martes, 21 de junio de 2011
TODO MAL
¡CARAMBA CRISTINA, TODO ANDA MAL, CADA VEZ PEOR!
La explotación teatral de su viudez y su “infinita” tristeza ha llegado finalmente a su fin.
El aprovechamiento de esta imagen, insólita y novedosa en la persona que ejerce la primera magistratura, ha impactado fuertemente en algunas capas del estrato social argentino, siempre proclive a asimilar en su “sentimentalismo tanguero”, el dolor y las tragedias ajenas.
Desde el fallecimiento del ex presidente, su esposa y sucesora, salió del bajísimo nivel de aceptación popular, alrededor del 22%, en el cual se encontraba y se proyectó inicialmente por encima del 50% hasta estabilizarse en alrededor del 40% y con una fuerte tendencia a decrecer.
Pero ese novedoso efecto psicológico de las masas, desapareció por el cansancio popular por la repetición de la representación permanente de la de la misma tragicomedia: la viuda vestida con ropajes de riguroso negro, con cara compungida, hablando de “El” con voz llorosa y quebrándose en llanto en algunas oportunidades.
Al respecto, la líder opositora Elisa Carrió, fiel a su estilo, fue clara y contundente cuando expresó que dejó de sentir pena y compasión por la presidente.
Ante una reunión de empresarios manifestó textualmente lo siguiente: “Yo le tenía pena a Cristina cuando se murió su marido . Pero ¿saben cuándo dejé de sentir pena por ella? Cuando le vi la cara en Roma, hace unos días, por televisión... Ella estaba de gira por Italia y, fíjense qué curioso, ahí no estaba triste: al contrario. Entonces, supe que Cristina sólo llora en el conurbano bonaerense. ¡No se quebró en Roma; tampoco en Venecia donde está la basílica de San Pedro, pero sí llora en Berazategui!"
El concepto de Carrió es similar el que ahora sienten millones de argentinos afectados inicialmente por la trágica pérdida de la esposo de la presidente.
Pero a este hecho del despertar de la anestesia psicológica, se suma el deterioro cada vez más visible y pronunciado de la marcha del país.
Las informaciones negativas y escandalosas se suceden a diario y marcan una tendencia cada vez más pronunciada en el retroceso del país en numerosas áreas, principalmente en lo que se refiere a la corrupción cada vez más escandalosa en muchas áreas gubernamentales, la degradación de las instituciones (durante la gestión de Cristina el país retrocedió 32 posiciones en el ranking mundial de calidad institucional) y el desorden, verdadero caos, en la administración del Estado, entre otros numerosos aspectos.
Las causas judiciales del “aliado estratégico” del gobierno, el secretario General de la CGT, Hugo Moyano y su enfrentamiento extorsivo con Cristina, el increíble mayúsculo “affaire” del desvío de los fondos públicos de la Fundación “Madres de Plaza de Mayo” que compromete a casi toda la estructura administrativa del gobierno, el escándalo de corrupción en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y hoy se anunció que, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) incluirá en los próximos días a la Argentina en su "lista gris" de países con serias deficiencias técnicas.
Ya hay pocas dudas que Argentina comenzó su caída libre. El progresismo llevó al país, muy en particular en esta última gestión, a esta situación previa al colapso y ha logrado que personajes supuestamente idealistas pudieran lucrar a costillas de los contribuyentes.
Otro candidato presidencial, Ricardo Alfonsín, expresó acertadamente que “El país está aislado política y económicamente”. En efecto, bajo el manto de un crecimiento real se esconde un desorden, un verdadero desquicio económico, con cifras y parámetros totalmente distorsionados por la intervención estatal y los millonarios subsidios sin control adecuado.
Ya antes de la asunción de Cristina de Kirchner a la primera magistratura, los analistas y politicólogos preanunciaban que la futura presidente no tenía experiencia en gestión.
Recientemente el ex presidente Duhalde reafirma en base a los resultados obtenidos, que Cristina “…no tiene capacidad de gestión…” y “…que tiene a su alrededor a todos inútiles…”.
Es probable que se sumen las dos posibilidades: en la primera opción se ve que Cristina ni controla ni conduce en absoluto la situación y tampoco sabe como hacerlo. La segunda también es correcta, porque los principales ministros y colaboradores se caracterizan más por “esconder la basura bajo la alfombra” que relatarle la verdadera realidad por la que atraviesa el país y proporcionarle el asesoramiento pertinente.
En esta segunda posibilidad se juntan también dos factores: por un lado son tan sumisos y obsecuentes que no se atreven relatarle a su “reina” la real situación para no contradecirla ni disgustarla. Por otro lado, no tienen aptitud ni condiciones personales para solucionar los graves problemas y conflictos que se presentan casi a diario.
Ya desde el mismo comienzo de su gestión, Cristina afirmó que su tarea iba a ser difícil y dura por el simple hecho de ser mujer.
Aquí también la presidente se equivoca. No es por su condición de mujer, sino por su intrínseca incapacidad y por el estar rodeada de “perritos falderos”, como los tildó el periodismo, ineptos para las altas funciones para los que fueron designados.
Cristina debería poner la misma dedicación, interés y cuidado e invertir el mismo tiempo que le dedica a incrementar su fortuna personal, en el control y supervisión de la acción de sus ministros y secretarios.
Para ejemplificar aún más claro y mejor, dedicar el mismo tiempo a las funciones gubernamentales, que dedica diariamente a su cuidado personal, maquillaje, peinado, determinar su atuendo y elegir dos o tres de sus numerosos vestidos para utilizar esa jornada y las alhajas correspondientes.
De haberlo hecho, ya más de la mitad de los ministros estarían ahora integrando la enorme legión de desocupados (con un poco de suerte, tal vez con un plan de ayuda social).
20-Jun-11 Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL
alfredo@weinstabl.com.ar
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