sábado, 14 de julio de 2007

PREMISAS AMBIENTALISTAS

Alfredo Toro Hardy

La promoción de combustibles vegetales podrían hacer desaparecer las selvas tropicales El tema ambientalista se sustenta sobre un conjunto de premisas básicas. Entre ellas las siguientes: en primer lugar encontramos un consenso internacional creciente y cada vez más consolidado, con respecto a la necesidad de reducir los gases de efecto invernadero y por extensión el consumo de combustibles fósiles.

En segundo lugar se da la presencia de un consenso científico mayoritario, con respecto al impacto de las emisiones de dióxido de carbono de origen humano sobre el calentamiento global.

En tercer lugar, existe una postura de disentimiento dentro de la comunidad científica con respecto al origen humano del calentamiento global que, aunque minoritaria, presenta argumentos bastante convincentes.

En cuarto lugar nos encontramos con la decisión formalmente expresada tanto en la Unión Europea como en los Estados Unidos, de adentrarse de manera ambiciosa por los caminos de los combustibles renovables.

En quinto lugar observamos las dificultades importantes que se confrontan para materializar las metas planteadas. Las grandes definiciones de principios a nivel multilateral o nacional son una cosa y su concreción en los hechos otra muy distinta.

En sexto lugar aparece la postura reticente de China, de afectar la marcha expansiva de su economía en función de la sujeción a metas ambientalistas rígidas.

En séptimo lugar, encontramos que a la reticencia de China se le sumarían las dificultades de concreción de objetivos en Estados Unidos. Dado que ambos países son responsables de una cantidad cercana al 50 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono, estaría planteado el riesgo de dejar sin sustento efectivo a las políticas de reducción de combustibles fósiles.

En octavo lugar estaría la resistencia natural del mundo en vías de desarrollo de frenar su crecimiento económico para contribuir a la solución de un problema del cual sus integrantes no fueron responsables.

En noveno lugar aparecerían políticas de sustitución de combustibles fósiles por combustibles vegetales que, de lograr su efectiva implementación, crearían gigantescos desequilibrios alimenticios y propiciarían explosiones sociales y desestabilizació n política a gran escala.

En décimo lugar encontraríamos que la promoción de combustibles vegetales,
de resultar exitosa, podría propiciar la desaparición de las selvas tropicales del planeta. Ello haría que los objetivos verdes que se obtuviesen con una mano se perderían con la otra.

En síntesis, nos encontramos ante a un escenario inmensamente complejo, cargado de incertidumbres y contradicciones. Incertidumbres y contradicciones que se incrementan aún más cuando nos adentramos en el terreno de los combustibles fósiles. En efecto, el problema con éstos no es sólo que generan demasiado dióxido de carbono, sino que pueden resultar manifiestamente insuficientes para cumplir con el fin de proveer la energía
requerida por el mundo. Más aún, el énfasis en el desarrollo de los combustibles no fósiles tendería a sustraer la atención en el desarrollo de los combustibles fósiles que, por largo tiempo, seguirán siendo el componente fundamental de la ecuación energética mundial.

altahor@hotmail. com

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