RATA PIDE

PERALTA PIDE PLATA EN LA ROSADA
Mientras Santa Cruz arde por el conflicto docente, Peralta exige "lo primordial": regalías petroleras

La crisis que vive la provincia de Santa Cruz obligó finalmente al gobernador Daniel Peralta a reconocer las serias complicaciones financieras que enfrenta su gobierno, tras el raid de protestas de petroleros, garraferos, desocupados, y ahora la feroz huelga docente que paraliza yacimientos petroleros en el norte provincial, con la consiguiente pérdida de regalías millonarias, y que ya lleva 42 días hábiles consecutivos.
La crisis que vive la provincia de Santa Cruz obligó finalmente al gobernador Daniel Peralta a reconocer las serias complicaciones que enfrenta para cumplir con el pago de los salarios de junio y, con éste, del primer medio aguinaldo, producto de la feroz huelga docente que paraliza yacimientos petroleros en el norte provincial, con la consiguiente pérdida de regalías millonarias.

Peralta, quien intentará buscar su reelección este octubre, embarcó hacia Buenos Aires esta semana para pedir asistencia financiera adicional a la Rosada, entre otros, para intentar destrabar el tenso escenario provincial. Una vez arribado encaró gestiones con el ministro de Economía, Amado Boudou, además de encuentros con empresarios y sindicalistas petroleros. Así fue como con Boudou y el director ejecutivo de YPF, Enrique Eskenazi, analizó las pérdidas por el paro petrolero de abril y los posteriores bloqueos docentes.

La comitiva con la que viajó incluyó a funcionarios clave como el titular de la cartera económica, Diego Robles, y el jefe de Gabinete, Pablo González, y al intendente de Caleta Olivia, el también justicialista Fernando Cotillo, quien remarco que: "es primordial que se normalice la producción en la zona norte, porque las pérdidas económicas que han sufrido las arcas públicas debido a los bloqueos ponen en peligro el pago del aguinaldo del sector público -tanto provincial como de los municipios-, además de complicar todas las demás obligaciones y pago de proveedores del Estado".

Por su parte, González sostuvo, según el diario 'Ambito Financiero', que "lo que no se entiende es que se está perjudicando a toda la comunidad de Santa Cruz; la provincia necesita recursos para pagar los salarios de los empleados públicos y para hacer frente a los distintos gastos".

Ayer Peralta retornó a Río Gallegos, y al llegar al aeropuerto, donde los esperaban militantes de FPV y el PJ para intentar darle apoyo, según el diario local 'Tiempo Sur'. Dijo sentirse "más fuerte que nunca" y volvió a pedir el fin de los cortes. "Si no es así, vamos a tener problemas para pagar los salarios y el aguinaldo", advirtió.

Pero como telón de fondo lo esperaba un paro provincial de la CTA con movilizaciones para respaldar las estocadas docentes, y el fracaso de la propuesta de mediación formulada por el obispo Juan Carlos Romanín.

Las arcas provinciales son castigadas, en verdad, desde el 1 de abril por una retahíla de protestas de petroleros, garraferos, desocupados, y ahora maestros, con impacto en la producción petrolera, que se traduce en pérdidas de regalías. En mayo, las cuentas santacruceñas recibieron sólo $15 millones en regalías, contra los 90 millones esperados. En abril, en tanto, la pérdida había sido de US$30 millones. En Buenos Aires, los funcionarios también solicitaron a YPF la normalización de la provisión de combustible, que derivó en el envío de camiones con nafta a Caleta Olivia.

La Asociación Docentes de Santa Cruz (ADOSAC) y la minoritaria AMET llevan adelante un paro salarial que cumple hoy 42 días hábiles consecutivos. La protesta incluye piquetes en rutas que afectan yacimientos en el norte provincial.

Pero el malestar de la comunidad educativa por un ciclo lectivo ya hecho trizas tomó la forma luego de la toma de escuelas por parte de alumnos y en cortes de ruta de padres en Caleta y en Río Turbio. Las conversaciones entre las partes terminaron cuando los docentes optaron por no acatar la conciliación obligatoria dictada por Peralta. Ahora desde el Gobierno apuestan a esperar un nuevo fallo de la Justicia en torno a esa decisión.