en los 2 últimos años para la radio de las Madres, la que transmite en una frecuencia que no está contemplada en el espectro radioeléctrico (es para radionavegación) y que viola acuerdos internacionales, lo que configurada impunidad kirchnerista y corrupción, aceptada por Hebe de Bonafini.

Tampoco esos montos por demás significativos incluyen los US$ 350 millones percibidos por el grupo de defensa de los derechos humanos más conocido de América Latina que configuran la base del millonario fraude al pueblo argentino, el real perjudicado; escándalo que envuelve al gobierno de Cristina Fernández, la cual no ha dicho absolutamente nada al respecto siendo la responsable final de la administración de los recursos públicos y la propia Hebe de Bonafini, que de considerar al hecho de "pelotudeces" paso a pedir, desligándose de cualquier responsabilidad personal "(Sergio y Pablo Schoklender) tienen que ir a la cárcel para siempre”.

Cómo Hebe de Bonafini, de 82 años, permitió semejante descontrol, desconocía la gestión delictiva de sus hijos putativos quienes, cuando tenían 23 y 20 años respectivamente, asesinaron a golpes a sus padres.

Cómo se puede explicar que Hebe de Bonafini, que conoció a Sergio y Pablo Schoklender en la cárcel y les ofreció trabajo en la Asociación que ella lidera para que pudieran alcanzar la libertad condicional, haya convertido especialmente al primero de los nombrados en su mano derecha y apoderado de la Fundación para construir viviendas sociales y no le haya sorprendido que este se ausentaba en avión para volar, solo entre 2008 y 2011, 45 veces a Uruguay, 19 a Brasil, a Venezuela, Cuba, Suiza , Francia, España, y Holanda e incluso que la aeronave levantara vuelo sin pasajeros.

Cómo puede ser que el gobierno nacional desconozca la información de la que dispone Claudio Izaguirre, presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, quien investiga la impresionante cantidad de vuelos del Cessna Citation de Meldorek S.A. a Chaco (77) y Santiago del Estero (28), puertas ambas para el ingreso masivo de la droga al país. Izaguirre, además, estaría sobre la pista de que el Cessna habría realizado desde 2009 nada menos que 123 vuelos a Bolivia, y en particular a Santa Cruz de la Sierra, Tarija y Cochabamba, 3 centros de distribución de cocaína de 1er. orden. Los vuelos habrían sido de ida y vuelta al Chaco, por lo que se sabe hasta aquí no existiría ningún emprendimiento de viviendas de Sueños Compartidos en el país del altiplano.

Hebe de Bonafini, es una de las Madres, no son las Madres de Plaza de Mayo como institución y como tal no puede defenderse sosteniendo que ha sido ‘engañada y estafada’. Ella es la responsable de adoptar como ‘hijo’ a quien le otorgó el rol de apoderado Sergio Schoklender. Nadie la acusa de haberse beneficiado del robo compartido de Sergio y Pablo Schoklender y los funcionarios públicos que al menos por omisión dejaron de cumplir su responsabilidad de cuidar los mismos, en especial de los que figuran en el ministerio de donde salió el dinero.

Los desaciertos y los casos de corrupción reciente, Madres e INADI, más la inseguridad que sigue con la misma fuerza con que trepa la inflación y la ausencia de autoridad por parte de la presidenta han puesto en proceso de declive la imagen de esta y de sus posibilidades de ganar en primera vuelta.

Más por estos factores que por aciertos de la oposición se está llegando a esta instancia.

Sin embargo, en las elecciones no se juega la promoción de un club como River Plate, ni la posibilidad de que los de Boca Juniors saboreen la desgracia ajena, en juego está el país ese es el que necesita ser hablado, discutido sin fanatismos; las elecciones son tan solo el medio para canalizar la aceptación de la continuidad del rumbo existente o el cambio del mismo.

Que la inmediatez no tape el bosque, eso es lo habitual de, al menos, estos últimos 8 años.

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