Comentarios de una crisis sin fin a corto plazo
Por Emilio J. Apud
La crisis actual, debida a un déficit de generación eléctrica de 3.000MW y de gas de 20 millones de metros cúbicos diarios, sin considerar la exportación que debería hacerse a Chile, requiere actuar sin dilaciones sobre sus dos aspectos: demanda y oferta.
Hay que entender que la crisis se agravará en los próximos años y es necesario administrarla racionalmente, de otro modo además de los trastornos que producirá a la gente en forma directa, seguirá afectando seriamente el aparato productivo.
Es necesario advertir que el Gobierno no esta actuando adecuadamente en ninguno de esos dos aspectos.
En la demanda no termina de admitir la crisis, lo que impide la adhesión de la población al momento de ahorrar energía, no tiene un plan de uso racional de la energía para que los usuarios de los servicios de gas y electricidad adopten, tampoco tiene un plan de racionamiento del consumo para repartir con un criterio socio económico los costos de la escasez.
Hoy, cuando no alcanza la energía se corta el suministro a la industria recurriendo hasta a llamadas intimidatorias de funcionarios especializados en esas prácticas, y si esto no fuera suficiente se corta el GNC y recién entonces se lo hace en algún sector domiciliario, pero siempre tratando de que la gente no se entere del problema.
como contrapartida se mantienen tarifas congeladas que no guardan relación con los costos locales y menos con los internacionales y son por lejos las más bajas del mundo fomentando el derroche.
En la oferta el Gobierno tiene en construcción equipamiento eléctrico por unos 3.000 MW y la incorporación de 20 Mm3/día de gas adicionales, ambos insuficientes y poco seguros, en particular al confiar ese abastecimiento de gas Bolivia.
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Es necesario comprender que, de no corregir en breve la situación actual, la crisis será crónica.
Las obras que lanzó recientemente el Gobierno, cuando debería haberlo hecho en 2003, solo cubren el déficit de hoy pero dentro de 3 años, sin tener en cuenta el crecimiento de la demanda que para ese entonces producirá un nuevo déficit de3.600 MW en electricidad y de 20 Mm3/día de gas, por lo menos.
Por estas razones, en los próximos meses debería estar definido un nuevo equipamiento adicional para empezar a superar la crisis dentro de tres a cuatro años. Lamentablemente en ese plazo la urgencia no permite la instalación en tiempo, de centrales hidroeléctricas ni nucleares. Solo s posible instalar ciclos combinados que duplican el rendimiento de los ciclos abiertos y por ende consumen menos gas y gas oil, combustibles también en crisis.
Sin embargo el Gobierno en forma sorpresiva y explicable solo si no confiara en las habilitaciones del equipamiento en construcción, lanza la licitación para la provisión de 5 turbinas de gas de ciclo abierto las que agravarán el problema del faltante de gas y gas oil, ya que como se dijo tienen un muy bajo rendimiento térmico.
Pero el problema principal es que parecería que aún no se tiene conciencia de la inversión implícita y menos de las dificultades para conseguir los capitales que ese equipamiento no previsto requiere que según mis estimaciones supera los 9.000 millones de dólares.
Si a esa cifra se suman los 3.000 MU$/año de gasto en subsidios para mantener la ficción de precios y tarifas de los servicios públicos y de algún sector industrial, y los 5.000 MU$ de inversión para las obras de gas y electricidad lanzadas por el Gobierno, estamos en un requerimiento de capital, de persistir con los subsidios, del orden de los 23.000 MU$ en los próximos 3 años. ¿Los puede disponer el Estado? ¿Cómo? ¿A que costo?
Es razonable que todo el país sea sometido a esa inmovilización de dinero público para seguir fomentando el derroche a través de tarifas que no cubren ni los costos operativos?
Para que la tarifa pueda pagar los costos directos e indirectos, la utilidad empresaria y la expansión de la oferta para satisfacer en tiempo y forma a la demanda, en promedio las actuales tarifas de gas y electricidad subsidiadas, deberían amentar en por lo menos tres veces. El camino para alcanzar ese incremento podría hacerse en forma paulatina a medida que disminuyen los subsidios y equilibrada, es decir entre todos los sectores de consumo, dejando solo una pequeña franja del sector residencial de comprobados bajos recursos para un aumento de menor cuantía cuya diferencia debería cubrir un subsidio explícito el que deberá figurar en la ley de presupuesto, si es que alguna vez vuelve a cumplirse.
Pero lamentablemente el problema de la inversión no se resuelve solo con la tarifa. Es necesario recrear la confianza. Y esto vale tanto para un sistema estatal como para un sistema con participación privada. El Estado hoy no tiene capitales ni fuentes de financiación suficientes.
Entonces, para complementar la suba tarifaria y lograr los capitales necesarios, entre otras medidas habrá que adoptar las siguientes: - trabajar sobre la organización delEstado para un eficaz cumplimiento de los marcos jurídico y regulatorio - Renegociar los contratos con las empresas, en caso que se decida continuar con la participación privada.
- Establecer medidas transitorias para la financiación de la expansión del sector hasta que se superen las restricciones al crédito existentes a la fecha. (Fondos fiduciarios, avales, etc.)
- Reformular elsistem deregulación y control del sector a través de entes autárquicos que favorezcan a la calidad de los servicios y regulen con imparcialidad e idoneidad la relación entre empresas, Estado y usuarios-Reformular el marco jurídico y normativo y reestablecer paulatinamente la confianza en el inversor recurriendo a instrumentos que garanticen el cumplimiento de las normas y los contratos.
Con un planteo de estas características se podrá superar la crisis energética a partir de 2011. Aunque estoy convencido, por la historia reciente, que este objetivo costará mucho mas esfuerzo y tiempo si se quisiera reimplantar el sistema estatal vigente hasta 1990 y más aún si se persiste en la argentinización a través de empresarios afines al Gobierno.
Emilio J. Apud
Ingeniero Industrial
Julio de 2007
Consultor en temas energéticos
Ex Secretario de Energía y Minería de la Nación
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