Agustín Jaureguiberry
Cristina y la calidad institucional
Aunque se intente presentar a la esposa del presidente Néstor Kirchner como una defensora de las instituciones, sus antecedentes de actuación política van en contra de esas afirmaciones.
En muchas ocasiones, y especialmente desde el lanzamiento de su candidatura, sectores del kirchnerismo y hasta el propio presidente de la Nación afirman que un posible mandato de Cristina Fernández de Kirchner aportará mayor calidad institucional al país.
Existe un consenso sobre lo que representa la calidad institucional, plasmado ello en un respeto por la división de poderes, la no injerencia en el sistema judicial y la mesura en el ejercicio de la autoridad ejecutiva y sus facultades, entre otros.
Veamos, entonces, cuáles son los antecedentes y credenciales que presenta Cristina Kirchner en materia de calidad institucional:
• Votó a favor de los denominados superpoderes permanentes para el jefe de Gabinete, lo que le permite a éste reasignar partidas presupuestarias sin la aprobación del Congreso y sin rendir cuenta alguna.
• Votó a favor de la reforma de la composición del Consejo de la Magistratura, que otorgó al Poder Ejecutivo cinco de los trece miembros del organismo (lo que le da poder de veto de facto en las decisiones, ya que las mismas requieren la aprobación de nueve de los miembros).
• Votó para autorizar al Poder Ejecutivo a crear cargos específicos para financiar obras de infraestructura a través de los polémicos fideicomisos, en abierta violación de la Constitución, que no permite al Ejecutivo la creación de tributos.
• Apoyó la prórroga de la emergencia económica, que delega amplias facultades en materia legislativa al Poder Ejecutivo.
• Propuso la ley para hacer efectiva la Comisión Bicameral Permanente del Congreso, cuya función es aprobar o desechar los Decretos de Necesidad y Urgencia. Así, ayudó a instalar un mecanismo por el cual si no hay voluntad de rechazar dichos decretos –por una mayoría integrada por su propio partido-, los mismos siguen vigentes.
• Presentó el proyecto para reducir a cinco los actuales siete miembros de la Corte Suprema, una aparente medida de fortalecimiento institucional que esconde la limitación de futuros gobiernos de nombrar jueces, ya que de los cinco que quedarán por una cuestión de edad, cuatro fueron justamente nombrados por Néstor Kirchner.
• Avala la intervención del gobierno nacional en el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), que ha sido copado por empleados poco profesionales, amigos de los funcionarios de turno. Esto destruye el prestigio que tenía el organismo.
• Iba a ser parte de la aprobación de un proyecto que limitaba el papel de la oposición en la Auditoría General de la Nación, órgano de control externo del Poder Ejecutivo. Dicho proyecto debió ser archivado por su gravedad institucional. Al mismo tiempo, no se le conoce opinión sobre si le parece correcto que la esposa del ministro Julio De Vido forme parte de la Sindicatura General de la Nación, órgano que controla la labor de dicho funcionario.
Vistos los antecedentes de Cristina Kirchner en relación a la “calidad institucional”, no vemos cómo su hipotético gobierno puede ofrecer garantías en ese sentido. A no ser que ella decida dar un paso atrás con todas estas medidas y, más que dotar de calidad institucional a su gobierno, deba reconstruir varios aspectos de la institucionalidad, dañada con su propia promoción, apoyo y consentimiento.
En el caso de que llegue a realizar esa revisión, deberá explicar –ya como máxima autoridad del gobierno– cómo lo que ella misma votó antes estaba bien, pero ahora está mal. © www.economiaparatodos.com.ar
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